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La VERDAD sobre la Guerra Civil y la memoria histórica
Por eso vuelvo a preguntar: de donde sacas que la marina de guerra republicana llevó a cabo cañoneos o bombardeos de terror o represalias contra la población civil?
La Ley de Amnistía era una reivindicación histórica de la izquierda y, como señaló el secretario general de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, en su momento, estaba unida a la política de reconciliación nacional iniciada por el Partido Comunista en 1956. La enmienda, como ha explicado Soledad Gallego-Díaz, introduce una gran confusión. Esa confusión falsea la historia y pretende instalar la sospecha de que la democracia actual es la continuación del franquismo por otros medios y que el régimen pervive, especialmente en contrapesos e instituciones contramayoritarias. Es algo que defienden aquellos que solo detestan el autoritarismo cuando no lo ejercen ellos: la discrepancia de UP es con la democracia liberal, no con las dictaduras.
Los futuros historiadores estudiarán, intrigados y perplejos, la fascinación que la Segunda República produce en la actual izquierda española, heredera de aquella izquierda revolucionaria que la tachaba entonces de burguesa y antiobrera. Quienes practican ese culto retrospectivo a la república deberían conocer la dura autocrítica que muchos dirigentes del Frente Popular hicieron, tras la Guerra Civil, de su labor política en aquellos años y de los defectos y errores en que, a su juicio, incurrió el régimen republicano. Valga como ejemplo la conferencia que el socialista Luis Araquistáin pronunció en Toulouse en 1947, en la sede del PSOE en el exilio, con el título Algunos errores de la República española, derivados, en su opinión, del radicalismo y de la falta de sentido de la realidad con que se concibió aquel régimen.
"La Ley de Amnistía era una reivindicación histórica de la izquierda y, como señaló el secretario general de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, en su momento, estaba unida a la política de reconciliación nacional iniciada por el Partido Comunista en 1956. La enmienda, como ha explicado Soledad Gallego-Díaz, introduce una gran confusión. Esa confusión falsea la historia y pretende instalar la sospecha de que la democracia actual es la continuación del franquismo por otros medios y que el régimen pervive, especialmente en contrapesos e instituciones contramayoritarias. Es algo que defienden aquellos que solo detestan el autoritarismo cuando no lo ejercen ellos: la discrepancia de UP es con la democracia liberal, no con las dictaduras.".
Este señor está clarito. Aquí los rojos también decían que no había democracia verdadera en 40 años, porque era una continuación de la oligarquía de los dueños del valle. Lo mismo dicen en Colombia, y en todos lados donde está su secta. Ahí lo que esconden es que realmente no creen en la democracia liberal, sino en la dictadura del proletariado. Unidas Podemos reciente no los totalitarismos, sino que su secta no sea quien lo imponga.
¿Renunciaron los dos partidos de la oposición de izquierdas, el socialista y el comunista, a su “vocación republicana” durante el proceso de transición a la democracia? O mejor, ¿definía a esos partidos, PSOE y PCE, una cultura, una vocación o una tradición republicanas? Y si era así, ¿desde cuándo? Porque si algo hay claro en la historia de ambos partidos es que ni en su origen ni en las primeras décadas de su existencia dieron muestra alguna de que la República como forma política del Estado entrara entre sus principales preocupaciones.
(...)
De modo que, cuando la rebelión militar de julio de 1936 puso a la República a los pies de los caballos, los partidos y sindicatos que acudieron a sofocarla conservaran, por encima de su adhesión o lealtad republicana, su identidad propia, su cultura y prácticas políticas, sus estrategias y sus metas finales, que no eran la República de 1931 sino el comunismo, el socialismo, el anarquismo o la independencia de sus naciones: por eso luchaban y por eso morían y por eso merecen ser recordados.
La debilidad de los republicanos y los fines muchas veces enfrentados de las fuerzas coligadas retrasaron y finalmente impidieron una estrategia común de defensa frente al enemigo, que tampoco el gobierno de Negrín pudo imponer. A pesar de la sangre derramada en su defensa, la República sucumbió doblemente derrotada: por quienes se rebelaron contra ella y por quienes en su interior libraron más de una guerra civil —en Cataluña, en Aragón, en Madrid—dentro de la Guerra Civil.
(...)
Por eso, cuando ahora se oye que las izquierdas españolas vienen de una tradición republicana a la que traicionaron en los años de Transición por el plato de lentejas de una democracia devaluada, habría que recordar que el Partido Comunista renunció a plantear la cuestión de la República veinte años antes de que la transición comenzase, en 1956, cuando publicó su célebre declaración “por la reconciliación nacional, por una solución democrática y pacífica del problema español”, donde la República ni se menciona. Y diez años después, en 1966, sería la mismísima Dolores Ibarruri quien, al recordar que el problema del régimen estaba en la calle y evocar a quienes “en el deshojar de la margarita política española se preguntan: ¿Monarquía y República?”, afirmaba que solo cabía una respuesta: Democracia y Libertad, ambas en mayúscula.
Democracia y libertad, sin mención de la República, fue también la base de la resolución a la que llegaron en Múnich en 1962 varios partidos de la oposición interior y del exilio, con presencia principal del PSOE. Y aunque con la cercanía de la muerte del dictador, la República —federal, para más señas— retornara a declaraciones y congresos, no conviene olvidar que el Partido Comunista y las llamadas personalidades independientes de la Junta Democrática no dejaron de instar a don Juan de Borbón a publicitar un manifiesto postulándose como titular de la Corona: no que no quisieran un rey en la jefatura del Estado, sino que se equivocaron de candidato. En cualquier caso, desde 1948 los socialistas y desde 1956 los comunistas, todos habían hecho saber en privado y en público que aceptarían un regente o un rey en la jefatura del Estado siempre que abriera el camino a un proceso constituyente con referéndum final. Y eso fue lo que ocurrió a partir de 1976 y hasta 1978, en condiciones que nadie podía ni imaginar siquiera treinta o veinte años antes.
Sin duda, nada se puede objetar a la legitimidad de una movilización por la República, pero no deja de suscitar cierta melancolía que a su cabeza se encuentren los herederos de quienes en los años sesenta del pasado siglo enseñaron a jóvenes desorientados que el problema no era Monarquía o República, sino democracia o dictadura. Hoy, como ya no hay dictadura, pero como volvemos a saborear el placer intelectual y el potencial movilizador de las claridades dicotómicas, el dilema vuelve a enunciarse, por quienes inventan una tradición republicana de la que se apropian ochenta y cuatro años después de haberla despreciado y combatido, como Monarquía o democracia. Con lo cual, limpios de polvo y paja, volvemos a 1930 sin que aquí haya pasado nada.
Pues vaya contradicción, porque el PPsoez nunca ha revindicado la República, sólo hace falta ver como bloquea una y otra vez investigar al corrupto emérito, el rey franquista, junto con PP, Cuñadianos y Vox. Sólo UP se ha posicionado claramente por una República.
Yo he estado currando un invierno en Calamocha (Teruel, claro). Allí el "fresquito" eran -18 º C (el día que más frío hizo, eso si, pero lo normal era amanecer a -13 o -15). Hazme casoi y abrigaté, tron.
Yo he estado currando un invierno en Calamocha (Teruel, claro). Allí el "fresquito" eran -18 º C (el día que más frío hizo, eso si, pero lo normal era amanecer a -13 o -15). Hazme casoi y abrigaté, tron.
O vete en verano.
En verano, en verano. Como muy pronto en abril. Compite con Soria en ser la zona más fría de España.
Joder, pues yo, cuando la pronunció en una conversación normal, siempre pongo el acento en la "e" final, como en "márchate" o en jódete" (que veo que también son esdrújulas, pero en una clara injusticia fonético-caligráfica" )
En "jódete" sobre todo supersobreacentúo la e final .... debería escribirlo así como jo-de-TÉ! y utilizar, de haberlo, el signo ortográfico que representara el dedo corazón levantado.
Lo de la SER no sé si será ignorancia o mala fe, pero en cualquier caso para mí la diferencia fundamental entre ambas zonas durante la Guerra Civil es que solo en la republicana hubo personas con autoridad que se desvelaron por proteger la vida de los presos, que no lo eran por franquistas, sino por estar en desacuerdo con el Gobierno del Frente Popular. Una de esas personas, quizá la más destacada, fue el anarquista Melchor Rodríguez, así que merecidísima la medalla.
La labor humanitaria de Rodríguez precisamente honra al bando republicano, quizá por eso los franquistas lo encarcelaron tras la guerra. A su entierro acudieron gentes de ideas opuestas y ahora le rinde homenaje un alcalde derechas.
Creo que el homenaje del alcalde, y más de este alcalde, que borra proactivamente el nombre de víctimas de la guerra en cementerios, nos debería importar un pimiento. El personaje no lo necesita, con su historia y sus hechos se sobra y se basta.
El anarcosindicalista Melchor Rodríguez fue el último alcalde republicano de Madrid. La concesión de la medalla de honor por parte del consistorio supone un reconocimiento a una figura olvidada y distorsionada.
Pero qué sabrá un profesor de historia en la UC3M, especialista en historia del anarquismo.
Comentarios
¡¡¡Jajjajaja!!!
Es que os veo tan compenetrados a la tarada y a ti que pa qué.
Y xriptofaxha.
A ver si aparece... Y ahuyenta equiparadores equidistantes xriptofaxhas como cucarachas por rayo de luz.
Betelgeuse no obstante es fascinante.
Dos interesantes artículos sobre la Ley de Memoria Democrática y todo lo que encierra de oportunismo, sectarismo y manipulación de la historia:
"La Ley de Amnistía era una reivindicación histórica de la izquierda y, como señaló el secretario general de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, en su momento, estaba unida a la política de reconciliación nacional iniciada por el Partido Comunista en 1956. La enmienda, como ha explicado Soledad Gallego-Díaz, introduce una gran confusión. Esa confusión falsea la historia y pretende instalar la sospecha de que la democracia actual es la continuación del franquismo por otros medios y que el régimen pervive, especialmente en contrapesos e instituciones contramayoritarias. Es algo que defienden aquellos que solo detestan el autoritarismo cuando no lo ejercen ellos: la discrepancia de UP es con la democracia liberal, no con las dictaduras.".
Este señor está clarito. Aquí los rojos también decían que no había democracia verdadera en 40 años, porque era una continuación de la oligarquía de los dueños del valle. Lo mismo dicen en Colombia, y en todos lados donde está su secta. Ahí lo que esconden es que realmente no creen en la democracia liberal, sino en la dictadura del proletariado. Unidas Podemos reciente no los totalitarismos, sino que su secta no sea quien lo imponga.
En el mismo sentido, un gran artículo de hace unos años, escrito por el desaparecido Santos Juliá:
Muy buena noticia. Cuando lo abran iré a verlo y así de paso conozco Teruel
Interesante diseño.
Abrigaté
No soy frioleró
Con el calorazo no puedo, pero el fresquito no me molesta.
O vete en verano.
El capi sin las tildes esdrújulas mal puestas no sería el capi. No pone una bien el cabrón xDDDD
En "argentino" creo que está bien escrito.
En verano, en verano. Como muy pronto en abril. Compite con Soria en ser la zona más fría de España.
Me recuerda al título de un disco de Juan Luis Guerra:
Escrita así sí, desde luego
En "jódete" sobre todo supersobreacentúo la e final .... debería escribirlo así como jo-de-TÉ! y utilizar, de haberlo, el signo ortográfico que representara el dedo corazón levantado.
Lo de la SER no sé si será ignorancia o mala fe, pero en cualquier caso para mí la diferencia fundamental entre ambas zonas durante la Guerra Civil es que solo en la republicana hubo personas con autoridad que se desvelaron por proteger la vida de los presos, que no lo eran por franquistas, sino por estar en desacuerdo con el Gobierno del Frente Popular. Una de esas personas, quizá la más destacada, fue el anarquista Melchor Rodríguez, así que merecidísima la medalla.
La labor humanitaria de Rodríguez precisamente honra al bando republicano, quizá por eso los franquistas lo encarcelaron tras la guerra. A su entierro acudieron gentes de ideas opuestas y ahora le rinde homenaje un alcalde derechas.
No sé, yo creo que deberíamos alegrarnos.
Pero qué sabrá un profesor de historia en la UC3M, especialista en historia del anarquismo.