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La diñó Carrillo. Con 90 y tantos, para que digan que fumar es malo

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Comentarios

  • El caso de Grimau es especialmente sangrante. Fraga no sólo estuvo entre quienes aprobaron su muerte sino que además, como ministro de Información franquista, llevó a cabo una campaña para justificar la condena. Pero la cosa no quedó ahí, ya que en 2006 votó junto a su partido en contra de la rehabilitación de Grimau.

    Ah, y volviendo a Carrillo, la hija de Grimau tampoco tiene muy buen recuerdo de él, como ya contamos aquí.
  • Votó en contra del indulto igual que el resto de ministros y Franco, que es lo mismo que firmar la sentencia de muerte.
  • "hiperionn&quot escribió :
    Y de todas formas, si vamos a "fusilar" al alguien por haber sido ministro cuando hubo alguna sentencia de muerte, no nos olvidemos del tal elogiado y apreciado Adolfo Suárez, ministro del Movimiento, osea, el ministro más político de todos, cuando las penas de muerte del 75

    Suárez fue ministro después de morir Franco.
  • editado abril 2013 PM
    "Diego&quot escribió :
    Que Fraga firmaba penas de muerte por el delito de discrepar con Franco es un hecho histórico demostrado y documentado, no una suposición o corazonada. Aun así, si alguien dijese que Fraga es el Hitler español, diría que es una bochornosa estupidez.

    El Hitler español no, pero un asesino, si. Igual que Carrillo. Las manos manchadas de sangre, igual. Los "padres de la Constitución" tan chachis que tenemos ...
  • Abundando en el tema, el problema de España nunca ha sido los Carrillos o los Fragas, ha sido que medio país adora/defiende a los asesinos de una acera y medio país a los de la otra.
  • Abundando en el tema, el problema de España nunca ha sido los Carrillos o los Fragas, ha sido que medio país adora/defiende a los asesinos de una acera y medio país a los de la otra.

    La tercera España que pierde el suelo o tiene que salir corriendo. Más un millón.
  • Los fusilados en tiempos de Franco fueron juzgados por tribunales que eran un insulto al concepto de justicia, pero al menos habían asesinado a gente,


    :jpshakehead:
  • "codigorojo&quot escribió :

    :jpshakehead:

    No pongas cara de idiota. A ver si te crees que todos los que organizaron las masacres en la retaguardia republicana tuvieron tanta suerte como Carrillo o "La Pasionaria" y se fueron de rositas. Muchos no pudieron escapar y pagaron por sus crímenes ante un pelotón de ejecución.
  • "Diego&quot escribió :
    Hombre, está demostrada la responsabilidad de Fraga, la de Carrillo se desconoce.

    La desconoces tú, insisto.
  • editado abril 2013 PM
    "Trachemys&quot escribió :
    No pongas cara de idiota. A ver si te crees que todos los que organizaron las masacres en la retaguardia republicana tuvieron tanta suerte como Carrillo o "La Pasionaria" y se fueron de rositas. Muchos no pudieron escapar y pagaron por sus crímenes ante un pelotón de ejecución.

    Estamos hablando de Fraga, no de los asesinos y verdugos de los primeros tiempos de la posguerra. Fraga ahí no mandaba, que yo sepa. Los asesinatos de Fraga son los que se produjeron cuando estaba de Ministro del Interior, algunos de ellos contra "asesinos" cuyos crímenes eran ser un mandatario del PCE y algunos ejecutados legalmente y otros "suicidados" (cosa de la que no hay pruebas de que no fue suicidio pero no fue suicidio, me cabe tan poca duda como en el caso de Carrillo) en los sótanos de la DGS.
  • Estamos hablando de Fraga, no de los asesinos y verdugos de los primeros tiempos de la posguerra. Fraga ahí no mandaba, que yo sepa. Los asesinatos de Fraga son los que se produjeron cuando estaba de Ministro del Interior,

    En vida de Franco Fraga fue ministro de Información y Turismo.

    Con Arias Navarro fue ministro de Interior (Gobernación se llamaba entonces), y como tal fue responsable de los muertos y heridos en los sucesos de Vitoria y Montejurra (1976). Aunque bueno, como no hay órdenes firmadas al respecto supongo que Diego desconocerá la responsabilidad de Fraga en todo aquello.
  • ... y otros "suicidados" (cosa de la que no hay pruebas de que no fue suicidio pero no fue suicidio, me cabe tan poca duda como en el caso de Carrillo),...

    Creía que ibas a decir como en el caso de Carromero , aunque eso está más que claro y demostrado que fue un "accidente". El ejemplo de Carrillo también me vale.
  • "Trachemys&quot escribió :
    Creía que ibas a decir como en el caso de Carromero , aunque eso está más que claro y demostrado que fue un "accidente". El ejemplo de Carrillo también me vale.

    Bueno, el caso de Carromero más que nada es que no tendría mucho sentido que la dictadura cubana atrajera así la atención, actuando en plan 007 para asesinar opositores, cuando no tiene el más mínimo problema en meterlos tropecientos años de cárcel a las claras. Si le sumas los antecedentes de Facharruquito, tampoco da mucho lugar a dudas.
  • Bueno, el caso de Carromero más que nada es que no tendría mucho sentido que la dictadura cubana atrajera así la atención, actuando en plan 007 para asesinar opositores, cuando no tiene el más mínimo problema en meterlos tropecientos años de cárcel a las claras. Si le sumas los antecedentes de Facharruquito, tampoco da mucho lugar a dudas.

    Y la dictadura franquísta tampoco tenía el más mínimo problema en encarcelarlos o ejecutarlos si hacía falta sin tener que recurrir al "suicidio". Sin embargo, todo el mundo tiene claro que lo del franquísmo no eran "suicidios", y que lo del régimen castrista es un "accidente" a todas luces.
  • "Trachemys&quot escribió :
    Y la dictadura franquísta tampoco tenía el más mínimo problema en encarcelarlos o ejecutarlos si hacía falta sin tener que recurrir al "suicidio". Sin embargo, todo el mundo tiene claro que lo del franquísmo no eran "suicidios", y que lo del régimen castrista es un "accidente" a todas luces.


    Cosas de ser facharruquito, si fuese un tipo responsable sería más creible, pero como es un anormal que le quitan el carnet por pilotar privado y sigue conduciendo de fiesta, es muy poco creible.
  • La caza del zorro rojo

    Paul Preston ha construido una historia sobre Santiago Carrillo repleta de alicientes
    En 'El zorro rojo' hilvana un relato sobre la idea de que el político siempre se guio por el interés propio y "traicionó a sus camaradas"



    Jorge M. Reverte 27 ABR 2013 - 01:01 CET


    Vaya por delante: Paul Preston ha construido una historia de Santiago Carrillo repleta de alicientes. Bien escrita, amena y con un aparato documental que, si no siempre se apoya en fuentes primarias, tiene la suficiente envergadura como para apoyar el relato con gran solvencia.

    Y vaya también por delante que ese relato está marcado por una idea fuerza que lo arma de una poderosa intención desde sus primeras páginas hasta la conclusión: Carrillo siempre actuó, a lo largo de su vida entera, como un hombre guiado por “el interés propio. En consecuencia, traicionó a camaradas y se apropió de sus ideas… su ambición y la rigidez con la que la puso en práctica malbarataron los sacrificios y el heroísmo de las decenas de miles de militantes que sufrieron en la lucha contra Franco”.

    Estas frases finales provocan alguna pregunta: ¿habría podido llegar a ser hegemónico el partido comunista en España si su dirección hubiera estado en manos más generosas y abiertas? ¿Habrían cometido menos crímenes los comunistas si sus líderes hubieran sido menos estalinistas?

    En el verano de 1936 el comunista Fernando Claudín y el socialista Santiago Carrillo llevaron adelante una jugada maestra que culminaron con el paso a la disciplina comunista de las juventudes unificadas en la JSU. Fue la primera traición de Carrillo que inició así, según el relato de Preston, una carrera por el poder que le llevaría en 18 años a la máxima dirección del PCE.

    Entre las dos fechas, muchos crímenes, que no se inventa Preston. Desde Paracuellos, que por fin entra en el desarrollo del historiador inglés como una matanza planificada, hasta los asesinatos, alguno frustrado, individualizados de dirigentes “traidores” como Quiñones, Monzón, Trilla, Comorera, o de otros más humildes, como el guerrillero asturiano Luis Montero, Sabugo. A lo largo de los años, la cúpula del PCE dispuso con absoluta impunidad sobre la vida de muchos de sus militantes. Durante la guerra, sobre la de excompañeros que eran tratados peor que los fascistas, como los militantes del POUM.

    Esta lista de crímenes atroces no se distingue demasiado, sin embargo, de la que pueden exhibir otros (o todos) partidos comunistas, disciplinados seguidores de las doctrinas de Stalin sobre cómo resolver los problemas internos en la construcción de su salvaje utopía. ¿Fue Carrillo o fue Carrillo dentro de una cultura política determinada? No había mucho margen si se estaba dentro del aparato. La decisión sobre una muerte compete, desde luego, al que la toma. Pero está claro que sin Carrillo, las habría tomado otro… o no estaríamos hablando de un partido comunista de la época.

    Porque los crímenes del PCE están ligados a la cultura política comunista, y a su sumisión absoluta a los designios del PCUS, que determinaba de forma puntillosa las estrategias de cada uno de los partidos entregados a la defensa de la revolución soviética como primer argumento de su línea de acción.

    La descripción detallada de los errores estratégicos del PCE en su combate contra el franquismo plantea pocas dudas. Y es cierto que Carrillo, como secretario general, fue el mayor responsable de los, en ocasiones, disparatados análisis sobre la debilidad del franquismo, o las oportunistas adjudicaciones de protagonismo en huelgas y disturbios que siempre parecían poner al régimen de Franco contra las cuerdas y siempre fracasaban. En torno a eso, la controversia de Carrillo con Fernando Claudín y Jorge Semprún merece en el libro una síntesis bien montada a partir de los densos testimonios publicados de sus protagonistas.

    Preston fija con acierto la importancia de la reunión de Múnich en 1962 y, sobre todo, de los acontecimientos de Checoslovaquia, invadida por los tanques soviéticos en agosto de 1968. Aquel fue el hecho definitivo que provocó (no solo esta vez con el error, sino con el acierto) los primeros movimientos de independencia del PCE con relación a la Unión Soviética.

    ¿Fue también por ambición personal o porque esta vez acertó con una apuesta política que contribuiría de forma decisiva a la credibilidad democrática de su partido? Carrillo, a partir de 1968, tomando algunas ideas de otros, como Semprún, Claudín o Pradera, encabezó un camino estratégico que dio frutos abundantes. El PCE, desde luego, acabó convirtiéndose en la fuerza decisiva para que se produjera una alianza entre fuerzas muy dispares que liquidara el franquismo por la vía pacífica. También se convirtió en un partido de más de doscientos mil afiliados con carné.

    Y no fueron (aunque los hubiera) los errores de Carrillo los que dieron al PSOE el papel de partido hegemónico de la izquierda en los años que siguieron. Ese llegó a ser el sueño de Carrillo, como probablemente Suárez soñó que la UCD se consolidaría como un partido dominante.

    Y quizás hay algo de contagio en el historiador de ese sueño cuando se considera que la gran ambición del que fue dirigente del PCE tantos años malbarató los esfuerzos de miles de militantes.


    EL PAÍS
  • editado mayo 2013 PM
    "Nuberu&quot escribió :
    Preston que pasa que no tuvo tiempo hasta ahora para todo esto, ¿o es que los muertos no hablan ni denuncian por calumnias?

    Sin pretender defender la figura de Carrillo, me sorprende el tiempo que se ha tomado el hombre cuando hablamos de sucesos de hace muchos años.

    Si Carrillo siguiera vivo no habría denunciado a Preston, de la misma forma que tampoco denunció en su día a todos los autores que lo han ido tachando de mentiroso a lo largo de los años, de forma más o menos directa, responsabilizándolo así de la matanza, en mayor o menor grado.

    A lo que más ha llegado ha sido a mandar al infierno a quien le preguntaba sobre Paracuellos. Lógicamente, nunca le ha gustado hablar del tema.

    Pero sí es verdad que Preston ha tardado mucho tiempo en darse cuenta de las mentiras que ha contado Carrillo sobre su vida. Aunque la primera vez que las atisbó fue hace ya dos años, cuando publicó "El holocausto español". En la entrevista que he enlazado acusaba directamente a Carrillo de mentir sobre Paracuellos, y encima de hacerlo de forma infantil. Carrillo, que estaba vivo, no sólo no se quejó, sino que en el libro que publicó después de muerto (cual Cid Campeador de la literatura marxista  :chis:), "Mi testamento político", afirmaba que por fin se había convencido de lo que realmente sucedió en Paracuellos gracias precisamente al libro de Preston. Un libro en el que justamente ya quedaban desmentidas sus trolas al respecto. Y lo que realmente sucedió, según la última versión de Carrillo, es que la culpa de la matanza de Paracuellos la tuvieron, nuevamente, los incontrolados cenetistas, Manuel Muñoz -director general de Seguridad y, como tal, responsable de las sacas en Madrid hasta la formación de la Junta de Defensa- e incluso el Gobierno de la República. Pero ni los comunistas ni, por supuesto, él mismo. Así, mintió burdamente hasta el fin de sus días (e incluso después  :chis: ).

    La novedad no es tanto lo que cuenta Preston sobre Carrillo, sino que lo diga un autor como él, que siempre ha gozado de respeto entre la izquierda.
  • ¿Pero hay que ser de Lavapiés?  :chis:
  • No sé, lo siento, pero después de meses después de su muerte, no le voy a defender.

    Por mucho que sea padre de la transición a la democracia junto con Fraga, veo más oscuros que claros. Y eso de Paracuellos que jamás se sabrá qué realmente pasó (que es lo que más suena).

    En fin, no entiendo su defensa de la gente, pero en fin, allá cada uno...

    Saludos.
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