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El grupo liberal en la Eurocámara (ALDE) ha admitido este martes la entrada en su seno de los cuatro eurodiputados de UPyD y de los dos de Ciudadanos (C's) con el único voto en contra de CDC y el PNV, que formaban parte de esta formación.
El presidente de los liberales, Guy Verhofstadt, ha hecho además una declaración en la que señala que su grupo "siempre ha aceptado la prerrogativa de los Estados nación de organizar su orden constitucional interna" y que no tiene previsto adoptar ninguna posición sobre este tipo de cuestiones durante la próxima legislatura.
Como concesión a Convergència y al PNV, los liberales han aceptado crear un grupo de trabajo sobre autodeterminación regional.
Derrota internacional fuerte de Convergencia y de todo el independentismo.
Derrota internacional fuerte de Convergencia y de todo el independentismo.
Un saludo
A mi mas me parece un ridículo inmenso de UPyD, que entra de la mano de los independendistas flamencos de NVA en un grupo parlamentario que dedica los recursos humanos y financieros que les proporciona el europarlamento a
crear un grupo de trabajo sobre autodeterminación regional.
El grupo liberal en la Eurocámara (ALDE) ha admitido este martes la entrada en su seno de los cuatro eurodiputados de UPyD y de los dos de Ciudadanos (C's) con el único voto en contra de CDC y el PNV, que formaban parte de esta formación.
El presidente de los liberales, Guy Verhofstadt, ha hecho además una declaración en la que señala que su grupo "siempre ha aceptado la prerrogativa de los Estados nación de organizar su orden constitucional interna" y que no tiene previsto adoptar ninguna posición sobre este tipo de cuestiones durante la próxima legislatura.
Como concesión a Convergència y al PNV, los liberales han aceptado crear un grupo de trabajo sobre autodeterminación regional.
Derrota internacional fuerte de Convergencia y de todo el independentismo.
Un saludo
Con esa entrada en el ALDE, los nacionalistas españoles de UPD y Cs aceptan que España y Cataluña resuelvan con diálogo y referendo, al estilo británico, sus diferencias.
El grupo liberal en la Eurocámara (ALDE) ha admitido este martes la entrada en su seno de los cuatro eurodiputados de UPyD y de los dos de Ciudadanos (C's) con el único voto en contra de CDC y el PNV, que formaban parte de esta formación.
El presidente de los liberales, Guy Verhofstadt, ha hecho además una declaración en la que señala que su grupo "siempre ha aceptado la prerrogativa de los Estados nación de organizar su orden constitucional interna" y que no tiene previsto adoptar ninguna posición sobre este tipo de cuestiones durante la próxima legislatura.
Como concesión a Convergència y al PNV, los liberales han aceptado crear un grupo de trabajo sobre autodeterminación regional.
Derrota internacional fuerte de Convergencia y de todo el independentismo.
Un saludo
Es verdad. Es una catástrofe. ¡Paren maquinas! ¡La independencia ya no es posible! Mientrastanto estará cachondo ver a los españolistas en el grupo de trabajo sobre autodeterminación...
Sobre colores..., para mi UPD consigue por primera vez una homologacion internacional, punto, que es aceptable para ellos, ni derecha ni socialista, doble punto, que les une a Ciudadanos, tri point, y sobre todo que anula que un grupo del parlamento europeo potente, el tercero, y que tiene influencia en gobiernos europeos, apoye, como apoyaba, pasado, la autodeterminacion de Catalunya, muchos points.
UPD no es mi partido favorito precisamente pero les ha salido la operacion de cojones.
El Rey constitucional que será mañana Felipe de Borbón carecerá casi completamente de poderes, a diferencia de su padre cuando fue investido. Solo dispondrá de uno, en apariencia frágil: “Arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones”. Pero esta limitada competencia, a la escandinava más aún que a la belga, engloba un enorme Poder, con mayúscula: el de la palabra. Mañana dispondrá de una ocasión única para utilizarlo en beneficio de la relegitimación de la institución y al servicio de la convivencia.
Sería desproporcionado cargar sobre el nuevo jefe del Estado la tarea de resolver el principal problema de España —además del desempleo—, a saber: el litigio territorial, y más concretamente, la cuestión catalana. Pero puede contribuir, y mucho, a encauzarla, con una combinación de prudencia y osadía. Sobre todo en ámbitos en que la Monarquía parlamentaria goza de capacidades acreditadas: los símbolos y las emociones.
Prudencia: “Hablando se entiende la gente”, le dijo don Juan Carlos al dirigente republicano Ernest Benach, entonces presidente del Parlament, en 2003. Osadía: “Catalunya és el que els catalans volen que sigui”, certificó el propio Príncipe de Asturias, ante el atril del Parlamento autónomo, en abril de 1990. Él mismo utiliza su idioma con mucho más que soltura en decenas de ocasiones privadas y oficiales.
Sería osado, pero también prudente, que el discurso de proclamación diese un paso más: el uso de las distintas lenguas en un acto —¡y qué acto!— a nivel de todo el Estado, al máximo nivel del Estado. Y no de forma tímida, sino abundante, siguiendo pautas simbólicas como las de la Monarquía de la Bélgica federal o la aún más equitativa de la Confederación Helvética: una apuesta decidida por el plurilingüismo, que sin duda dejaría vislumbrar los beneficios de una cooficialidad, aunque acotada, mucho más ambiciosa.
Sería osado, pero también prudente, que el discurso de proclamación diese un paso más: el uso de las distintas lenguas
Las lenguas de España —el castellano, el gallego, el euskera y el catalán en sus distintas modalidades— constituyen “un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”, reza el (maltrecho, por inédito) artículo 3.3 de esta Constitución que tantos alaban con la boca para conculcarla con los hechos. ¿Inédito? Por supuesto. Baste recordar que hay más interés en las universidades norteamericanas y escandinavas por las distintas lenguas hispánicas que en muchas de la propia España de matriz castellana.
Seguro que si el presidente del Congreso, Jesús Posada, ha sido reglamentariamente generoso con el uso de distintas lenguas por algunos diputados no pondrá pegas a un impulso más decidido procedente de la voz del nuevo jefe del Estado.
El impacto de una apuesta simbólica de este género sería extraordinario. Descubriría a muchos españoles (de los que aún creen en cuentos de hadas) que los catalanes no se empeñan en hablar catalán por fastidiar y solemnizaría que España es un Estado compuesto.
Y demostraría a los nuevos soberanistas de buena fe —irredentistas irrecuperables aparte— que el Estado español es capaz no solo de asumir el uso geográficamente limitado de su lengua, sino de hablar también con su propio idioma, y que se complace en ello.
El manual argumental de los partidarios de un “Estado propio”, signifique lo que sea ese concepto, recoge sinrazones pero también razones bien fundamentadas. Entre otras, la desafección que provoca la desidia —cuando no hostilidad— de la Administración central en la promoción del plurilingüismo. Esos motivos encontrarían en el uso por el Rey de los cuatro idiomas un rotundo contrapunto, que debería facilitar nuevas dinámicas de diálogo. Porque, ¿puede sensatamente considerarse nacionalmente enemigo a un Estado que habla, y ama, y enaltece, tu misma lengua?
No se trata de embaucar a irreductibles, que por otra parte cada vez se muestran más firmes en su soliloquio
No se trata de embaucar a irreductibles, que por otra parte cada vez se muestran más firmes en su soliloquio. Se trata de expresar a una mayoría inquieta, desasosegada, en estado de cuasi rebeldía, y susceptible de acabar de dejarse hechizar por los cantos de sirena de estos, que cabe en España. Aunque para ello esta España deba organizarse de otra manera. No contraria, sino de una mejor manera.
Si la etapa que se inicia mañana quiere perdurar, deberá inexcusablemente emprender reformas de calado, a cargo naturalmente de los partidos y organismos competentes. Las propuestas de reforma constitucional en un sentido federal, que algunos desprecian, ningunean o minusvaloran, están mucho más elaboradas de lo que parece, sobre todo a quienes no han hecho el esfuerzo de leerlas: como la Declaración de Granada, del PSOE. Y hay a disposición otras fórmulas inteligentes, como la “mutación constitucional” de Miguel Herrero.
Es en todo caso muy difícil concebir, sobre todo desde Cataluña, una España que no incorpore bastantes de los exitosos parámetros del federalismo alemán, grandioso paradigma de contrapesos y equilibrios modernos.
Pero ello no basta. Necesita alma. El alma es la cultura, y su herramienta la lengua. Por eso el Ciudadano Rey puede utilizar el poder de la lengua con mucho mayor efecto del imaginable. Solo una Monarquía de corte republicano podrá competir con éxito frente a una República (posiblemente) oligárquica. Solo un Estado federal y plurilingüe es capaz de vencer al proyecto de una pluralidad de Estados (probablemente) débiles y monolingües. De vencer y de convencer.
El Rey constitucional que será mañana Felipe de Borbón carecerá casi completamente de poderes, a diferencia de su padre cuando fue investido. Solo dispondrá de uno, en apariencia frágil: “Arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones”. Pero esta limitada competencia, a la escandinava más aún que a la belga, engloba un enorme Poder, con mayúscula: el de la palabra. Mañana dispondrá de una ocasión única para utilizarlo en beneficio de la relegitimación de la institución y al servicio de la convivencia.
Sería desproporcionado cargar sobre el nuevo jefe del Estado la tarea de resolver el principal problema de España —además del desempleo—, a saber: el litigio territorial, y más concretamente, la cuestión catalana. Pero puede contribuir, y mucho, a encauzarla, con una combinación de prudencia y osadía. Sobre todo en ámbitos en que la Monarquía parlamentaria goza de capacidades acreditadas: los símbolos y las emociones.
Prudencia: “Hablando se entiende la gente”, le dijo don Juan Carlos al dirigente republicano Ernest Benach, entonces presidente del Parlament, en 2003. Osadía: “Catalunya és el que els catalans volen que sigui”, certificó el propio Príncipe de Asturias, ante el atril del Parlamento autónomo, en abril de 1990. Él mismo utiliza su idioma con mucho más que soltura en decenas de ocasiones privadas y oficiales.
Sería osado, pero también prudente, que el discurso de proclamación diese un paso más: el uso de las distintas lenguas en un acto —¡y qué acto!— a nivel de todo el Estado, al máximo nivel del Estado. Y no de forma tímida, sino abundante, siguiendo pautas simbólicas como las de la Monarquía de la Bélgica federal o la aún más equitativa de la Confederación Helvética: una apuesta decidida por el plurilingüismo, que sin duda dejaría vislumbrar los beneficios de una cooficialidad, aunque acotada, mucho más ambiciosa.
Sería osado, pero también prudente, que el discurso de proclamación diese un paso más: el uso de las distintas lenguas
Las lenguas de España —el castellano, el gallego, el euskera y el catalán en sus distintas modalidades— constituyen “un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”, reza el (maltrecho, por inédito) artículo 3.3 de esta Constitución que tantos alaban con la boca para conculcarla con los hechos. ¿Inédito? Por supuesto. Baste recordar que hay más interés en las universidades norteamericanas y escandinavas por las distintas lenguas hispánicas que en muchas de la propia España de matriz castellana.
Seguro que si el presidente del Congreso, Jesús Posada, ha sido reglamentariamente generoso con el uso de distintas lenguas por algunos diputados no pondrá pegas a un impulso más decidido procedente de la voz del nuevo jefe del Estado.
El impacto de una apuesta simbólica de este género sería extraordinario. Descubriría a muchos españoles (de los que aún creen en cuentos de hadas) que los catalanes no se empeñan en hablar catalán por fastidiar y solemnizaría que España es un Estado compuesto.
Y demostraría a los nuevos soberanistas de buena fe —irredentistas irrecuperables aparte— que el Estado español es capaz no solo de asumir el uso geográficamente limitado de su lengua, sino de hablar también con su propio idioma, y que se complace en ello.
El manual argumental de los partidarios de un “Estado propio”, signifique lo que sea ese concepto, recoge sinrazones pero también razones bien fundamentadas. Entre otras, la desafección que provoca la desidia —cuando no hostilidad— de la Administración central en la promoción del plurilingüismo. Esos motivos encontrarían en el uso por el Rey de los cuatro idiomas un rotundo contrapunto, que debería facilitar nuevas dinámicas de diálogo. Porque, ¿puede sensatamente considerarse nacionalmente enemigo a un Estado que habla, y ama, y enaltece, tu misma lengua?
No se trata de embaucar a irreductibles, que por otra parte cada vez se muestran más firmes en su soliloquio
No se trata de embaucar a irreductibles, que por otra parte cada vez se muestran más firmes en su soliloquio. Se trata de expresar a una mayoría inquieta, desasosegada, en estado de cuasi rebeldía, y susceptible de acabar de dejarse hechizar por los cantos de sirena de estos, que cabe en España. Aunque para ello esta España deba organizarse de otra manera. No contraria, sino de una mejor manera.
Si la etapa que se inicia mañana quiere perdurar, deberá inexcusablemente emprender reformas de calado, a cargo naturalmente de los partidos y organismos competentes. Las propuestas de reforma constitucional en un sentido federal, que algunos desprecian, ningunean o minusvaloran, están mucho más elaboradas de lo que parece, sobre todo a quienes no han hecho el esfuerzo de leerlas: como la Declaración de Granada, del PSOE. Y hay a disposición otras fórmulas inteligentes, como la “mutación constitucional” de Miguel Herrero.
Es en todo caso muy difícil concebir, sobre todo desde Cataluña, una España que no incorpore bastantes de los exitosos parámetros del federalismo alemán, grandioso paradigma de contrapesos y equilibrios modernos.
Pero ello no basta. Necesita alma. El alma es la cultura, y su herramienta la lengua. Por eso el Ciudadano Rey puede utilizar el poder de la lengua con mucho mayor efecto del imaginable. Solo una Monarquía de corte republicano podrá competir con éxito frente a una República (posiblemente) oligárquica. Solo un Estado federal y plurilingüe es capaz de vencer al proyecto de una pluralidad de Estados (probablemente) débiles y monolingües. De vencer y de convencer.
Vaya, sigue habiendo gente sensata e inteligente.
Un saludo
Sin lugar a dudas, despedirse en las otras lenguas cooficiales cambia completamente el panorama...ejem... No ha pasado ni un día y ya te han fastidiado la estrategia.
¿Estrategia? :-S , tan facil como que hay gente que le gusta estados UNItodo y gente que nos gusta estados PLURItodo, porque tu defiendes que Catalunya es UNIcultural y UNInacional, ¿verdad?
¿Estrategia? :-S , tan facil como que hay gente que le gusta estados UNItodo y gente que nos gusta estados PLURItodo, porque tu defiendes que Catalunya es UNIcultural y UNInacional, ¿verdad?
Un saludo
Estados pluritodos en los que el rey hace una discurso de media hora y sólo usa las otras lenguas cooficiales para despedirse. La gente "sensata e inteligente" sabe que la España plurinacional es una farsa en la que sólo cuatro cínicos insisten en que es posible.
Luego estamos los que nos cagamos en cualquier sentimiento nacional (yo antes era de los que pensaba que se podía convivir con los nacionalistas españoles, catalanes, gallegos, etc, pero con el tiempo me voy dando cuenta que es imposible) y por tanto nos la pela que el estado sea plurinacional, uninacional o ceronacional, porque consideramos que el estado no está para reprimir o ensalzar sentimientos tribales, sino para darnos servicios, cuanto más eficientes, mejor.
Eso si, no somos ni sensatos ni inteligentes, eso lo dejamos para los abrazabanderas de cualquier signo.
El "y tu mas" es pelin tramposo, pero vale, acepto pulpo, de hecho he puesto un articulo de un catalan que precisamente quiere un estado español mas PLURItodo, lo que suscribo, pero me gustaria que contestases, ¿es Catalunya PLURItodo, como España, como Francia, o es UNItodo?.
El "y tu mas" es pelin tramposo, pero vale, acepto pulpo, de hecho he puesto un articulo de un catalan que precisamente quiere un estado español mas PLURItodo, lo que suscribo, pero me gustaria que contestases, ¿es Catalunya PLURItodo, como España, como Francia, o es UNItodo?.
Un saludo
A poco que sepas historia, la respuesta es evidente, ¿no crees?
El "y tu mas" es pelin tramposo, pero vale, acepto pulpo, de hecho he puesto un articulo de un catalan que precisamente quiere un estado español mas PLURItodo, lo que suscribo, pero me gustaria que contestases, ¿es Catalunya PLURItodo, como España, como Francia, o es UNItodo?.
Un saludo
A nivel institucional ni puta idea, pero a nivel de las personas y por lo poco que yo conozco de Catalauña y algo más por los catalanes que conozco, yo diría que Cataluña es tan plural como el resto de España (o el resto del estado para los que penséis que llamar "España" a Cataluña es pecaminoso) o incluso más, a la altura de cualquier otra región, española o no, que reciba mucho turismo y muchos inmigrantes (es decir, nunca puede ser igual de plural Zamora que Málaga, aunque sólo sea porque el roze hace el cariño y el mestizaje la pluralidad)
Comentarios
Vete a amenazar a tu puta madre, lunático de los cojones.
Derrota internacional fuerte de Convergencia y de todo el independentismo.
Un saludo
A mi mas me parece un ridículo inmenso de UPyD, que entra de la mano de los independendistas flamencos de NVA en un grupo parlamentario que dedica los recursos humanos y financieros que les proporciona el europarlamento a
Con esa entrada en el ALDE, los nacionalistas españoles de UPD y Cs aceptan que España y Cataluña resuelvan con diálogo y referendo, al estilo británico, sus diferencias.
Es verdad. Es una catástrofe. ¡Paren maquinas! ¡La independencia ya no es posible! Mientrastanto estará cachondo ver a los españolistas en el grupo de trabajo sobre autodeterminación...
mediterraneodigital.com/portada/nacional/edicion-cataluna/lerida/cesc-fabregas-se-niega-a-contestar-en-catalan-y-desata-las-iras-de-los-independentistas.html
UPD no es mi partido favorito precisamente pero les ha salido la operacion de cojones.
Un saludo
Vaya, sigue habiendo gente sensata e inteligente.
Un saludo
Asco de gente. (
Un saludo
XD eso también XD
Tiene nivel, pero nada que ver.
Un saludo
Sin lugar a dudas, despedirse en las otras lenguas cooficiales cambia completamente el panorama...ejem... No ha pasado ni un día y ya te han fastidiado la estrategia.
Un saludo
Estados pluritodos en los que el rey hace una discurso de media hora y sólo usa las otras lenguas cooficiales para despedirse. La gente "sensata e inteligente" sabe que la España plurinacional es una farsa en la que sólo cuatro cínicos insisten en que es posible.
Eso si, no somos ni sensatos ni inteligentes, eso lo dejamos para los abrazabanderas de cualquier signo.
Si es que a veces somos taaaaan manipulables...
Un saludo
A poco que sepas historia, la respuesta es evidente, ¿no crees?
A nivel institucional ni puta idea, pero a nivel de las personas y por lo poco que yo conozco de Catalauña y algo más por los catalanes que conozco, yo diría que Cataluña es tan plural como el resto de España (o el resto del estado para los que penséis que llamar "España" a Cataluña es pecaminoso) o incluso más, a la altura de cualquier otra región, española o no, que reciba mucho turismo y muchos inmigrantes (es decir, nunca puede ser igual de plural Zamora que Málaga, aunque sólo sea porque el roze hace el cariño y el mestizaje la pluralidad)