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La VERDAD sobre la Guerra Civil y la memoria histórica
No sé si sabrá o dejará de saber. Pero si cree que con esa medalla de la que se ha enterado nadie va a sacar su figura del olvido y la distorsión, puede abrir una botellita de champagne a su salud.
La investigación mantiene que las mujeres tuvieron un mayor éxito que los hombres a la hora de sabotear el bando republicano gracias a sus “estrategias micropolíticas”, que era más fácil que pasasen desapercibidas. Esa era una de las claves de su silencioso éxito: “La Quinta Columna fue una organización en la sombra encargada de boicotear la legalidad vigente, y al prohibírseles la movilización a los frentes, las mujeres no solo eran mayoría, sino que tuvieron un acceso privilegiado a los medios de producción o comunicación en la retaguardia”, explica la autora de 'Mujeres en guerra. Almería, 1936-1939'.
No solo eso, sino que la condescendencia con que las mujeres eran tratadas en el masculino ambiente de guerra jugó en su favor: era frecuente que nadie pensase en que podían estar trabajando para el enemigo. Sin embargo, sus tentáculos se extendían por entornos que les estaban vedados a los hombres, desde los más inmediatos (mercados, peluquerías) a ciertos despachos de ministerios o juzgados donde las mujeres de clase alta podían entrar fácilmente. “Determinados trabajos que tenían que ver con el tacto fino en laboratorios, la seducción y el espionaje, o el ocultamiento dentro del hogar, también fueron capitalizados por mujeres”, explica la autora.
Uno de los grupos más célebres fue el Auxilio Azul María Paz, que sí fue recogido por el historiador franquista Tomás Borrás y que debía su nombre a una joven falangista asesinada en octubre de 1936. Fundado por la hermana de esta, fue el primer grupo quintacolumnista madrileño y, antes de ser absorbido por la organización falangista, consiguió proporcionar comida y protección a los nacionales perseguidos, crear una red de 289 enfermeras para atender a los heridos, organizar rutas de escape a la zona franquista, recoger información sobre republicanos peligrosos, infiltrarse en el Servicio de Información Militar (inteligencia y seguridad de la República) e incluso colocar a un abogado en el Tribunal Popular que perseguía el espionaje. Es posible, sugiere la investigación, que su número rondase las 620 mujeres, aunque puede ser aún más alto.
Organizaciones semejantes también aparecieron en Barcelona, donde es conocida la historia de Carmen Trochoni, ejecutada por espionaje en marzo de 1938, y una misteriosa María Eugenia, de la que se decía que controlaba el 90% de las acciones quintacolumnistas de la capital; en Valencia, donde el montante pudo ascender a 70; en Alicante, donde 30 mujeres fueron detenidas por espionaje, o en Almería, donde la carlista Carmen Góngora López había creado una organización exclusivamente femenina alrededor del obispo local cuya principal misión era proteger a los religiosos de la violencia anticlerical que había acabado con la vida de más de 100 sacerdotes en la provincia. Allí celebraron misas secretas, introdujeron a 500 personas en la zona rebelde, organizaron protestas y difundieron bulos.
Los autores recuerdan que la importancia de estas mujeres fue incluso mayor en las zonas rurales. En Asturias, más de la mitad de los miembros de las redes nacionales eran mujeres, según un informe del PCE de diciembre de 1936. En Guadix (Granada), por ejemplo, se identificó un grupo quintacolumnista formado en su mayoría por mujeres, algunas de ellas monjas; la mayoría eran mujeres católicas y familiares de autoridades locales. El estudio cita a Manuel Uribarri, uno de los principales responsables del SIM, que llegó a escribir en sus memorias que por cada hombre de la Quinta Columna tendrían que haber detenido a 10 mujeres y que uno de sus errores había sido ignorar “el nido de avispas de esa hidra femenina”, ya que “la maldad descansa en el bello sexo”.
Me estoy leyendo este interesante a la par que ameno libro del historiador Julius Ruiz:
Y entre otras muchas cosas, cuenta que la columna vertebral de la famosa quinta columna franquista en la Guerra Civil -que existió de verdad- estaba formada básicamente por mujeres.
Es un hecho chocante y poco conocido.
Chocante porque el bando que aparentemente estaba más a favor de la liberación femenina era el republicano, pero estas mujeres se ve que de lo único que querían librarse era del ambiente revolucionario y del anticlericalismo. A su vez, los servicios secretos republicanos, formados básicamente por hombres, eran tremendamente misóginos, ya que por un lado despreciaban a las mujeres en general al no creerlas capaces de poder influir en el desarrollo de la guerra, y por otro, al tener que enfrentarse a muchas de ellas, relacionaban dicho género con el fascismo.
Poco conocido porque, como se dice en el artículo de arriba:
“Su fuerza contribuyó a la victoria franquista, aunque no convenía airear los medios empleados para ello”, concluye la historiadora. “No es que se ocultara a estas mujeres, elevadas a la categoría de mártires, pero su heroísmo en la guerra no se volvería a repetir”. Década tras década, su historia ha ido cayendo en el olvido, al no encajar en ningún estereotipo: demasiado independientes para la derecha, demasiado franquistas para el feminismo. El objetivo de estas mujeres ordinarias era vivir una existencia tradicional y católica, aquella que el nuevo régimen les iba a garantizar. Como recuerda Rodríguez López, “puede parecer espantoso a nuestros ojos modernos pero, tal y como ellas veían la realidad, habían ganado su guerra”.
Pues nada, en estos tiempos en los que estamos dando visibilidad a las mujeres, en el presente y en la historia, creo que las quintacolumnistas de Franco también la merecen
La investigación mantiene que las mujeres tuvieron un mayor éxito que los hombres a la hora de sabotear el bando republicano gracias a sus “estrategias micropolíticas”, que era más fácil que pasasen desapercibidas. Esa era una de las claves de su silencioso éxito: “La Quinta Columna fue una organización en la sombra encargada de boicotear la legalidad vigente, y al prohibírseles la movilización a los frentes, las mujeres no solo eran mayoría, sino que tuvieron un acceso privilegiado a los medios de producción o comunicación en la retaguardia”, explica la autora de 'Mujeres en guerra. Almería, 1936-1939'.
No solo eso, sino que la condescendencia con que las mujeres eran tratadas en el masculino ambiente de guerra jugó en su favor: era frecuente que nadie pensase en que podían estar trabajando para el enemigo. Sin embargo, sus tentáculos se extendían por entornos que les estaban vedados a los hombres, desde los más inmediatos (mercados, peluquerías) a ciertos despachos de ministerios o juzgados donde las mujeres de clase alta podían entrar fácilmente. “Determinados trabajos que tenían que ver con el tacto fino en laboratorios, la seducción y el espionaje, o el ocultamiento dentro del hogar, también fueron capitalizados por mujeres”, explica la autora.
Uno de los grupos más célebres fue el Auxilio Azul María Paz, que sí fue recogido por el historiador franquista Tomás Borrás y que debía su nombre a una joven falangista asesinada en octubre de 1936. Fundado por la hermana de esta, fue el primer grupo quintacolumnista madrileño y, antes de ser absorbido por la organización falangista, consiguió proporcionar comida y protección a los nacionales perseguidos, crear una red de 289 enfermeras para atender a los heridos, organizar rutas de escape a la zona franquista, recoger información sobre republicanos peligrosos, infiltrarse en el Servicio de Información Militar (inteligencia y seguridad de la República) e incluso colocar a un abogado en el Tribunal Popular que perseguía el espionaje. Es posible, sugiere la investigación, que su número rondase las 620 mujeres, aunque puede ser aún más alto.
Organizaciones semejantes también aparecieron en Barcelona, donde es conocida la historia de Carmen Trochoni, ejecutada por espionaje en marzo de 1938, y una misteriosa María Eugenia, de la que se decía que controlaba el 90% de las acciones quintacolumnistas de la capital; en Valencia, donde el montante pudo ascender a 70; en Alicante, donde 30 mujeres fueron detenidas por espionaje, o en Almería, donde la carlista Carmen Góngora López había creado una organización exclusivamente femenina alrededor del obispo local cuya principal misión era proteger a los religiosos de la violencia anticlerical que había acabado con la vida de más de 100 sacerdotes en la provincia. Allí celebraron misas secretas, introdujeron a 500 personas en la zona rebelde, organizaron protestas y difundieron bulos.
Los autores recuerdan que la importancia de estas mujeres fue incluso mayor en las zonas rurales. En Asturias, más de la mitad de los miembros de las redes nacionales eran mujeres, según un informe del PCE de diciembre de 1936. En Guadix (Granada), por ejemplo, se identificó un grupo quintacolumnista formado en su mayoría por mujeres, algunas de ellas monjas; la mayoría eran mujeres católicas y familiares de autoridades locales. El estudio cita a Manuel Uribarri, uno de los principales responsables del SIM, que llegó a escribir en sus memorias que por cada hombre de la Quinta Columna tendrían que haber detenido a 10 mujeres y que uno de sus errores había sido ignorar “el nido de avispas de esa hidra femenina”, ya que “la maldad descansa en el bello sexo”.
Me estoy leyendo este interesante a la par que ameno libro del historiador Julius Ruiz:
Y entre otras muchas cosas, cuenta que la columna vertebral de la famosa quinta columna franquista en la Guerra Civil -que existió de verdad- estaba formada básicamente por mujeres.
Es un hecho chocante y poco conocido.
Chocante porque el bando que aparentemente estaba más a favor de la liberación femenina era el republicano, pero estas mujeres se ve que de lo único que querían librarse era del ambiente revolucionario y del anticlericalismo. A su vez, los servicios secretos republicanos, formados básicamente por hombres, eran tremendamente misóginos, ya que por un lado despreciaban a las mujeres en general al no creerlas capaces de poder influir en el desarrollo de la guerra, y por otro, al tener que enfrentarse a muchas de ellas, relacionaban dicho género con el fascismo.
Poco conocido porque, como se dice en el artículo de arriba:
“Su fuerza contribuyó a la victoria franquista, aunque no convenía airear los medios empleados para ello”, concluye la historiadora. “No es que se ocultara a estas mujeres, elevadas a la categoría de mártires, pero su heroísmo en la guerra no se volvería a repetir”. Década tras década, su historia ha ido cayendo en el olvido, al no encajar en ningún estereotipo: demasiado independientes para la derecha, demasiado franquistas para el feminismo. El objetivo de estas mujeres ordinarias era vivir una existencia tradicional y católica, aquella que el nuevo régimen les iba a garantizar. Como recuerda Rodríguez López, “puede parecer espantoso a nuestros ojos modernos pero, tal y como ellas veían la realidad, habían ganado su guerra”.
Pues nada, en estos tiempos en los que estamos dando visibilidad a las mujeres, en el presente y en la historia, creo que las quintacolumnistas de Franco también la merecen
Esas mujeres españolas asesinadas por los comunistas, en realidad defendían los valores familiares, donde la religión tenía el mayor peso. Vayan a una misa, y vean la correlación entre hombres y mujeres que asisten. Eso tiene una explicación antropológica, y por eso regímenes como el cubano y las guerrillas izquierdista latinoamericanas, les ha tocado ser flexibles con el tema de la religión, al punto que han intentado grotescamente incorporarla al marxismo, con la aberrada "teología de la liberación". La idea de comunistas asesinando sacerdotes y monjas, y quemando iglesias, el centro de la vida social y moral de la comunidad, jamás hubiera sido tolerado por las mujeres, guardianas de dichos valores, y menos en las zonas rurales.
Me imagino a las mujeres española viendo como los comunistas asesinaban sacerdotes, violaban monjas y también las asesinaban, y quemaban las iglesias donde se casaban y sus hijos eran bautizados. El odio hacía ellos debió ser tremendo.
Chocante porque el bando que aparentemente estaba más a favor de la liberación femenina era el republicano
¿Aparentemente, Afri? ¿De verdad?
Mensaje radiofónico del asesino y ladrón, el general traidor al que Primo de Rivera había echado del ejército y la República había readmitido, el hijo de la grandísima puta Gonzalo Queipo de Llano:
“Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen”.
En favor de Gonzalito hay que decir que a la hora de robar le daba igual que sus víctimas fueran de izquierdas o de derechas, como cuando robó el cortijo de Gambogaz (el más productivo de toda la provincia de Sevilla):
Y que todvía tengamos que soportar a las alimañas que de él descienden echando espumarajos por la boca porque habían sacado de la Macarena los restos de "El salvador de Sevilla"
No, si las palabras de Queipo me las sé de memoria porque son harto conocidas. En cambio no lo son tanto las que tienes arriba de Manuel Uribarri, que fue jefe del SIM, el servicio secreto republicano. Te las copipego otra vez:
El estudio cita a Manuel Uribarri, uno de los principales responsables del SIM, que llegó a escribir en sus memorias que por cada hombre de la Quinta Columna tendrían que haber detenido a 10 mujeres y que uno de sus errores había sido ignorar “el nido de avispas de esa hidra femenina”, ya que “la maldad descansa en el bello sexo”.
Por eso digo lo de "aparentemente": en teoría, el bando cercano a la liberación femenina era el republicano, por supuesto, pero en la práctica tenías a los agentes de los servicios secretos de la República enfrentándose a miles de mujeres que, desde retaguardia, hacían todo lo que podían por favorecer la victoria franquista. Cosa que a los agentes esos les hizo ser machistas y misóginos hasta decir basta.
Solo en Madrid, la organización falangista femenina y clandestina Auxilio Azul tuvo hasta seis mil miembras, nada menos. Por cierto, que su fundadora, María Paz Martínez Unciti, fue fusilada por los republicanos con tan solo 18 años.
En fin, que toda esta historia no deja de ser algo sorprendente. O quizá no tanto, que por algo la artífice del voto femenino en España, Clara Campoamor, salió por patas de España en cuanto pudo tras el estallido de la guerra y no quiso saber nada de ninguno de los dos bandos.
El 30 de octubre de 1936, Martínez fue capturada cuando acompañaba a un perseguido a la Embajada de Finlandia.4 Fue conducida a la checa de Fomento, donde fue interrogada, para ser más tarde fusilada en Vallecas, cuando tenía 18 años.
Los comunistas asesinaron a la niña por un bien mayor para las masas, ten la seguridad.
En la GC hubieron dos bandos: el ejército de la República versus el bando golpista fascista. Campoamor era republicana, no fascista. No volvió porque en España pesaba sobre ella una condena de al menos doce anños de prisión.
A Campoamor UGT y CNT la asociaron con el desastre de la gestión del golpe de estado militar (del que se conocían los detalles desde mucho antes de que ocurriera) por parte de Casares-Quiroga, con quien mantenía una relación estrecha, gestión que rayaba la connivencia con los generales sublevados.
Y nunca hubo dos bandos, lo que hubo fue un golpe de estado militar propiciado contra un gobierno legítimo. Se sigue intentando disociar los hechos por parte del revisionismo.
La mujer perdió, con el paso de la democracia a la dictadura unos cuantos derechos, así a bote pronto:
Abrir una cuenta bancaria, divorciarse, fumar en público, divorciarse, tener pasaporte para viajar, llevar pantalones, comprar sin su marido (me refiero, por ejemplo, a comprar una caa, no a comprar en el mercado .... luego estaban las "recomendaciones" de la sección femenina, todas orientadas a una mujer sumisa y en la cocina con la pata quebrada.
Aparentemente no se, pero, efectivamente, la mujer perdió bastantes derechos y su situación se deterioró bastante, sin ir más lejos, si tu marido te hostiaba, te tenías que joder y aguantarte.
Y si, históricamente, la mujer ha estado mucho más manejada por la iglesia que el hombre. Es la pescadilla que se muerde la cola: un menor acceso a la educación produce un más fácil manejo por parte de los magufos, que, al tener más poder, dictan un menor acceso de la mujer a la educación (es un proceso como el que hoy en día sufren los partidos islamistas).
esa cadena hoy en día se ha roto y por eso la magufería y sus representantes políticos tienen tantísimo interés en volver a manejar el sistema educativo, a base de colegios privados o concertados.
Bueno, esto que voy a contar ahora es ya una anécdota personal. Yo tenía una muy buena amiga en un pueblo de Ciudad real, Herencia, cuya familia (por parte de madre) era comunista de toda la vida. Uno de sus tíos murió en la guerra, otro murió de hambre en Herrera de la Mancha y quedaron solo las mujeres de la familia.
Bueno, pues esas mujeres, a las que habían rapado al cero eran obligadas, cada vez que pasaban delante de la iglesia del pueblo, a arrodillarse y hacer esa parte del trayecto "caminando" de rodillas. Eran obligadas a hostias por la Guardia Civil.
Esas eran las bondades del franquismo para con las mujeres, en este caso con las mujeres republicanas, a las que, a parte del ostracismo y la pérdida de derechos que sufrían las demás mujeres, hubieron de sufrir el ensañamiento de ese régimen asesino, cruel y vengativo.
PD: La abuela de mi amiga estuvo años sin salir de su casa por no arrodillarse ante la iglesia, pero su madre y sus tías si que recibieron muchas palizas y muchos malos tratos.
Bueno, esto que voy a contar ahora es ya una anécdota personal. Yo tenía una muy buena amiga en un pueblo de Ciudad real, Herencia, cuya familia (por parte de madre) era comunista de toda la vida. Uno de sus tíos murió en la guerra, otro murió de hambre en Herrera de la Mancha y quedaron solo las mujeres de la familia.
Bueno, pues esas mujeres, a las que habían rapado al cero eran obligadas, cada vez que pasaban delante de la iglesia del pueblo, a arrodillarse y hacer esa parte del trayecto "caminando" de rodillas. Eran obligadas a hostias por la Guardia Civil.
Esas eran las bondades del franquismo para con las mujeres, en este caso con las mujeres republicanas, a las que, a parte del ostracismo y la pérdida de derechos que sufrían las demás mujeres, hubieron de sufrir el ensañamiento de ese régimen asesino, cruel y vengativo.
PD: La abuela de mi amiga estuvo años sin salir de su casa por no arrodillarse ante la iglesia, pero su madre y sus tías si que recibieron muchas palizas y muchos malos tratos.
No es lo mismo, por lo prolongado en el tiempo, pero yo también tengo casos de palizas por la chorrada llevar una prenda roja, en el caso de mi abuela unos pendientes rojos. Se enteró mientras le daban las hostias del motivo, ni siquiera los llevaba por connotaciones políticas.
Aparentemente cosas peores que en la etapa de la República.
La mujer perdió, con el paso de la democracia a la dictadura unos cuantos derechos, así a bote pronto:
Abrir una cuenta bancaria, divorciarse, fumar en público, divorciarse, tener pasaporte para viajar, llevar pantalones, comprar sin su marido (me refiero, por ejemplo, a comprar una caa, no a comprar en el mercado .... luego estaban las "recomendaciones" de la sección femenina, todas orientadas a una mujer sumisa y en la cocina con la pata quebrada.
Aparentemente no se, pero, efectivamente, la mujer perdió bastantes derechos y su situación se deterioró bastante, sin ir más lejos, si tu marido te hostiaba, te tenías que joder y aguantarte.
Y si, históricamente, la mujer ha estado mucho más manejada por la iglesia que el hombre. Es la pescadilla que se muerde la cola: un menor acceso a la educación produce un más fácil manejo por parte de los magufos, que, al tener más poder, dictan un menor acceso de la mujer a la educación (es un proceso como el que hoy en día sufren los partidos islamistas).
esa cadena hoy en día se ha roto y por eso la magufería y sus representantes políticos tienen tantísimo interés en volver a manejar el sistema educativo, a base de colegios privados o concertados.
+100
Lo que pasó en la Guerra Civil es importante, lo que pasó después, y ganó el bando que ganó, es más importante porque fueron 40 años, afecto a toda la población, y no tiene ninguna "explicación" más que eran sus ideas.
En todo caso es obvio que España no ha sido un país cómodo para las mujeres.
Amigos, os estáis marcando un hombre de paja descomunal. Aquí creo que nadie niega la represión franquista, ni durante la guerra ni después, ni el evidente machismo del régimen. Todo eso es obvio y más que sabido. Lo que estoy diciendo es que en el lado republicano, durante la guerra, ocurrían cosas bastante similares.
Me sorprenede que a estas alturas haya que aclarar que una cosa fue el régimen parlamentario que existió en España hasta la guerra, y otra bastante diferente el régimen revolucionario y semiplural en que se transformó la zona republicana durante la contienda.
En cuanto a Clara Campoamor, por supuesto que era republicana, pero también liberal, y eso último la convirtió en una apestada entre sus propios correligionarios ya desde antes de la guerra. Que fuera la artífice del voto femenino y del divorcio en España parecía no importar mucho a quienes se suponía que debían apoyar tamaños logros, y por eso no la admitieron en Izquierda Republicana. Y también por eso en su libro El voto femenino y yo: mi pecado mortal, publicado en 1936, evidenciaba su soledad política y no dudaba en criticar la hipocresía de los propios republicanos:
Los hombres republicanos toleran en los partidos a las mujeres, a condición de que de su actuación inocua, débil o fracasada no tengan nada que temer; a condición de que las puedan desdeñar; pero se oponen por todos los medios, limpios o no, a dar paso a las otras.
Y por supuesto que no pudo volver a la España franquista, donde la hubieran encarcelado sin duda, pero tampoco hay que olvidar que huyó del Madrid republicano una vez iniciada la guerra porque temía por su vida:
Dejé Madrid a principios de septiembre. La anarquía que reinaba en la capital entre la impotencia del gobierno y la absoluta falta de seguridad personal, incluso para los liberales —o quizás sobre todo para ellos— me impusieron esa prudente medida… Si la gran simpatía que uno siente siempre por quienes se defienden puede ir hasta explicar los errores populares, se niega en llegar hasta el sacrificio oscuro e inútil de la propia vida. Se sabe también que los autores de los excesos, o los que han tolerado que se cometan, siempre encuentran excusas aunque sólo consistan en pretender que hay que juzgar las revoluciones en su conjunto y no en sus detalles, por elocuentes que sean. ¡Y yo no quería ser uno de esos detalles sacrificados inútilmente!
No quise sin embargo marcharme sin llevar conmigo a mi anciana madre de ochenta años y a una sobrinita, únicas personas a mi cargo. Debíamos dejar España por el puerto de Alicante en un barco argentino. Pero en el último momento órdenes del gobierno español nos lo impidieron y, no teniendo más elección, embarcamos en un barco alemán con destino a Génova.
El Gobierno republicano, tan majo él, obligó a Campoamor a viajar en un barco alemán (junto a su madre y su sobrina) donde unos falangistas planearon asesinarla, menos mal que sin conseguirlo.
En su libro La revolución española vista por una republicana, publicado en Francia en 1937 y del que está sacada la cita de arriba, dejó negro sobre blanco que no quería saber nada de ninguno de los dos bandos, repito:
España está hoy entregada al furor y los excesos de dos locuras. Sin embargo es indiscutible, no sólo para nosotros sino para cualquiera que conozca España, que todos esos excesos no pueden ser ordenados ni admitidos alegremente por los dirigentes, en uno y otro campo. Sin embargo, a pesar de que los cometan una minoría de feroces energúmenos que, tanto de un lado como del otro, imponen sus instintos criminales, es cierto que son los dirigentes de las dos fuerzas combatientes quienes fatalmente habrán de asumir su responsabilidad.
Esos excesos, por otra parte, han asustado a mucha gente que ha vuelto la espalda a unos y otros cuando han comprobado las violencias cometidas. Así, una gran parte del pueblo español permanece espiritual y materialmente, en la medida de lo posible, fuera de la lucha. Por mucho que se oigan proclamar los principios de democracia y de libertad en un bando y de redención y de liberación de España en el otro, muchísimos españoles se preguntan qué garantías presenta un porvenir organizado por personas que si no aprueban esas violencias —nos negamos a creerlo— las ven sin embargo con indiferencia.
Otras consecuencias de ese fanatismo es que la violencia total, completa, aplastante de un bando sobre el otro, cargará al vencedor con la responsabilidad de todos los errores cometidos y proporcionará al vencido la base de su futura propaganda, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Precisamente ese hecho, la crueldad manifestada hacia el adversario, viene siendo en España, desde hace varios años, la causa de las sorpresas políticas más extrañas y más contradictorias, al aprovechar la oposición en su beneficio las violencias de las que fue víctima por parte de los que momentáneamente se hallaban en el poder.
En cuanto a creer que alguno de los bandos pudiera, con su victoria, aniquilar al otro totalmente, supone desconocer (además del carácter individualista de los españoles) el hecho de que la lucha de dos políticas extremas desborda las fronteras de una nación cuando ésta, por la fuerza de los acontecimientos, se convierte en la amenaza de una ruptura del equilibrio internacional. Una victoria de ese género no significaría el final de la lucha.
Estas reflexiones nos llevas a la conclusión de que tanto desde el punto de vista nacional como desde el internacional, el triunfo total de uno de los dos bandos presentes, plasmado en la ulterior política del país, no será jamás una garantía ni de paz interna ni de equilibrio de mundial. El drama español necesita otro final, un final que —cualquiera que sea— garantice un apaciguamiento de los ánimos.
Todo esto venía a cuento del tema de las mujeres de la quinta columna, pero veo que no interesa.
Coño, si interesa, y al menos yo no puedo negarlo porque no tengo ni idea del tema, pero salvo que te hayas ido a vivir al Polo Norte los últimos 20 años, sabes que hay un intento ideológico de querer blanquear la dictadura franquista en base a errores y horrores del bando republicano durante la Guerra Civil.
No hace falta decir que mis conocimientos históricos son limitados, y me gusta leer cosas de gente que sabe más que yo.
Coño, si interesa, y al menos yo no puedo negarlo porque no tengo ni idea del tema, pero salvo que te hayas ido a vivir al Polo Norte los últimos 20 años, sabes que hay un intento ideológico de querer blanquear la dictadura franquista en base a errores y horrores del bando republicano durante la Guerra Civil.
Ya, fenomenal, pero es que no sé quién está aquí blanqueando nada.
Por eso digo, a los asesinados por los comunistas hay que olvidarlos y callarlos, y no hacerles justicia, no vaya a ser que se legitimen los fascistas.
A los asesinos hay que condenarlos sin miramientos, vengan de donde vengan, porque de lo contrario, se es cómplices de sus crímenes.
¿Es tan difícil decir que tanto los fascistas como los comunistas son totalitarios hijos de puta?
Lo cierto es que si bien se puede valorar como ilegitima la acción franquista contra la republica al inicio de la guerra, lo que vino luego fue una guerra entre dos totalitarismos criminales, una lucha cruenta entre dos males, y aunque lo quieran negar, el menor de los males, era el franquismo, porque muerto Franco se acabó la dictadura. Con el bando comunista, no había garantía de tal cosa.
https://archive.ph/QcTqD@Stern von Afrika no sé si te llegó noticia de esto. Leyendo el artículo me parece que es la típica investigación que empieza con la conclusión tomada y busca cómo justificarla.
Si por mi fuera, todos los fascistas estarían pudriéndose en el quinto caldero del infierno por totalitarios. La única diferencia con ustedes, es que agrego a los comunistas a compartir también ese caldero. Para los que condenan el fascismo desde la izquierda, existen totalitarios "buenos", y eso es lo verdaderamente repugnante.
Y es un hecho objetivo, que si la dictadura es de derecha militar o comunista, la que tiende históricamente a oprimir a generaciones enteras, es la comunista. Por tanto, por lo menos para las generaciones futuras, resulta peor caer en una dictadura comunista.
https://archive.ph/QcTqD@Stern von Afrika no sé si te llegó noticia de esto. Leyendo el artículo me parece que es la típica investigación que empieza con la conclusión tomada y busca cómo justificarla.
A mí me parece que han descubierto la pólvora, porque de sobra es sabido que los asesinatos de religiosos en la Guerra Civil (y en la Revolución de 1934, que es en realidad donde comenzaron) se debieron por un lado al ancestral anticlericalismo (hubo quema de edificios religiosos en 1936, antes de la guerra, también en 1934, 1931 y por supuesto a inicios del siglo XX, por ejemplo en la Semana Trágica de Barcelona), pero igualmente a que la Iglesia y el catolicismo social estaban muy asociados a la derecha. Desde ese punto de vista, ante el mantra que habla de “la mayor persecución religiosa de la historia” durante la Guerra Civil Española, hay que analizar el calificativo de “religiosa”, porque a esas personas no se las asesinó por creer en Dios, sino por pertenecer o seguir a la Iglesia Católica, que no es lo mismo. Y en esto también hubo excepciones, porque la Iglesia vasca, muy ligada al nacionalismo, no sufrió persecución por parte de los republicanos, sino por los franquistas.
La sublevación de julio de 1936 no fue solo militar, pues desde el primer momento contó con un amplio apoyo de la derecha española (con excepciones como la valenciana). Decenas de miles de militantes y milicianos de los partidos derechistas se lanzaron a tomar las armas para defender la rebelión. En su libro “Exterminio: El terror con Franco” (Oberon, 2004), el historiador Francisco Sevillano Calero explica cómo los milicianos nacionales habían sido aleccionados desde antes de la guerra para exterminar al contrario, y cómo se hicieron con el control de la retaguardia durante la guerra y extendieron el terror.
En un artículo publicado en el número doble 73/74 de la Revista Española de Historia Militar, titulado “El apoyo social a la sublevación el 18 de julio de 1936”, José Luis Orella da algunas cifras al respecto. Así, en los primeros momentos, aunque sólo hubo unos cientos de voluntarios monárquicos alfonsinos, se lanzaron en cambio a la lucha 22.000 requetés y 30.000 falangistas (este último un número considerable teniendo en cuenta que su partido llevaba tiempo ilegalizado). También fue importante a lo largo de la guerra, aunque se olvida con frecuencia, el apoyo de la Lliga Regionalista catalana de Francesc Cambó, que consiguió para los nacionales cuantiosas ayudas económicas, la creación del SIFNE (Servicio de Información de la Frontera Nordeste) y el mantenimiento de un paso clandestino de fugas. El servicio de fugas catalán consiguió llevar a la zona nacional a Juan Antonio Suanzes, Alfonso Peña Boeuf, Ramón Serrano Suñer, Luis Carrero Blanco, Manuel Arburúa y José Larraz, entre otros.
Pero la gran cantera de la sublevación fue en realidad el catolicismo social, y en especial sus organizaciones agrarias, que defendían el lema “la religión, la familia, la propiedad y el orden”. Así, la CNCA (Confederación Nacional Católico-Agraria) reunía a 500.000 afiliados y tenía su mayor peso en Castilla-León, Aragón, La Rioja y Navarra. Sus sindicatos, cooperativas, cajas rurales y cámaras agrarias eran verdaderamente un poder fáctico que se había reflejado mayoritariamente en la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y los carlistas, con quienes veinte de sus dirigentes fueron diputados.
La CEDA tenía 736.000 afiliados, la Comunión Tradicionalista Carlista 300.000 y los monárquicos alfonsinos 2.500, pero detrás de las siglas políticas, el mundo católico estaba vertebrado desde hacía ya décadas. De esa forma, la Confederación de Estudiantes Católicos tenía 14.000 miembros; la Confederación Católica de Padres de Familia, 52.000; la Juventudes Católicas, 50.000; y la Confederación Española de Sindicatos Obreros, que en 1935 reunió a los sindicatos católicos, contaba con 276.000 afiliados. A todos ellos habría que sumar decenas de miles de antiguos alumnos de las congregaciones marianas dirigidas por jesuitas (en la clandestinidad), carmelitas, agustinos, franciscanos, dominicos, etc. Tomando por ejemplo Valladolid, de los 1.800 primeros voluntarios falangistas, 1.500 eran miembros de alguna organización católica.
De manera que sin la movilización del catolicismo social, los franquistas lo habrían tenido difícil para triunfar, pues supuso el concurso voluntario de cientos de miles de hombres. Viendo la Guerra Civil Española bajo un prisma religioso, se podría decir, en suma, que comenzó con una sublevación fundamentalmente católica la cual, lógicamente, contó con un apoyo explícito de las autoridades eclesiásticas españolas que no dudaron en tildar la guerra de cruzada.
Entonces es obvio que los asesinatos de religiosos no se debieron simplemente al odio anticlerical, sino ante todo a que la Iglesia española era enemiga de la República. Pero vamos, que esto no es ninguna novedad.
https://archive.ph/QcTqD@Stern von Afrika no sé si te llegó noticia de esto. Leyendo el artículo me parece que es la típica investigación que empieza con la conclusión tomada y busca cómo justificarla.
A mí me parece que han descubierto la pólvora, porque de sobra es sabido que los asesinatos de religiosos en la Guerra Civil (y en la Revolución de 1934, que es en realidad donde comenzaron) se debieron por un lado al ancestral anticlericalismo (hubo quema de edificios religiosos en 1936, antes de la guerra, también en 1934, 1931 y por supuesto a inicios del siglo XX, por ejemplo en la Semana Trágica de Barcelona), pero igualmente a que la Iglesia y el catolicismo social estaban muy asociados a la derecha. Desde ese punto de vista, ante el mantra que habla de “la mayor persecución religiosa de la historia” durante la Guerra Civil Española, hay que analizar el calificativo de “religiosa”, porque a esas personas no se las asesinó por creer en Dios, sino por pertenecer o seguir a la Iglesia Católica, que no es lo mismo. Y en esto también hubo excepciones, porque la Iglesia vasca, muy ligada al nacionalismo, no sufrió persecución por parte de los republicanos, sino por los franquistas.
La sublevación de julio de 1936 no fue solo militar, pues desde el primer momento contó con un amplio apoyo de la derecha española (con excepciones como la valenciana). Decenas de miles de militantes y milicianos de los partidos derechistas se lanzaron a tomar las armas para defender la rebelión. En su libro “Exterminio: El terror con Franco” (Oberon, 2004), el historiador Francisco Sevillano Calero explica cómo los milicianos nacionales habían sido aleccionados desde antes de la guerra para exterminar al contrario, y cómo se hicieron con el control de la retaguardia durante la guerra y extendieron el terror.
En un artículo publicado en el número doble 73/74 de la Revista Española de Historia Militar, titulado “El apoyo social a la sublevación el 18 de julio de 1936”, José Luis Orella da algunas cifras al respecto. Así, en los primeros momentos, aunque sólo hubo unos cientos de voluntarios monárquicos alfonsinos, se lanzaron en cambio a la lucha 22.000 requetés y 30.000 falangistas (este último un número considerable teniendo en cuenta que su partido llevaba tiempo ilegalizado). También fue importante a lo largo de la guerra, aunque se olvida con frecuencia, el apoyo de la Lliga Regionalista catalana de Francesc Cambó, que consiguió para los nacionales cuantiosas ayudas económicas, la creación del SIFNE (Servicio de Información de la Frontera Nordeste) y el mantenimiento de un paso clandestino de fugas. El servicio de fugas catalán consiguió llevar a la zona nacional a Juan Antonio Suanzes, Alfonso Peña Boeuf, Ramón Serrano Suñer, Luis Carrero Blanco, Manuel Arburúa y José Larraz, entre otros.
Pero la gran cantera de la sublevación fue en realidad el catolicismo social, y en especial sus organizaciones agrarias, que defendían el lema “la religión, la familia, la propiedad y el orden”. Así, la CNCA (Confederación Nacional Católico-Agraria) reunía a 500.000 afiliados y tenía su mayor peso en Castilla-León, Aragón, La Rioja y Navarra. Sus sindicatos, cooperativas, cajas rurales y cámaras agrarias eran verdaderamente un poder fáctico que se había reflejado mayoritariamente en la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y los carlistas, con quienes veinte de sus dirigentes fueron diputados.
La CEDA tenía 736.000 afiliados, la Comunión Tradicionalista Carlista 300.000 y los monárquicos alfonsinos 2.500, pero detrás de las siglas políticas, el mundo católico estaba vertebrado desde hacía ya décadas. De esa forma, la Confederación de Estudiantes Católicos tenía 14.000 miembros; la Confederación Católica de Padres de Familia, 52.000; la Juventudes Católicas, 50.000; y la Confederación Española de Sindicatos Obreros, que en 1935 reunió a los sindicatos católicos, contaba con 276.000 afiliados. A todos ellos habría que sumar decenas de miles de antiguos alumnos de las congregaciones marianas dirigidas por jesuitas (en la clandestinidad), carmelitas, agustinos, franciscanos, dominicos, etc. Tomando por ejemplo Valladolid, de los 1.800 primeros voluntarios falangistas, 1.500 eran miembros de alguna organización católica.
De manera que sin la movilización del catolicismo social, los franquistas lo habrían tenido difícil para triunfar, pues supuso el concurso voluntario de cientos de miles de hombres. Viendo la Guerra Civil Española bajo un prisma religioso, se podría decir, en suma, que comenzó con una sublevación fundamentalmente católica la cual, lógicamente, contó con un apoyo explícito de las autoridades eclesiásticas españolas que no dudaron en tildar la guerra de cruzada.
Entonces es obvio que los asesinatos de religiosos no se debieron simplemente al odio anticlerical, sino ante todo a que la Iglesia española era enemiga de la República. Pero vamos, que esto no es ninguna novedad.
Se trata de viejo quién fue primero, si el huevo o la gallina. La Iglesia Católica bien puede tener simpatías de izquierda, como la tiene el actual Papa Francisco, jesuita bastante rojo, peronista de pura sepa, sin mencionar la actuación de la iglesia frente a dictaduras militares con activismo contra ellas, como monseñor Oscar Arnulfo Romero de El Salvador, un santo para la izquierda por este continente; eso sin caer en la "teología de la liberación", que hasta sacerdotes guerrilleros comunistas tuvieron. Entonces habría que preguntarse: ¿por qué la Iglesia católica española, no era igual ante la izquierda española? Y la respuesta a esta interrogante bien podría ser: porque esa izquierda era marcadamente atea, anti valores conservadores en lo social, y prosoviética, al punto de no importarle quemar iglesias y matar monjas, cosa que por estas regiones, le hubiera ocasionado el repudio mayoritario de la población.
Bueno, el enfrentamiento entre la Iglesia y la izquierda en España viene de los tiempos de la Ilustración, el antagonismo entre absolutismo y liberalismo, las guerras carlistas, los curas trabucaires y todo eso.
La izquierda en la época de la ilustración eran los liberales. Los comunistas en la modernidad del siglo XX consideran a los liberales como de extrema derecha, y desde la revolución rusa a los socialistas son a los que se les considera de izquierda. Así que no es la misma izquierda.
Hombre, en tiempos de la Segunda República y la Guerra Civil, la Iglesia seguía sin ser muy amiga de los liberales, pero es verdad que sus grandes enemigos estaban más a la izquierda.
Yo lo que no acabo de ver muy bien es las conclusiones que se puedan sacar de que hubiera más mujeres que hombres en la quinta columna de la retaguardia republicana, a no ser que se esté contando como una mera anécdota histórica.
Porque yo solo puedo deducir o que las mujeres sufrían un Síndrome de Estocolmo masivo o que estaban muy mediatizadas por la Iglesia Católica y me decanto por esta segunda opción. Tampoco es algo que me sorprenda excesivamente, muchas mujeres hoy en día votan a VOX (no creo que sean una mayoría de esos españoles que elijen la opción carlista, sino que más bien la mayoría de sus votantes son hombres, jóvenes y con un perfil de marcada ignorancia histórica y, bueno, de ignorancia, en general). O muchas estadounidenses, igualmente, han votado por Trump ¿Que porque alguien puede votar por quien se ve claramente que te va a joder, privándote de derechos, todo lo que pueda? No se, cada vez comprendo menos a los homo aparentemente sapiens
En lo que sigo pensando que yerras, Afri, es en lo de que la mayor represión sufrida por las mujeres en la retaguardia golpista era solo aparente. En general la represión fue bastante mayor en la zona golpista que en la zona republicana (y además en la zona golpista no pueden buscar excusas de que muchas de ellas fueron debidas a grupos descontrolados, pues fueron organizadas desde arriba, voy a poner de nuevo el ejemplo de Queipo de Llano) y eso cuenta tanto para hombres para mujeres. Más para las mujeres diría yo, las barbaridades que hicieron con ellas el Ejército de África en su avance por Andalucía fueron tremendas. No hablemos ya de las diferencias entre los derechos de las mujeres en el periodo republicano prebélico en comparación con la dictadura, pues estamos hablando de unas diferencias cercanas al nivel de las que hay hoy entre España y Marruecos, por ejemplo.
Se ha estado haciendo el ridículo bastante estos días en el Congreso rememorando la II República o algo parecido. Merece la pena destacar este episodio de la charo invitada y los aplausos del "respetable".
Se ha estado haciendo el ridículo bastante estos días en el Congreso rememorando la II República o algo parecido. Merece la pena destacar este episodio de la charo invitada y los aplausos del "respetable".
Comentarios
Me estoy leyendo este interesante a la par que ameno libro del historiador Julius Ruiz:
Y entre otras muchas cosas, cuenta que la columna vertebral de la famosa quinta columna franquista en la Guerra Civil -que existió de verdad- estaba formada básicamente por mujeres.
Es un hecho chocante y poco conocido.
Chocante porque el bando que aparentemente estaba más a favor de la liberación femenina era el republicano, pero estas mujeres se ve que de lo único que querían librarse era del ambiente revolucionario y del anticlericalismo. A su vez, los servicios secretos republicanos, formados básicamente por hombres, eran tremendamente misóginos, ya que por un lado despreciaban a las mujeres en general al no creerlas capaces de poder influir en el desarrollo de la guerra, y por otro, al tener que enfrentarse a muchas de ellas, relacionaban dicho género con el fascismo.
Poco conocido porque, como se dice en el artículo de arriba:
Pues nada, en estos tiempos en los que estamos dando visibilidad a las mujeres, en el presente y en la historia, creo que las quintacolumnistas de Franco también la merecen
Esas mujeres españolas asesinadas por los comunistas, en realidad defendían los valores familiares, donde la religión tenía el mayor peso. Vayan a una misa, y vean la correlación entre hombres y mujeres que asisten. Eso tiene una explicación antropológica, y por eso regímenes como el cubano y las guerrillas izquierdista latinoamericanas, les ha tocado ser flexibles con el tema de la religión, al punto que han intentado grotescamente incorporarla al marxismo, con la aberrada "teología de la liberación". La idea de comunistas asesinando sacerdotes y monjas, y quemando iglesias, el centro de la vida social y moral de la comunidad, jamás hubiera sido tolerado por las mujeres, guardianas de dichos valores, y menos en las zonas rurales.
Me imagino a las mujeres española viendo como los comunistas asesinaban sacerdotes, violaban monjas y también las asesinaban, y quemaban las iglesias donde se casaban y sus hijos eran bautizados. El odio hacía ellos debió ser tremendo.
¿Aparentemente, Afri? ¿De verdad?
Mensaje radiofónico del asesino y ladrón, el general traidor al que Primo de Rivera había echado del ejército y la República había readmitido, el hijo de la grandísima puta Gonzalo Queipo de Llano:
“Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen”.
En favor de Gonzalito hay que decir que a la hora de robar le daba igual que sus víctimas fueran de izquierdas o de derechas, como cuando robó el cortijo de Gambogaz (el más productivo de toda la provincia de Sevilla):
https://abc.es/sevilla/ciudad/sevi-cortijo-queipo-llano-sevilla-sigue-registrado-nombre-antiguo-dueno-201912080806_noticia.html
El ABC, ese panfleto comunista.
Y que todvía tengamos que soportar a las alimañas que de él descienden echando espumarajos por la boca porque habían sacado de la Macarena los restos de "El salvador de Sevilla"
No, si las palabras de Queipo me las sé de memoria porque son harto conocidas. En cambio no lo son tanto las que tienes arriba de Manuel Uribarri, que fue jefe del SIM, el servicio secreto republicano. Te las copipego otra vez:
Por eso digo lo de "aparentemente": en teoría, el bando cercano a la liberación femenina era el republicano, por supuesto, pero en la práctica tenías a los agentes de los servicios secretos de la República enfrentándose a miles de mujeres que, desde retaguardia, hacían todo lo que podían por favorecer la victoria franquista. Cosa que a los agentes esos les hizo ser machistas y misóginos hasta decir basta.
Solo en Madrid, la organización falangista femenina y clandestina Auxilio Azul tuvo hasta seis mil miembras, nada menos. Por cierto, que su fundadora, María Paz Martínez Unciti, fue fusilada por los republicanos con tan solo 18 años.
En fin, que toda esta historia no deja de ser algo sorprendente. O quizá no tanto, que por algo la artífice del voto femenino en España, Clara Campoamor, salió por patas de España en cuanto pudo tras el estallido de la guerra y no quiso saber nada de ninguno de los dos bandos.
Los comunistas asesinaron a la niña por un bien mayor para las masas, ten la seguridad.
Y nunca hubo dos bandos, lo que hubo fue un golpe de estado militar propiciado contra un gobierno legítimo. Se sigue intentando disociar los hechos por parte del revisionismo.
Abrir una cuenta bancaria, divorciarse, fumar en público, divorciarse, tener pasaporte para viajar, llevar pantalones, comprar sin su marido (me refiero, por ejemplo, a comprar una caa, no a comprar en el mercado .... luego estaban las "recomendaciones" de la sección femenina, todas orientadas a una mujer sumisa y en la cocina con la pata quebrada.
Aparentemente no se, pero, efectivamente, la mujer perdió bastantes derechos y su situación se deterioró bastante, sin ir más lejos, si tu marido te hostiaba, te tenías que joder y aguantarte.
Y si, históricamente, la mujer ha estado mucho más manejada por la iglesia que el hombre. Es la pescadilla que se muerde la cola: un menor acceso a la educación produce un más fácil manejo por parte de los magufos, que, al tener más poder, dictan un menor acceso de la mujer a la educación (es un proceso como el que hoy en día sufren los partidos islamistas).
esa cadena hoy en día se ha roto y por eso la magufería y sus representantes políticos tienen tantísimo interés en volver a manejar el sistema educativo, a base de colegios privados o concertados.
Bueno, pues esas mujeres, a las que habían rapado al cero eran obligadas, cada vez que pasaban delante de la iglesia del pueblo, a arrodillarse y hacer esa parte del trayecto "caminando" de rodillas. Eran obligadas a hostias por la Guardia Civil.
Esas eran las bondades del franquismo para con las mujeres, en este caso con las mujeres republicanas, a las que, a parte del ostracismo y la pérdida de derechos que sufrían las demás mujeres, hubieron de sufrir el ensañamiento de ese régimen asesino, cruel y vengativo.
PD: La abuela de mi amiga estuvo años sin salir de su casa por no arrodillarse ante la iglesia, pero su madre y sus tías si que recibieron muchas palizas y muchos malos tratos.
No es lo mismo, por lo prolongado en el tiempo, pero yo también tengo casos de palizas por la chorrada llevar una prenda roja, en el caso de mi abuela unos pendientes rojos. Se enteró mientras le daban las hostias del motivo, ni siquiera los llevaba por connotaciones políticas.
Aparentemente cosas peores que en la etapa de la República.
+100
Lo que pasó en la Guerra Civil es importante, lo que pasó después, y ganó el bando que ganó, es más importante porque fueron 40 años, afecto a toda la población, y no tiene ninguna "explicación" más que eran sus ideas.
En todo caso es obvio que España no ha sido un país cómodo para las mujeres.
Amigos, os estáis marcando un hombre de paja descomunal. Aquí creo que nadie niega la represión franquista, ni durante la guerra ni después, ni el evidente machismo del régimen. Todo eso es obvio y más que sabido. Lo que estoy diciendo es que en el lado republicano, durante la guerra, ocurrían cosas bastante similares.
Me sorprenede que a estas alturas haya que aclarar que una cosa fue el régimen parlamentario que existió en España hasta la guerra, y otra bastante diferente el régimen revolucionario y semiplural en que se transformó la zona republicana durante la contienda.
En cuanto a Clara Campoamor, por supuesto que era republicana, pero también liberal, y eso último la convirtió en una apestada entre sus propios correligionarios ya desde antes de la guerra. Que fuera la artífice del voto femenino y del divorcio en España parecía no importar mucho a quienes se suponía que debían apoyar tamaños logros, y por eso no la admitieron en Izquierda Republicana. Y también por eso en su libro El voto femenino y yo: mi pecado mortal, publicado en 1936, evidenciaba su soledad política y no dudaba en criticar la hipocresía de los propios republicanos:
Y por supuesto que no pudo volver a la España franquista, donde la hubieran encarcelado sin duda, pero tampoco hay que olvidar que huyó del Madrid republicano una vez iniciada la guerra porque temía por su vida:
El Gobierno republicano, tan majo él, obligó a Campoamor a viajar en un barco alemán (junto a su madre y su sobrina) donde unos falangistas planearon asesinarla, menos mal que sin conseguirlo.
En su libro La revolución española vista por una republicana, publicado en Francia en 1937 y del que está sacada la cita de arriba, dejó negro sobre blanco que no quería saber nada de ninguno de los dos bandos, repito:
Todo esto venía a cuento del tema de las mujeres de la quinta columna, pero veo que no interesa.
No hace falta decir que mis conocimientos históricos son limitados, y me gusta leer cosas de gente que sabe más que yo.
Ya, fenomenal, pero es que no sé quién está aquí blanqueando nada.
Por eso digo, a los asesinados por los comunistas hay que olvidarlos y callarlos, y no hacerles justicia, no vaya a ser que se legitimen los fascistas.
A los asesinos hay que condenarlos sin miramientos, vengan de donde vengan, porque de lo contrario, se es cómplices de sus crímenes.
¿Es tan difícil decir que tanto los fascistas como los comunistas son totalitarios hijos de puta?
Lo cierto es que si bien se puede valorar como ilegitima la acción franquista contra la republica al inicio de la guerra, lo que vino luego fue una guerra entre dos totalitarismos criminales, una lucha cruenta entre dos males, y aunque lo quieran negar, el menor de los males, era el franquismo, porque muerto Franco se acabó la dictadura. Con el bando comunista, no había garantía de tal cosa.
Pedro 0
Si por mi fuera, todos los fascistas estarían pudriéndose en el quinto caldero del infierno por totalitarios. La única diferencia con ustedes, es que agrego a los comunistas a compartir también ese caldero. Para los que condenan el fascismo desde la izquierda, existen totalitarios "buenos", y eso es lo verdaderamente repugnante.
Y es un hecho objetivo, que si la dictadura es de derecha militar o comunista, la que tiende históricamente a oprimir a generaciones enteras, es la comunista. Por tanto, por lo menos para las generaciones futuras, resulta peor caer en una dictadura comunista.
Si quieres jugamos a contar cuántos en este foro blanquean o han blanqueado los crímenes republicanos y a ver quién gana
A mí me parece que han descubierto la pólvora, porque de sobra es sabido que los asesinatos de religiosos en la Guerra Civil (y en la Revolución de 1934, que es en realidad donde comenzaron) se debieron por un lado al ancestral anticlericalismo (hubo quema de edificios religiosos en 1936, antes de la guerra, también en 1934, 1931 y por supuesto a inicios del siglo XX, por ejemplo en la Semana Trágica de Barcelona), pero igualmente a que la Iglesia y el catolicismo social estaban muy asociados a la derecha. Desde ese punto de vista, ante el mantra que habla de “la mayor persecución religiosa de la historia” durante la Guerra Civil Española, hay que analizar el calificativo de “religiosa”, porque a esas personas no se las asesinó por creer en Dios, sino por pertenecer o seguir a la Iglesia Católica, que no es lo mismo. Y en esto también hubo excepciones, porque la Iglesia vasca, muy ligada al nacionalismo, no sufrió persecución por parte de los republicanos, sino por los franquistas.
La sublevación de julio de 1936 no fue solo militar, pues desde el primer momento contó con un amplio apoyo de la derecha española (con excepciones como la valenciana). Decenas de miles de militantes y milicianos de los partidos derechistas se lanzaron a tomar las armas para defender la rebelión. En su libro “Exterminio: El terror con Franco” (Oberon, 2004), el historiador Francisco Sevillano Calero explica cómo los milicianos nacionales habían sido aleccionados desde antes de la guerra para exterminar al contrario, y cómo se hicieron con el control de la retaguardia durante la guerra y extendieron el terror.
En un artículo publicado en el número doble 73/74 de la Revista Española de Historia Militar, titulado “El apoyo social a la sublevación el 18 de julio de 1936”, José Luis Orella da algunas cifras al respecto. Así, en los primeros momentos, aunque sólo hubo unos cientos de voluntarios monárquicos alfonsinos, se lanzaron en cambio a la lucha 22.000 requetés y 30.000 falangistas (este último un número considerable teniendo en cuenta que su partido llevaba tiempo ilegalizado). También fue importante a lo largo de la guerra, aunque se olvida con frecuencia, el apoyo de la Lliga Regionalista catalana de Francesc Cambó, que consiguió para los nacionales cuantiosas ayudas económicas, la creación del SIFNE (Servicio de Información de la Frontera Nordeste) y el mantenimiento de un paso clandestino de fugas. El servicio de fugas catalán consiguió llevar a la zona nacional a Juan Antonio Suanzes, Alfonso Peña Boeuf, Ramón Serrano Suñer, Luis Carrero Blanco, Manuel Arburúa y José Larraz, entre otros.
Pero la gran cantera de la sublevación fue en realidad el catolicismo social, y en especial sus organizaciones agrarias, que defendían el lema “la religión, la familia, la propiedad y el orden”. Así, la CNCA (Confederación Nacional Católico-Agraria) reunía a 500.000 afiliados y tenía su mayor peso en Castilla-León, Aragón, La Rioja y Navarra. Sus sindicatos, cooperativas, cajas rurales y cámaras agrarias eran verdaderamente un poder fáctico que se había reflejado mayoritariamente en la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) y los carlistas, con quienes veinte de sus dirigentes fueron diputados.
La CEDA tenía 736.000 afiliados, la Comunión Tradicionalista Carlista 300.000 y los monárquicos alfonsinos 2.500, pero detrás de las siglas políticas, el mundo católico estaba vertebrado desde hacía ya décadas. De esa forma, la Confederación de Estudiantes Católicos tenía 14.000 miembros; la Confederación Católica de Padres de Familia, 52.000; la Juventudes Católicas, 50.000; y la Confederación Española de Sindicatos Obreros, que en 1935 reunió a los sindicatos católicos, contaba con 276.000 afiliados. A todos ellos habría que sumar decenas de miles de antiguos alumnos de las congregaciones marianas dirigidas por jesuitas (en la clandestinidad), carmelitas, agustinos, franciscanos, dominicos, etc. Tomando por ejemplo Valladolid, de los 1.800 primeros voluntarios falangistas, 1.500 eran miembros de alguna organización católica.
De manera que sin la movilización del catolicismo social, los franquistas lo habrían tenido difícil para triunfar, pues supuso el concurso voluntario de cientos de miles de hombres. Viendo la Guerra Civil Española bajo un prisma religioso, se podría decir, en suma, que comenzó con una sublevación fundamentalmente católica la cual, lógicamente, contó con un apoyo explícito de las autoridades eclesiásticas españolas que no dudaron en tildar la guerra de cruzada.
Entonces es obvio que los asesinatos de religiosos no se debieron simplemente al odio anticlerical, sino ante todo a que la Iglesia española era enemiga de la República. Pero vamos, que esto no es ninguna novedad.
Se trata de viejo quién fue primero, si el huevo o la gallina. La Iglesia Católica bien puede tener simpatías de izquierda, como la tiene el actual Papa Francisco, jesuita bastante rojo, peronista de pura sepa, sin mencionar la actuación de la iglesia frente a dictaduras militares con activismo contra ellas, como monseñor Oscar Arnulfo Romero de El Salvador, un santo para la izquierda por este continente; eso sin caer en la "teología de la liberación", que hasta sacerdotes guerrilleros comunistas tuvieron. Entonces habría que preguntarse: ¿por qué la Iglesia católica española, no era igual ante la izquierda española? Y la respuesta a esta interrogante bien podría ser: porque esa izquierda era marcadamente atea, anti valores conservadores en lo social, y prosoviética, al punto de no importarle quemar iglesias y matar monjas, cosa que por estas regiones, le hubiera ocasionado el repudio mayoritario de la población.
Bueno, el enfrentamiento entre la Iglesia y la izquierda en España viene de los tiempos de la Ilustración, el antagonismo entre absolutismo y liberalismo, las guerras carlistas, los curas trabucaires y todo eso.
La izquierda en la época de la ilustración eran los liberales. Los comunistas en la modernidad del siglo XX consideran a los liberales como de extrema derecha, y desde la revolución rusa a los socialistas son a los que se les considera de izquierda. Así que no es la misma izquierda.
Hombre, en tiempos de la Segunda República y la Guerra Civil, la Iglesia seguía sin ser muy amiga de los liberales, pero es verdad que sus grandes enemigos estaban más a la izquierda.
Porque yo solo puedo deducir o que las mujeres sufrían un Síndrome de Estocolmo masivo o que estaban muy mediatizadas por la Iglesia Católica y me decanto por esta segunda opción. Tampoco es algo que me sorprenda excesivamente, muchas mujeres hoy en día votan a VOX (no creo que sean una mayoría de esos españoles que elijen la opción carlista, sino que más bien la mayoría de sus votantes son hombres, jóvenes y con un perfil de marcada ignorancia histórica y, bueno, de ignorancia, en general). O muchas estadounidenses, igualmente, han votado por Trump ¿Que porque alguien puede votar por quien se ve claramente que te va a joder, privándote de derechos, todo lo que pueda? No se, cada vez comprendo menos a los homo aparentemente sapiens
En lo que sigo pensando que yerras, Afri, es en lo de que la mayor represión sufrida por las mujeres en la retaguardia golpista era solo aparente. En general la represión fue bastante mayor en la zona golpista que en la zona republicana (y además en la zona golpista no pueden buscar excusas de que muchas de ellas fueron debidas a grupos descontrolados, pues fueron organizadas desde arriba, voy a poner de nuevo el ejemplo de Queipo de Llano) y eso cuenta tanto para hombres para mujeres. Más para las mujeres diría yo, las barbaridades que hicieron con ellas el Ejército de África en su avance por Andalucía fueron tremendas. No hablemos ya de las diferencias entre los derechos de las mujeres en el periodo republicano prebélico en comparación con la dictadura, pues estamos hablando de unas diferencias cercanas al nivel de las que hay hoy entre España y Marruecos, por ejemplo.
Se ha estado haciendo el ridículo bastante estos días en el Congreso rememorando la II República o algo parecido. Merece la pena destacar este episodio de la charo invitada y los aplausos del "respetable".
Lo que pasa es que en ningún momento he escrito eso. Vuelve a leerme, anda.
Y con esa naturalidad se justifican los 50.000 asesinatos en la retaguardia republicana.
Es lo que yo te he entendido.
En todo caso no pasa nada, me ha servido para cagarme en los putos muertos de Queipo, que siempre es gratificante.