El otro día leí una noticia acerca de una mujer diagnosticada de cáncer, que había muerto tras abandonar el tratamiento convencional y asegurar en vídeos colgados en internet que se había curado gracias a sus rezos, a beber zumos y a una dieta crudivegana. Cuando empeoró,
Mari Lopez aceptó someterse a quimio y radioterapia, pero ya fue tarde.
Uno se pregunta qué clase de ideas le están metiendo en la cabeza a la gente los adalides del pensamiento positivo y posmoderno y la
medicina natural para que ocurran cosas así. El caso de Mari Lopez es grave no solo porque haya muerto, sino porque para colmo parece ser que su sobrina Liz,
que aparecía en los vídeos con ella, continúa convencida de que los zumos, las verduras crudas y rezar, sirven para curar enfermedades.
La pregunta que hay que hacerse no es solo qué clase de ideas son esas, sino también qué clase de personas las propagan. Y así llegamos al caso de Belle Gibson.
Belle Gibson es una bloguera australiana nacida en 1991 y defensora de la
medicina alternativa, que en 2013 afirmó públicamente que cuatro años antes se le había diagnosticado un cáncer cerebral con metástasis, es decir, terminal. Según dijo, había abandonado el tratamiento médico sustituyéndolo por
terapias naturales: dejar de comer gluten, lácteos, carne, conservantes y productos transgénicos, hacer prácticas ayurvédicas, someterse a irrigaciones colónicas (las lavativas de toda la vida), terapia craneosacral y otros procedimientos alternativos. Gibson aseguraba que su cáncer había aparecido como reacción a la vacuna contra el virus del papiloma humano (comercializada como Gardasil). Hay que decir que en España la oposición a esta vacuna ha partido de conocidos personajes como
Gaspar Llamazares,
Teresa Forcades,
Josep Pàmies y las organizaciones que giran en torno al médico de familia
Juan Gérvas, todos ellos enfrentados a la mayor parte de la comunidad médica y científica, tanto
en España como
en el resto del mundo.
La afirmación de Gibson era un tanto rara, porque el programa de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) había comenzado en Australia en 2007 para chicas de entre doce y trece años de edad, y ella en aquel momento tenía dieciséis. Pero mucha gente la creyó simplemente porque era una joven cuya vida había sido puesta en peligro por las temibles mafias médicas y farmacéuticas y se había salvado valerosamente rebelándose contra el sistema y eligiendo un estilo de vida alternativo y natural. Y eso vende.
Gibson empezó a contar su historia en 2013 cuando lanzó al mercado una aplicación para móviles llamada
The Whole Pantry ("Toda la despensa"), con sus propias recetas mágicas para vencer el cáncer y sus consejos sobre un estilo de vida alternativo que incluían la recomendación de que no se vacunara a los niños, así como el consumo de leche cruda no pasteurizada (en 2014, en el estado de Victoria, donde vive Gibson, un niño de tres años murió y otros cuatro menores de cinco años enfermaron gravemente después de consumir leche cruda). La aplicación fue un éxito, se descargó más de trescientas mil veces, le generó cerca de un millón de dólares en un año, y fue seguida por un libro, un blog y una cuenta en Instagram que llegó a tener casi doscientos mil seguidores. Convertida en un fenómeno mediático, en 2014 una desconsolada Belle Gibson informó a sus seguidores de que tenía metástasis en sangre, bazo, cerebro, útero, hígado y riñones. Entonces aseguró que una cuarta parte de los beneficios que recaudaba por diferentes vías la destinaría a causas caritativas, y que de hecho ya había donado trescientos mil dólares.
Pero el pastel comenzó a descubrirse cuando a comienzos de 2015 las organizaciones a las que se supone que había destinado los fondos denunciaron que no habían recibido ni un centavo. Un mes después Gibson reconoció
en una entrevista que se lo había inventado todo, que de cáncer
rien de rien, y que era por culpa de una infancia complicada.
La editorial Penguin Australia, que había publicado el libro de Gibson, lo retiró del mercado y tuvo que pagar una multa de treinta mil dólares australianos al Fondo Legal del Consumidor del estado de Victoria por publicar de forma irresponsable las afirmaciones de una autora sin confirmarlas. En septiembre de 2017 Gibson
fue condenada a pagar una multa de cuatrocientos diez mil dólares.
Pero claro, el daño ya estaba hecho.
Más información:
-Schwarz, Mauricio-José, "La izquierda feng-shui. Cuando la ciencia y la razón dejaron de ser progres", Ariel, 2017.
https://andaquepaque.blogspot.com.es/2018/03/belle-y-mari.html
Comentarios
Yo tuve la esperanza de que con el caso de la muerte de Steve Jobs, alguien influyente e idolatrado, surgiera cierto espíritu crítico hacia las terapias alternativas (mal nombre, no son alternativas reales de nada).
Los avances de la ciencia permiten hoy diagnosticar más casos de cáncer y también, claro está, curarlos cada vez en un mayor porcentaje o al menos aumentar la supervivencia (de hecho, en España la principal causa de muerte natural son los problemas circulatorios, no el cáncer). El problema es que para algunos esto crea la falsa imagen de que hoy el cáncer es más frecuente que nunca y que se debe a "los químicos" que nos ha traído la modernidad. Bueno, los químicos o, si uno se pone a buscar por internet, a casi cualquier cosa. Y el asunto se agrava gracias a quienes se enriquecen con el tema.
Odile Fernández es una médico de familia que se curó de un cáncer de ovarios gracias a la medicina. Lo malo es que después se ha puesto a publicar libros con títulos sensacionalistas (todos con el término "anticáncer" incluido) en los que defiende cosas como que cocinar con ollas exprés, beber agua de Madrid, beber leche o usar perfumes causa cáncer. Y cuando le preguntan que si se curó gracias a la quimio o a la dieta, va y dice que no sabemos si fue la quimio o la alimentación. Lo que creo es que fue todo.
Pero esta irresponsable sigue publicando libros y dando charlas y conferencias, a veces incluso patrocinada por alguna universidad. Cobrando por todo ello, claro.
Un saludo
El otro día iba paseando por mi pueblo y me llamó la atención el escaparate de una peluquería: tenía un montón de botellas de agua puestas de manera muy coqueta, marca "Onura". El nombre parecía la conjuncion de dos palabra en euskera, ona + ura (bueno + agua), me resultó atractivo... pero al leer el cartel explicativo que tenían al lado me entró la risa floja. Al loro (de su web):
http://www.onurawater.com/monuracas.php
Leed los apartados donde pone estructura y anclaje, acojonante. Lo que no vi es el precio, a ver cuántos euros le suman al litro con la chorrada.
12x0,75L Onura water bottles box-- 29.40€
20x0,5L Onura water bottles box -- 39.00€
casi na, a 4 euros el litrito...
Bueno, en el caso de esta chica y otros magufos que arrastran masas muchas veces se ocultan personalidades sociopáticas, auténticos artistas del convencer de insensateces a la gente sin el menor pestañeo, aunque eso supongo que una persona deje su tratamiento médico.
Yo flipo tanto que me pregunto por qué toda esta gente no se recluye en la montaña, se hacen ermitaños y viven como cromañones en la era de piedra.
Ah, no, que lo importante aquí era hacer dinero.
Y no olvidemos el papel estelar del movimiento antivacunas en esto. Gibson afirmó que su cáncer fue consecuencia de una vacuna (que encima sirve precisamente para evitarlo).
Y es que cuando abres algo podrido te puedes encontrar toda clase de mierdas.
Eso sí, los estafadores con ánimo lucrativo a la cárcel, eso sin duda. Pero engañar sin ánimo de beneficio personal hasta la fecha no es delito ni debe serlo.
Seguro?
Es decir, si yo te digo que cuando el hombrecito del semáforo esté rojo, puedes cruzar y, cuando lo haces, te pasa por encima el camión de la basura, es un delito, incluso de homicidio, diría yo ... así que, ya sabéis, nada de "sigue, sigue, que yo te aviso"
¿Incluso si eso de decir que las vacunas son malísimas se empieza a convertir en un problema de salud pública?
Más de 4.800 casos de sarampión en Italia por los movimientos antivacunas
https://elpais.com/elpais/2016/10/10/mamas_papas/1476098510_133561.html
El problema de hablar de una "Big Pharma" y sus negocios millonarios, de una farmafia que juega con nuestra salud y aprovecha para enriquecerse con ello, es que se transmite la idea de que, de forma generalizada, las empresas farmacéuticas, e incluso los médicos, forman parte de una siniestra conspiración mundial (el sistema) que haría palidecer a cualquier organización criminal. Y de ahí a recurrir a la pseudomedicina solo hay un paso.
Por supuesto que ha habido fraudes y abusos por parte de algunas farmacéuticas. Ahí están las denuncias, los escándalos y las condenas millonarias que han sufrido por ello, prueba de que dichas empresas están intensamente reguladas y vigiladas por las autoridades. Las exigencias para que un medicamento se comercialice son muy estrictas. Desarrollar un medicamento supone un gasto millonario y bastantes años de trabajo y, con todo, solo una pequeña parte de las sustancias que se estudian en los laboratorios llega a las farmacias. De manera que denunciar una supuesta "Big Pharma" y sus negocios millonarios no es más que demagogia barata y conspiranoica que solo sirve para hacerles el juego a los defensores de las pesudomedicinas (cuyos practicantes sí juegan con la salud de la gente y se forran con ello).
Necesitamos que alguien se ocupe de nuestra salud, necesitamos que existan profesionales que investiguen acerca de nuevos medicamentos, necesitamos laboratorios, y todo eso cuesta dinero, sí, mucho, qué le vamos a hacer. Que yo sepa a nadie le gusta trabajar gratis. La gente que investiga, que descubre medicamentos que sirven para curarnos, la gente que nos cura, son todos profesionales altamente especializados y han de cobrar por su labor.
Esto no quiere decir que los sistemas de salud sean perfectos, que no haya fraudes, o que no haya médicos que reciban "incentivos" para recetar determinados medicamentos. Por supuesto que hay problemas, y por eso hace falta regular, legislar, y también destinar mucho dinero a la investigación y el desarrollo de medicamentos y a mejorar la salud pública.
Todo es ponerse:
También sabemos todos que los gobiernos autonómicos tienen estrechas relaciones con las grandes farmacéuticas. Y que existe mucho trapicheo con los genéricos. Y que los médicos no cobran lo mismo si recetan unos medicamentos u otros. Las propias aplicaciones informáticas les avisan de qué medicamentos son los que les reportarán un jugoso plus anual.
Pero claro, no por eso me voy a un chamán.
Y sobre dentistas, a mi me quisieron vender un tallado dental para evitar bruxismo y cefaleas (que no tengo). Otro dentista me explicó que solo en algunos casos muy particulares es necesario, en el mío no.
No es bueno generalizar: ni toda "Big Pharma" es dañina, y ni todos los "antivacunas" son locos magufos perroflauticos izquierdistas. Hay que ser muy vigilantes con los grandes conglomerados farmacéuticos, tanto como con los magufos que pululan por la Red vendiendo "medicina alternativa".
Lo que tengo entendido es que se premia a los médicos que receten medicamentos genéricos,
es decir, baratos, siempre que sean apropiados para cada paciente, claro. Que la industria farmacéutica premie a los médicos que recetan sus medicamentos con dinero, regalos y demás, es ilegal. Por lo demás, si tu médico no te convence, entre no hacer nada y entregarte al chamanismo, puedes elegir a otro.
Hola de nuevo, Súcubo
No es bueno generalizar, no todos los nicks nuevos son Sucu
Conozco un neurólogo loco que lleva 10 años acudiendo a congresos de neurología (epilepsia) en EEUU con todos los gastos pagados por laboratorios, e incluyen herramientas de trabajo como portátiles, Iphones, tablets, etc.
Y lo apoya Montoro: ni declaran, ni tributan, un chollo.
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2017/05/29/companias/1496079142_943895.html
"Desde Farmaindustria (es decir, Big Pharma) se acogió “con satisfacción” el pronunciamiento de Hacienda. La patronal reiteró su convencimiento de que la actual formulación de la formación continuada constituye un modelo que beneficia a todos los agentes implicados: “administraciones, laboratorios, profesionales sanitarios y, sobre todo, pacientes”. "
No es bueno generalizar, no todos los nicks nuevos son Sucu
Vengo de aquí:
Una década de la vacuna contra el virus del papiloma humano: desmontando mitos