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Un tranvía corre fuera de control por una vía. En su camino se hallan cinco personas atadas a la vía por un filósofo malvado. Afortunadamente, es posible accionar un botón que encaminará al tranvía por una vía diferente, por desgracia, hay otra persona atada a ésta. ¿Debería pulsarse el botón?
A brilliant transplant surgeon has five patients, each in need of a different organ, each of whom will die without that organ. Unfortunately, there are no organs available to perform any of these five transplant operations. A healthy young traveler, just passing through the city the doctor works in, comes in for a routine checkup. In the course of doing the checkup, the doctor discovers that his organs are compatible with all five of his dying patients. Suppose further that if the young man were to disappear, no one would suspect the doctor.
Comentarios
Sin embargo en el caso del médico, el hombre sano en principio sigue teniendo libre albedrío, si entra en el juego realmente es porque nosotros le forzamos.
En cambio, en el segundo caso es sacrificar a uno que no va a morir para salvar al resto y con no un 100% de posibilidades. Y, además, va en contra del juramento hipocrático.
Se parecerían más si en el dilema del tranvía la opción fuese pararlo a cambio de pegar un tiro a uno de sus pasajeros.
*Algo que no deja de ser una sutil pero tonta pretensión de "la democracia es la dictadura de la mayoría" cuando la democracia no va de eso realmente.
Al menos si se mueren los cinco no hay esa soledad de ser la víctima en una historia con final feliz, que es como muy terrible.
En el problema de los trasplantes por ejemplo, todo es una cuestión de costes y beneficios. Quizás no estemos dispuestos a sacrificar a una persona para salvar a cinco, pero sacrificar a una para salvar a 1 millón ya parece bastante más razonable. Afortunadamente en el día a día casi ninguno tenemos que vernos obligados a tomar decisiones tan extremas aunque en la política y en política internacional son más comunes. No en vano Maquiavelo se dio cuenta de que la ética consecuencialista es la única que funciona en la política real.
Un saludo
Curioso personaje para ser ideólogo de cabecera :ilu:
Tampoco es que haya que cursar un doctorado, eh. Claro que es la única que funciona. La política real es, por definición, no deontológica ¿Se pretende que sus consecuencias lo sean? Es que con semejante apriorismo es imposible.
¿En base a qué mide sus consecuencias el utilitarismo? ¿En principios ideales quizás? ¿Racionales por un casual? ¿O simplemente es que se desentiende a eso y hablamos de palabras vacias?
La razón tiene sus límites pero es la mejor guía y para que descarrile hay que llevarla muy al extremo. Y no son pocos los que entienden que la utilidad es consecuencia de la idea y no al contrario.
Quiero decir, se puede ser crítico con las leyes naturales pero hay que ser preciso como un láser y en absoluto acogerse a una posición nihilista.
Esto ya lo he posteado mil veces pero lo merece.
http://www.liberalismo.org/articulo/253/118/david/friedman/anarcocapitalismo/utilitarista/
Te recomiendo estos dos post sobre Maquiavelo. Son largos pero de una calidad muy alta (de lo mejorcito que he leído en un blog). Maquiavelo es uno de los pensadores más incomprendidos y con una imagen popular más distorsionada de la historia.
http://exurbe.com/?p=1429
http://exurbe.com/?p=1489
El resto de la argumentación no la entiendo demasiado bien. Lo bueno/malo no necesariamente se mide en torno a principios ideales sino a principios por llamarlos así de interés propio (incluido el interés de que la sociedad funcione bien ya que es algo bueno para todos). La cuestión es que la ética deontológica establece principios a priori como "matar es malo" mientras que la ética consecuencialista dirá "depende de las consecuencias de la situación concreta".
Un saludo
Una cosa es caricaturizarlo para mal y otra afirmar que es trigo limpio. No lo era, el señor de mi firma tampoco. Por contra Montesquieu sí pese a su infinita ingenuidad.
Mal ejemplo.
La deontología no parte de que matar es malo. En todo caso (puesto que depende de la situación concreta y se enuncia la legítima defensa) sería asesinar es malo. Tampoco es un apriorismo por mucho que se use como principio básico pues en realidad es consecuencia de una racionalización sobre la igual libertad. Por resumirla mucho, si no eres dueño de tu vida significa que otro tiene más derecho que tú de disponer de ella como plazca.
Si queremos llegar al fondo de cualquier asunto social lo tendremos que reducir a su forma más simple y solo entonces se desvela su verdadera naturaleza. En cada caso se encuentran unos coponentes contextuales e históricos y si no se es capaz de abstraerse de eso se está perdido en el océano de la historia y te ves obligado a juzgar cada caso uno por uno y a renegar incluso de elementos tan zurdos como la explotación. La brújula y el timón están ahí como bien supo Carl Menger:
“En lo que sigue he intentado reducir los fenómenos complejos de la actividad económica humana a los elementos más simples que puedan aún ser objeto de correcta observación… [e] investigar el modo en que los fenómenos más complejos se desarrollan a partir de sus elementos de acuerdo con principios definidos” (Principles of Economics).
De igual forma una ecuación compleja se soluciona con pequeños principios probados como válidos y no con un libro mundial que solucione todas las ecuaciones. De haberlo, claro.