El
viernes pasado fue el día que más despidos hubo en la historia de España: 363.017. Tal hecatombe no se puede solo achacar a la finalización de los tradicionales contratos temporales del verano: en 2018 hemos tenido el peor mes de agosto de la última década con 202.996 ocupados menos. Y también ha sido el peor desde 2011 en términos de paro, con 47.047 desempleados más. Sin embargo, no parece que nuestros políticos, así en general, estén muy preocupados por el tema.
Creo que esto está relacionado con un interesante artículo de nuestro amigo Sataninside que quiero dejaros por aquí, y que habla de la crisis del modelo neoliberal que se ha implantado en el mundo tras la caída del comunismo y del auge de la extrema derecha:
Tss, tss. Que vienen, que vienen...
El artículo está bien, aunque como he puesto en los comentarios, creo que cojea un poco en la explicación del problema. Es decir, lo que hizo inevitable la caída del comunismo no fue solo el "egoísmo individual", que supongo que es como llama al individualismo fomentado por el neoliberalismo, sino también -y sobre todo- el propio comunismo en sí, la naturaleza de las dictaduras comunistas. El socialismo real creo que es lo que más daño ha hecho a la izquierda a lo largo del último siglo, sobre todo desde que empezaron a salir a la luz los crímenes de Stalin tras su muerte. Esto hizo que muchos intelectuales de izquierda se vieran obligados, por una mera cuestión ética, a cambiar su discurso y terminaran perdiéndose en la defensa de las causas menores que se mencionan en el artículo y que poco pueden importar a quienes a duras penas llegan a fin de mes:
el deshielo de los polos, los derechos de los transexuales, la experimentación con monos, las corridas de toros, los refugiados de guerra sirios, o incluso los últimos debates sobre las problemáticas de género. Por no hablar de los izquierdistas "new age", "feng-shui" o como los queramos llamar, entregados a las pseudociencias, la charlatanería y las sectas.
También es responsabilidad del comunismo el diagnóstico erróneo sobre la naturaleza del fascismo, algo que sigue haciendo mucho daño. Durante mucho tiempo, y aún hoy, para los comunistas el fascismo no ha dejado de ser un producto radical y corrupto del capitalismo, una argucia de la derecha para hacer frente al marxismo-leninismo, lo que les ha servido de excusa para tildar de fascista a todo aquel que osara criticar el sistema soviético. Esta interesada interpretación es completamente falsa, pues sabemos que los primeros fascistas y nazis, empezando por Hitler y Mussolini, eran de origen humilde y que antes de pasarse a la extrema derecha fueron de izquierdas. Ese preocupante patrón de conversión de las clases bajas en extremistas de derechas del que también se habla en el artículo, se ha repetido en más ocasiones, se repite y se seguirá repitiendo en situaciones de crisis socioeconómicas. Como dice el artículo, en un mundo en que se fomenta el individualismo a ultranza,
por todas partes los más desfavorecidos se están refugiando en el ultranacionalismo, la xenofobia o el racismo a falta de respuestas alternativas adecuadas.
¿Solución al problema? Pues no me parece nada fácil, sobre todo teniendo en cuenta que es cierto que el debate político está centrado en si hay que limitar la libertad de expresión para que nadie se ofenda y en las cuestiones identitarias (
aka Cataluña). Supongo que lo ideal sería crear una nueva ideología dedicada básicamente a resolver los problemas socioeconómicos que nos asolan, y que a la vez estuviera comprometida claramente con la democracia y la defensa de las libertades, es decir, que se apartara definitivamente del marxismo. Complicado, sí.
Comentarios
Luego ya vienen la intolerancia, el odio y los simpáticos nazis.