Lo puse en otro hilo. Es una conferencia bastante maja que analiza cómo está montado el Estado del Bienestar en los países nórdicos:
Está hecha por el Instituto Juan de Mariana, por lo que el enfoque del análisis es absolutamente sesgado hacia el liberalismo, por lo que como es lógico no espero que muchos compartáis el análisis. Pero creo que está bien montada y que es interesante para cualquiera con independencia de la opinión que saque cada cual.
El vídeo es largo. Para los vagos, el Juan de Mariana siempre hace una entrevista-resumen de cada conferencia:
Básicamente, las cosas en las que hace hincapié son:
- La descentralización y la competencia es clave en el éxito de su modelo.
- Financiación pública pero gestión privada o similar a la privada.
- Fuertes sistemas de incentivos (los que lo hacen mejor ganan más, los que lo hacen mal ganan menos o incluso son despedidos).
- Relacionado con el punto anterior: libertad de elección. El ciudadano tiene más capacidad de decidir dónde y cómo recibir estos servicios que aquí.
Es decir, contiene elementos del libre mercado. Competencia salvaje y tal. Realmente, para la izquierda sólo sirve de ejemplo porque se financia con impuestos y la presión fiscal y nivel de gasto son altos, no porque lo gestione el Estado, ni porque esté todo centralizado, ni porque los niveles de calidad estén estandarizados y homogéneos por decreto en todo el territorio.
Comentarios
En fin, la conferencia me ha parecido medianamente interesante aunque el ponente realmente no sea experto en esos países. Me gusta que en lugar de optar por la vía dogmática liberal donde el estado siempre es malo, se centre en los rankings y en los resultados prácticos de los servicios públicos en materia de rendimiento. Si un servicio funciona está bien independientemente de que lo preste el mercado o el estado.
Hace años que el socioliberalismo, la tercera vía o como se quiera llamar viene insistiendo en que los servicios públicos pueden seguir existiendo (lo que garantiza cierta equidad social) siempre y cuando se evalúe la calidad de los resultados, se den los incentivos correctos a los profesionales, se descentralicen ciertas decisiones etc. En España por ejemplo FEDEA viene insistiendo en esta fórmula y está claro que las reformas tendrán que ir por ahí si se quiere asegurar la sostenibilidad y la calidad del estado del bienestar.
Un saludo
Curiosamente, muchos movimientos libertarios están obsesionados con reducir lo máximo posible el tamaño de las jurisdicciones. Cuando haces que un país sea en la práctica una aglomeración de municipios autogestionados el resultado es indistinguible de una federación de poblaciones privadas cada una gestionada a su manera.
Los economistas austríacos están siempre señalando el problema del cálculo económico socialista, por el que un país es demasiado grande, complejo y dinámico como para ser eficientemente gestionado por un Estado, por lo que la solución que proponen es descentralizar, y como son liberales prefieren hacerlo a través de la propiedad privada, que cada cual se gestione lo suyo.
El problema de descentralizar demasiado es que se producen redundancias y comienza a ser eficiente unificar gastos, por eso muchas empresas crecen de tamaño, porque hay economías de escala y ellas solas se componen de microunidades que se alían voluntariamente para compartir recursos. Al final, como las empresas son por dentro economías planificadas son en realidad pequeños micro-Estados.
Se produce así un balance entre los beneficios de centralizar y de descentralizar que sólo alcanza el equilibrio cuando se permite que las unidades de autogestión sean lo más pequeñas posible, ya que así se garantiza que su agrupación voluntaria hacia lo más eficiente (que dependiendo de la actividad concreta puede variar desde lo diminuto hasta lo gigante) no quede obstaculizada. Lo ideal sería que esas unidades fueran los individuos mismos, pero si eso es mucho pedir no me parece mal que sea a nivel municipio.