Renzi intenta acabar con la inestabilidad política en Italia.
El primer ministro italiano consigue la aprobación de la nueva ley electoral.
Solo dos semanas y media después de convertirse en jefe del Gobierno italiano, Matteo Renzi se apuntó este miércoles dos grandes golpes de efecto con los que, a tenor de la felicidad de su rostro, pretende hacerse perdonar el pecado original de su llegada al poder, sin el respaldo de las urnas y mediante el atropello de su compañero de partido Enrico Letta. Por la mañana, la Cámara de Diputados aprobó con 365 votos a favor, 156 en contra y 40 abstenciones la nueva ley electoral –llamada Italicum—que el primer ministro del Partido Democrático (PD)había pactado con el líder de Forza Italia (FI), Silvio Berlusconi, y que, de facto, consagra el bipartidismo. Por la tarde, Renzi compareció ante la prensa para anunciar que el Consejo de Ministros había aprobado una serie de medidas económicas entre las que destaca una de marcado carácter electoral. Desde el próximo mes de mayo, los 10 millones de trabajadores italianos que ganan menos de 1.500 euros netos al mes recibirán un plus mensual de unos 100 euros gracias a una rebaja fiscal. “Esto es ser de izquierda”, presumió Renzi, “esta es la medida más de izquierdas aprobada en los últimos años”.
“Hoy soy muy feliz”, reconoció Matteo Renzi, que rescató sus dotes de showman para presentar –ayudado de diapositivas-- los asuntos, fundamentalmente económicos, aprobados en el Consejo de Ministros. El primer ministro del PD admitió que algunas de las medidas están enfocadas al semestre europeo, tanto a movilizar a los más escépticos como a demostrar a los socios que Italia, ahora sí, hace los deberes: “El próximo semestre, Italia guiará a Europa. Pero si no somos capaces de cambiar nosotros, no seremos capaces de guiar a Europa. Gracias a estas medidas, el primero de julio tendremos una Italia más ligera, más capaz de acometer las reformas pendientes”. El exalcalde de Florencia sigue manteniendo que durante el mes de abril cambiará la administración pública; en mayo, el fisco; y en junio, la justicia. Pero antes, el mismo 27 de mayo, los trabajadores –tanto del sector público como del privado—que ganen menos de 1.500 euros al mes se encontrarán un plus de 100 euros. “Una maestra”, explicó Renzi, “que gana 1.250 euros al mes podrá llegar a fin de mes con un poco más de respiro y comprarse un libro más. O una madre que llega asfixiada tal vez pueda permitirse salir a cenar con las amigas. Se trata de favorecer el consumo, pero también es una medida de atención, de equidad y fruto de una política ejemplar. La mayoría de los emprendedores con los que he hablado me han dicho: haces muy bien en dar dinero a la gente que menos gana, que son los verdaderos héroes de esta crisis”.
No era el único motivo de satisfacción. Por la mañana, Matteo Renzi presenció cómo la Cámara de Diputados aprobaba la nueva ley electoral a pesar de las maniobras de algunos sectores del centroizquierda que pretendieron hacer fracasar el acuerdo con Il Cavaliere. Hubiese sido un golpe en la línea de flotación de Renzi, por cuanto sustituir la antigua y anticonstitucional ley electoral y sustituirla por una nueva que facilite la gobernabilidad del país era el primer objetivo declarado de Renzi. Si bien a continuación tendrá que someterse a la aprobación del Senado, se puede decir que el nuevo jefe del Gobierno se anotó su primera victoria. De hecho, nada más producirse la votación, Renzi agradeció el esfuerzo a los diputados del PD: “Han demostrado que de verdad podemos cambiar Italia. Política-1, Derrotismo-0. Esta vez es la buena”.
La nueva ley, en esencia, pretende acabar con los problemas históricos de ingobernabilidad apostando claramente por el bipartidismo y reduciendo el poder de influencia de las pequeñas coaliciones, que solo tendrán obtendrán escaños si superan el 12% de los votos. La principal diferencia con la ley anterior es que a partir de ahora el premio de mayoría –un 15% adicional que en ningún caso podrá superar el 55% de los escaños-- solo lo podrá obtener el partido o la coalición que haya superado la barrera del 37% de los votos, y que, si ningún partido o coalición llega, se irá a una segunda vuelta entre el primero y el segundo. El segundo paso será el fin del bicameralismo perfecto mediante la abolición del Senado o su reducción a cámara de representación regional. La Italicum fue aprobada con los votos de PD y Forza Italia y con el rechazo del Movimiento 5 Estrellas (M5S) de Beppe Grillo, de la Liga Norte y de Izquierda, Ecología y Libertad. Nada más producirse la votación, los diputados de Grillo pusieron en circulación –también a través de la red—unos carteles en los que se ven los rostros de Renzi y Berlusconi con un corazón rojo en medio y la leyenda “condenados al amor”.
Reparto de escaños:
• La nueva ley electoral aprobada ayer en la Cámara de los Diputados italiana tiene como objetivo reducir la fragmentación y asegurar la gobernabilidad. Para ello, prevé varias medidas:
• Umbrales. Solo obtendrán escaños los partidos que superen el 8% de los votos; las coaliciones que superen el 12%; y los partidos que se presenten en coaliciones y superen el 4,5%.
• Premios de mayoría. La coalición o partido que quede primero y supere el 37%, obtiene un premio de mayoría del 15%.
• Doble turno. Si ningún partido o coalición alcanza el 37%, se celebrará una segunda vuelta entre los dos primeros.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/12/actualidad/1394621606_412627.html