Visto los últimos resultados, la poca comunión con la grada, las deudas y el escaso interés de los dirigentes por el fútbol, han decidido desmantelar el club colchonero y transformarlo en un Club de Macramé y Petipuá.
Seguro que así consiguen más éxitos, se espera que ante el auge del punto entre los jóvenes más culturetas y modernos, el Calderón tenga más afluencia y los aficionados aplaudan más.
El objetivo de esta temporada es tricotar un jersei de lana para envolver el Estadio.
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