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Quien no haga por entenderse para echar a esta tropa, que no espere mi voto.
Es muy curioso que mientras se baja el gasto en proporción al PIB en Educación y Sanidad las farmaceúticos firman un acuerdo con el Estado para que el gasto en Farmacia se mantenga constante en proporción al PIB ......
Quien no haga por entenderse para echar a esta tropa, que no espere mi voto.
Es muy curioso que mientras se baja el gasto en proporción al PIB en Educación y Sanidad las farmaceúticos firman un acuerdo con el Estado para que el gasto en Farmacia se mantenga constante en proporción al PIB ......
Sí, "curioso". En fin... que luego me digan que nos representan porque los hemos elegido en las urnas... Pues sí, los hemos elegido pero no defienden los intereses de la mayoría sino los de unos pocos, ergo no representan a esa mayoría que dicen representar.
Está muy bien el mantra de que Podemos no se entiende con el PSOE, pero es falso. Podemos quiso echar al PP, pero el PSOE prefirió pactar con Ciudadanos.
Ahora va a ser culpa de Podemos que el PSOE coquetee con la derecha. Me parto xD
Está muy bien el mantra de que Podemos no se entiende con el PSOE, pero es falso. Podemos quiso echar al PP, pero el PSOE prefirió pactar con Ciudadanos.
Ahora va a ser culpa de Podemos que el PSOE coquetee con la derecha. Me parto xD
Seamos honestos: ni PSOE ni Podemos querían pacto. El PSOE quería gobernar con Cs y apoyo externo de Podemos. Podemos quería nuevas elecciones y sorpaso.
Está muy bien el mantra de que Podemos no se entiende con el PSOE, pero es falso. Podemos quiso echar al PP, pero el PSOE prefirió pactar con Ciudadanos.
Ahora va a ser culpa de Podemos que el PSOE coquetee con la derecha. Me parto xD
Seamos honestos: ni PSOE ni Podemos querían pacto. El PSOE quería gobernar con Cs y apoyo externo de Podemos. Podemos quería nuevas elecciones y sorpaso.
El problema de toda esa ecuación se llama "nacionalistas catalanes".
Por matizar, se llama independentistas catalanes queriendo ejercer la independencia de forma unilateral, hace 10 o 5 años nadie se habria escandalizado por contar con ERC.
Me lo apunto para cuando que haya que pactar tras las elecciones generales. Claro que, viendo la estrecha relación de pasado entre el PSOE y la familia Primo de Rivera...
La no existe "La izquierda". Existe más diferencia entre un socialdemócrata y un totalitario comunista, que entre un socialdemócrata y un centro derecha, de hecho, los de los "extremos se tocan" no es un eslogan vacío, los fascistas y los comunistas son hermanos que en los único en que discrepan es la propiedad de los medios de producción, en lo demás son gemelos.
La verdad es que el artículo me deja un poco anonadado. Garzón acierta en el diagnóstico, es decir, que en tiempos de crisis y precariedad laboral una gran parte de la gente de clase baja opta en masa por partidos ultranacionalistas, xenófobos y racistas, esto es, por la extrema derecha (y no meto ahí a Ciudadanos, que ha triunfado en Cataluña por otros motivos). Lo que pasa es que con esto Garzón ha descubierto la pólvora, vaya, que menuda novedad. De este asunto hay ejemplos a patadas en la historia. Y con respecto a "la clave", la solución que aporta, flipo mucho. Para empezar me llama la atención que él, un comunista, ponga de ejemplo al SPD. Ese partido era la primera fuerza en Alemania justo antes de la Primera Guerra Mundial, apoyó la guerra y logró más votos aún al final de la contienda, así que formó gobierno en coalición con la derecha en 1919, creándose la República de Weimar. Esto fue justo después de que el SPD, con la ayuda de grupos paramilitares de extrema derecha (Freikorps) reprimiera a sangre y fuego a los comunistas alemanes, incluyendo los asesinatos de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Esos hechos provocaron una profunda división en la izquierda alemana (los socialdemócratas pasaron a ser socialfascistas para los comunistas, mientras que estos optaron por el estalinismo) que a la larga favorecería la llegada de los nazis al poder. La izquierda germana solo se volvería a unificar... en la RDA. Y esto es muy interesante, porque esa solución de la que habla Garzón, ese afán de llenar todos los espacios con la política, ya se hacía, ya existía hace un siglo, como él mismo admite. En los años de entreguerras, los partidos políticos efectivamente disponían de todo tipo de organizaciones como "grandes sindicatos; cooperativas agrícolas; mutualidades; bolsas del trabajo; ligas campesinas; secciones y círculos socialistas y anarquistas; asociaciones deportivas y recreativas; círculos culturales; muchedumbre de periódico e imprentas; casas del pueblo; ateneos obreros; bibliotecas y teatros culturales; universidades populares; escuelas de formación de cuadros sindicales y políticos; cajas de seguro de enfermedad; cooperativas de consumo…". Y también grupos paramilitares violentos, por seguir poniendo ejemplos. En esa época los partidos eran como putas sectas y sus grupos paramilitares se liaban a hostias y tiros en las calles y en los mítines día sí y día también. Garzón señala que Mussolini "mandó a los violentos grupos de las camisas negras a destruir el tejido social que el comunismo italiano estaba construyendo en su país", lo que no menciona es que no solo el fascismo tenía grupos violentos, y que no solo el comunismo construía tejidos sociales. De hecho fue Hitler quien dijo que había que "socializar a las personas". Curiosamente, en los países socialistas se socializaron los medios de producción pero también a las personas. Seguramente el término más opuesto al socialismo no sea el capitalismo, sino el individualismo. Si la meta del socialismo es acabar con la alienación humana, esa meta se alcanza básicamente a través de la socialización de las personas. La sociedad de la Alemania nazi no era muy diferente de la sociedad de la RDA. La vida de sus ciudadanos se desarrollaba en gran parte en colectivos y comunidades extrafamiliares de los que casi no había escapatoria, fuera o no obligatoria la afiliación a los mismos. Había organizaciones para los escolares, para los adolescentes, organizaciones deportivas, femeninas, profesionales, sindicales, culturales, etc. Dicho de otra manera, la solución que propone Garzón condujo al totalitarismo.
Si Garzón se queja que de los trabajadores voten a nacionalistas debería preguntarse por qué diantres desde ciertos partidos de izquierdas, durante mucho tiempo, se ha hecho el juego a grupos nacionalistas, en muchos casos violentos. La izquierda debería desmarcarse del nacionalismo, igual esa es la solución. Y del pasado también, por cierto.
Básicamente dice que la izquierda no se ha preocupado por los obreros y ha ido a por el voto progre. Y que la globalización ha afectado especialemente al obrero y no tanto al progre y por eso la izquierda ha perdido ese voto. Yo le veo ciertas dosis de autocrítica, que en la izquierda brilla por su ausencia. Y a partir de esa globalización es cuando el obrero ha encontrado acomodo a su situación en gente como Trump o Lepen.
Garzón comete el error en su diagnóstico de creer que la "clase obrera" es demócrata y rebosante de generosidad y camaradería. Y no. La gente es individualista, egoísta e irresponsable. Y esa necesidad de responsabilizarse lo mínimo posible del gobierno de sus propias vidas lleva a muchos a buscar líderes fuertes que tomen decisiones por ellos. La gente no quiere "círculos" ni asambleas, quiere mesías como Trump o Le Pen.
La gente no quiere compartir. No quiere, por ejemplo, acoger refugiados como defiende Garzón en público cada vez que tiene ocasión. Los españoles quieren que los recursos se destinen a los españoles. España ha de ser un compartimento estanco donde el dinero esté en bolsillos de españoles, sin importar si los bolsillos españoles están en Madrid o en Suiza. Lo importante es si el del bolsillo es español. Porque eso es lo que nos hace iguales: todos somos españoles, tanto Amancio Ortega, como Rafael Nadal, como cualquiera de nosotros. A un español pobre el único título que le queda es el de Español. No soy licenciado en nada, no me formé en nada, no hice jamás han cosa que supusiera esfuerzo, pero soy Español. Y quiero mi parte correspondiente a dicha condición.
La gente no es europeísta ni internacionalista, la gente quiere dinero. Si Europa paga pensiones, ayudas y carreteras, somos europeos. Si Europa pide que devolvamos la deuda o que recortemos gastos, nos "bunkerizamos" en la patria con esa seguridad que da el abrigo de la bandera y decir, con orgullo, que "Yo Soy Español". Y que como español tengo más derecho a esa ayuda que aquel negro que vino hace cinco años y que sí, trabaja y paga impuestos, no como yo, pero es que "Yo Soy Español", que es el más grande de los títulos (y el único que tengo), y si estoy en paro es porque los negros me quitan el trabajo.
Eso sucede con la "clase trabajadora" que tiene que liberarse de las cadenas del sistema, señor Garzón.
Básicamente dice que la izquierda no se ha preocupado por los obreros y ha ido a por el voto progre. Y que la globalización ha afectado especialemente al obrero y no tanto al progre y por eso la izquierda ha perdido ese voto. Yo le veo ciertas dosis de autocrítica, que en la izquierda brilla por su ausencia. Y a partir de esa globalización es cuando el obrero ha encontrado acomodo a su situación en gente como Trump o Lepen.
Pero es que no es así. La extrema derecha populista o fascista siempre ha apelado al voto obrero, no desde la globalización, sino desde mucho antes. Y lo mismo podemos decir de los nacionalismos, que desde siempre apelan al pueblo. Y sinceramente, la solución que propone Garzón para recuperar el voto obrero a base de imitar a los partidos de hace un siglo no creo que sea la adecuada, más que nada porque los partidos políticos de hace un siglo -empezando por el SPD- la cagaron a base de bien.
Es cierto que desde la Segunda Guerra Mundial la diferencia entre clase alta y baja fue difuminándose en favor de la clase media, con lo que los partidos de izquierdas tuvieron que ampliar su discurso si querían llegar al poder. Necesitaban a los progres, gente de clase media, universitaria. Vaya, como el propio Garzón, sin olvidar que Marx o Lenin, que tanto le gustan, también fueron de clase media (motivo por el que lo de la extendida prohibición que existió durante mucho tiempo entre los partidos socialistas respecto a la aceptación de militantes de extracción social burguesa me parece una soberana gilipollez). Y ahora nos sorprendemos de que muchos trabajadores voten a partidos muy nacionalistas que señalan a un enemigo extranjero como causante de todos sus males, cuando esto ocurre cada vez que hay una gran crisis. Sin embargo el artículo empieza hablando de Cataluña, donde los barrios obreros resulta que no han votado a esos nacionalistas que señalan al enemigo extranjero, sino a sus principales oponentes: Ciudadanos. Y es que las últimas elecciones en Cataluña han sido básicamente un enfrentamiento entre dos nacionalismos, el estatal y el catalán, y los barrios obreros esos se han decantado por el estatal. ¿Moraleja? Si quieres que te voten los barrios obreros tendrás que hacer lo mismo que Ciudadanos -que no es un partido de principios del siglo XX, sino del XXI-, es decir, oponerte sin ambigüedades a un nacionalismo supremacista y básicamente de derechas como lo es el catalán. Y ya si además te olvidas un poco de Marx y de Lenin, y por el mundo dejas de apoyar a tipejos como Maduro, pues oye, igual hasta ganas las elecciones en España y todo.
Garzón debería preguntarse más bien por qué a los comunistas les cuesta tanto llegar al poder de forma democrática. Cuando lo entienda, quizá escriba un libro titulado Por qué ya no soy comunista.
Ah, y la autocrítica brilla por su ausencia en la izquierda, en la derecha y en todo el mundo en general. Estamos todos encantados de conocernos.
No estoy de acuerdo con las soluciones de Garzón pero lo clava bastante en su análisis de causas. La gente no se hace de extrema derecha porque odie a los diferentes sino porque son los perdedores de la globalización y el progresismo solo se preocupa de legislar a favor de las minorias. Mientras la izquierda no habla para ellos la extrema derecha si les pone en primer plano.
El tema catalán es un tema de sentimientos, el mundo obrero catalán está atado a España y los independentistas quieren cortar esos lazos e imponer su visión única de las cosas.
Comentarios
Casi mejor darles unos piolets hasta que solo quede uno.
Es muy curioso que mientras se baja el gasto en proporción al PIB en Educación y Sanidad las farmaceúticos firman un acuerdo con el Estado para que el gasto en Farmacia se mantenga constante en proporción al PIB ......
Lo que acabas de decir ..................
Sí, "curioso". En fin... que luego me digan que nos representan porque los hemos elegido en las urnas... Pues sí, los hemos elegido pero no defienden los intereses de la mayoría sino los de unos pocos, ergo no representan a esa mayoría que dicen representar.
Ahora va a ser culpa de Podemos que el PSOE coquetee con la derecha. Me parto xD
Seamos honestos: ni PSOE ni Podemos querían pacto. El PSOE quería gobernar con Cs y apoyo externo de Podemos. Podemos quería nuevas elecciones y sorpaso.
Tal que así
Por matizar, se llama independentistas catalanes queriendo ejercer la independencia de forma unilateral, hace 10 o 5 años nadie se habria escandalizado por contar con ERC.
Un saludo
http://m.eldiario.es/2a7dab96_712878998/
Me lo apunto para cuando que haya que pactar tras las elecciones generales. Claro que, viendo la estrecha relación de pasado entre el PSOE y la familia Primo de Rivera...
La Audiencia Nacional del Partido Popular (ANPP) impide que el tribunal que citó a Rajoy juzgue la caja B del PP - http://m.eldiario.es/2a7dadb6_712879542/
A lo mejor esto tiene algo que ver, o es sólo quizá una pequeña casualidad sin importancia:
http://www.eldiario.es/sociedad/laboratorio-senadores-PP-fabrica-Irlanda_0_712879422.html
http://m.eldiario.es/zonacritica/fracasan-izquierdas_6_732886740.html
Vaya tía idiota, bueno media idiota porque con las idioteces que suelta le compran libros.
ALBERTO GARZÓN
https://t.co/oPGl9KDMCR
La verdad es que el artículo me deja un poco anonadado. Garzón acierta en el diagnóstico, es decir, que en tiempos de crisis y precariedad laboral una gran parte de la gente de clase baja opta en masa por partidos ultranacionalistas, xenófobos y racistas, esto es, por la extrema derecha (y no meto ahí a Ciudadanos, que ha triunfado en Cataluña por otros motivos). Lo que pasa es que con esto Garzón ha descubierto la pólvora, vaya, que menuda novedad. De este asunto hay ejemplos a patadas en la historia. Y con respecto a "la clave", la solución que aporta, flipo mucho. Para empezar me llama la atención que él, un comunista, ponga de ejemplo al SPD. Ese partido era la primera fuerza en Alemania justo antes de la Primera Guerra Mundial, apoyó la guerra y logró más votos aún al final de la contienda, así que formó gobierno en coalición con la derecha en 1919, creándose la República de Weimar. Esto fue justo después de que el SPD, con la ayuda de grupos paramilitares de extrema derecha (Freikorps) reprimiera a sangre y fuego a los comunistas alemanes, incluyendo los asesinatos de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Esos hechos provocaron una profunda división en la izquierda alemana (los socialdemócratas pasaron a ser socialfascistas para los comunistas, mientras que estos optaron por el estalinismo) que a la larga favorecería la llegada de los nazis al poder. La izquierda germana solo se volvería a unificar... en la RDA. Y esto es muy interesante, porque esa solución de la que habla Garzón, ese afán de llenar todos los espacios con la política, ya se hacía, ya existía hace un siglo, como él mismo admite. En los años de entreguerras, los partidos políticos efectivamente disponían de todo tipo de organizaciones como "grandes sindicatos; cooperativas agrícolas; mutualidades; bolsas del trabajo; ligas campesinas; secciones y círculos socialistas y anarquistas; asociaciones deportivas y recreativas; círculos culturales; muchedumbre de periódico e imprentas; casas del pueblo; ateneos obreros; bibliotecas y teatros culturales; universidades populares; escuelas de formación de cuadros sindicales y políticos; cajas de seguro de enfermedad; cooperativas de consumo…". Y también grupos paramilitares violentos, por seguir poniendo ejemplos. En esa época los partidos eran como putas sectas y sus grupos paramilitares se liaban a hostias y tiros en las calles y en los mítines día sí y día también. Garzón señala que Mussolini "mandó a los violentos grupos de las camisas negras a destruir el tejido social que el comunismo italiano estaba construyendo en su país", lo que no menciona es que no solo el fascismo tenía grupos violentos, y que no solo el comunismo construía tejidos sociales. De hecho fue Hitler quien dijo que había que "socializar a las personas". Curiosamente, en los países socialistas se socializaron los medios de producción pero también a las personas. Seguramente el término más opuesto al socialismo no sea el capitalismo, sino el individualismo. Si la meta del socialismo es acabar con la alienación humana, esa meta se alcanza básicamente a través de la socialización de las personas. La sociedad de la Alemania nazi no era muy diferente de la sociedad de la RDA. La vida de sus ciudadanos se desarrollaba en gran parte en colectivos y comunidades extrafamiliares de los que casi no había escapatoria, fuera o no obligatoria la afiliación a los mismos. Había organizaciones para los escolares, para los adolescentes, organizaciones deportivas, femeninas, profesionales, sindicales, culturales, etc. Dicho de otra manera, la solución que propone Garzón condujo al totalitarismo.
Si Garzón se queja que de los trabajadores voten a nacionalistas debería preguntarse por qué diantres desde ciertos partidos de izquierdas, durante mucho tiempo, se ha hecho el juego a grupos nacionalistas, en muchos casos violentos. La izquierda debería desmarcarse del nacionalismo, igual esa es la solución. Y del pasado también, por cierto.
La gente no quiere compartir. No quiere, por ejemplo, acoger refugiados como defiende Garzón en público cada vez que tiene ocasión. Los españoles quieren que los recursos se destinen a los españoles. España ha de ser un compartimento estanco donde el dinero esté en bolsillos de españoles, sin importar si los bolsillos españoles están en Madrid o en Suiza. Lo importante es si el del bolsillo es español. Porque eso es lo que nos hace iguales: todos somos españoles, tanto Amancio Ortega, como Rafael Nadal, como cualquiera de nosotros. A un español pobre el único título que le queda es el de Español. No soy licenciado en nada, no me formé en nada, no hice jamás han cosa que supusiera esfuerzo, pero soy Español. Y quiero mi parte correspondiente a dicha condición.
La gente no es europeísta ni internacionalista, la gente quiere dinero. Si Europa paga pensiones, ayudas y carreteras, somos europeos. Si Europa pide que devolvamos la deuda o que recortemos gastos, nos "bunkerizamos" en la patria con esa seguridad que da el abrigo de la bandera y decir, con orgullo, que "Yo Soy Español". Y que como español tengo más derecho a esa ayuda que aquel negro que vino hace cinco años y que sí, trabaja y paga impuestos, no como yo, pero es que "Yo Soy Español", que es el más grande de los títulos (y el único que tengo), y si estoy en paro es porque los negros me quitan el trabajo.
Eso sucede con la "clase trabajadora" que tiene que liberarse de las cadenas del sistema, señor Garzón.
Pero es que no es así. La extrema derecha populista o fascista siempre ha apelado al voto obrero, no desde la globalización, sino desde mucho antes. Y lo mismo podemos decir de los nacionalismos, que desde siempre apelan al pueblo. Y sinceramente, la solución que propone Garzón para recuperar el voto obrero a base de imitar a los partidos de hace un siglo no creo que sea la adecuada, más que nada porque los partidos políticos de hace un siglo -empezando por el SPD- la cagaron a base de bien.
Es cierto que desde la Segunda Guerra Mundial la diferencia entre clase alta y baja fue difuminándose en favor de la clase media, con lo que los partidos de izquierdas tuvieron que ampliar su discurso si querían llegar al poder. Necesitaban a los progres, gente de clase media, universitaria. Vaya, como el propio Garzón, sin olvidar que Marx o Lenin, que tanto le gustan, también fueron de clase media (motivo por el que lo de la extendida prohibición que existió durante mucho tiempo entre los partidos socialistas respecto a la aceptación de militantes de extracción social burguesa me parece una soberana gilipollez). Y ahora nos sorprendemos de que muchos trabajadores voten a partidos muy nacionalistas que señalan a un enemigo extranjero como causante de todos sus males, cuando esto ocurre cada vez que hay una gran crisis. Sin embargo el artículo empieza hablando de Cataluña, donde los barrios obreros resulta que no han votado a esos nacionalistas que señalan al enemigo extranjero, sino a sus principales oponentes: Ciudadanos. Y es que las últimas elecciones en Cataluña han sido básicamente un enfrentamiento entre dos nacionalismos, el estatal y el catalán, y los barrios obreros esos se han decantado por el estatal. ¿Moraleja? Si quieres que te voten los barrios obreros tendrás que hacer lo mismo que Ciudadanos -que no es un partido de principios del siglo XX, sino del XXI-, es decir, oponerte sin ambigüedades a un nacionalismo supremacista y básicamente de derechas como lo es el catalán. Y ya si además te olvidas un poco de Marx y de Lenin, y por el mundo dejas de apoyar a tipejos como Maduro, pues oye, igual hasta ganas las elecciones en España y todo.
Garzón debería preguntarse más bien por qué a los comunistas les cuesta tanto llegar al poder de forma democrática. Cuando lo entienda, quizá escriba un libro titulado Por qué ya no soy comunista.
Ah, y la autocrítica brilla por su ausencia en la izquierda, en la derecha y en todo el mundo en general. Estamos todos encantados de conocernos.
El tema catalán es un tema de sentimientos, el mundo obrero catalán está atado a España y los independentistas quieren cortar esos lazos e imponer su visión única de las cosas.