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Mercantilizando BCN

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Comentarios

  • Hoy día trabajas más cobrando menos... eso si trabajas. Y eso afecta a todos los sectores, es nuestro drama actual... poco trabajo, más horas y menos salario.

  • <a href="#tapatalkQuoteBegin-cptn_pescanova"><font color="gray"><b><u>cptn_pescanova wrote:</u></b></font></a><br /><font color="gray"><i><a href="#tapatalkQuoteBegin-Sil"><font color="gray"><b><u>Sil wrote:</u></b></font></a><br />Un chollo, el turismo es un chollo
    http://elpais.com/ccaa/2014/03/09/catalunya/1394389405_768833.html</i></font><a href="#tapatalkQuoteEnd"></a>

    Bueno, pero eso no es culpa del turismo ni de los turistas, sino de los buitres que quieren ganar más de lo que ganan y aprovechan la reforma laboral para despedir y explotar todo lo que puedan a quien no despiden. No sólo está pasando en el turismo, más bien en todos los sectores laborales.<a href="#tapatalkQuoteEnd"></a>

    Por supuesto, y de la mierda de reforma laboral de PPCIU.
    Pero la supuesta ventaja de más turismo = más empleo se esfuma
  • Ya no es solo cosa de barceloneses rancios


    Turismofobia: la revuelta en España contra los guiris

    Pongámonos en 1966: hace sólo 50 años. Visualicemos aquellos desorbitados ojos de Alfredo Landa, ya para siempre epítome del españolito-tipo, mientras exclamaba: «¡Que vienen las suecas!». Concedamos unos segundos para maravillarnos del destino simbólico de esta simplona línea del más que simplón guión de Amor a la española. Medio siglo después, aún destila el júbilo, la ansiedad lujuriosa y las esperanzas de prosperidad que nuestro país viene depositando en el turismo desde que el primer biquini aterrizó en nuestras playas. Hoy, los guardianes de la macroeconomía y los empresarios del sector aún siguen considerando a los turistas su maná caído del cielo. Pero para los vecinos de los barrios más visitados, el hechizo se ha roto.

    Pintadas en el casco histórico de Palma de Mallorca rezan: Stop guiris; El turisme destrueix la ciutat; Refugees Welcome, Tourist Go Home. Este «Turistas volved a casa» es ya un clásico en Barcelona, donde un 13% de residentes valora negativa o muy negativamente que la ciudad sea un destino turístico de referencia internacional. Alrededor de 300 personas se manifestaron el pasado febrero «por la abolición de los pisos turísticos» bajo el lema Somos barrios: stop turismo masivo. En las pancartas se leía «Más vecinos, menos hoteles» o «La Barceloneta no se vende», eco de la preocupante pérdida de vecinos de los barrios más castigados por el alza de precios del suelo que conlleva el turismo de masas. El Barrio Gótico, por ejemplo, ha perdido un 17,6% de población y sus alquileres han subido un 6%. Nadie quiere hablar de turismofobia, aunque el hastío es grande. Digamos, pues, que a vecinos y turistas se les rompió el amor, efectivamente, de tanto usarlo.

    «Cansancio sí que hay, pero no desesperación», explica Luis Clar, presidente de la asociación de vecinos de la Seu, el barrio de la capital balear donde aparecieron las pintadas contra los turistas, y que recibe a miles de cruceristas (el 8 de mayo, con ocho cruceros en el puerto, coincidieron casi 22.000). «Entre los vecinos de nuestro barrio, que es el más afectado, no hay turismofobia. En algún otro, sí. Yo creo que el descerebrado, con perdón, que hizo las pintadas vive en un barrio periférico al nuestro. Hace tres años ya hizo una pintada en un hotel, pero la taparon rápidamente y pasó desapercibida. Estoy seguro de que es un fundamentalista de estos que opina que todo lo que viene de fuera es malo. Detrás de esas pintadas hay, posiblemente, un sentimiento político de tierra propia, de que los turistas son invasores. No tiene más significado: un descerebrado».

    Daniel Pardo es vecino del barrio barcelonés de Ciutat Vella, uno de los más afectados por el turismo masivo (13.000 vecinos menos en ocho años), y miembro de la Asamblea de Barrios Afectados por el Turismo. Él sí que detecta turismofobia en su ciudad, hasta el punto de que las estadísticas municipales reflejan que el turismo es la cuarta causa de desvelo ciudadano, por delante del tráfico, los problemas económicos, los transportes o la contaminación. «Claro que hay rechazo», insiste Pardo. «Es difícil no tomarla con los turistas, aunque sea internamente y en silencio, porque están por todas partes. Sólo pasando por este sufrimiento de las molestias que dan pie a la turismofobia llegas a tomar conciencia de la profundidad del problema. Entiendo esa reacción, aunque cuando la racionalizas y desplazas el foco, te das cuenta de que el enemigo no es el turista, sino cierta industria turística sin escrúpulos que sólo busca el beneficio a costa de lo que sea».

    Pardo recuerda cómo, hace ocho o diez años, en Barcelona también se sostenía la tesis de que las quejas vecinales por los excesos turísticos eran «cosa de cuatro exaltados o xenófobos», mientras que hoy ya existe «un consenso social bastante avanzado de que se trata de un problema grave, aunque la industria del sector y los lobbies pretendan seguir sacándole tajada, justificándose en su contribución a la economía en forma de puestos de trabajo». Ya el verano pasado Mari Pau Alonso, presidenta de la Asociación Profesional de Guías Turísticos de Barcelona, confesaba a este diario cómo los guías perciben la turismofobia: «Te pisan, te miran mal, te empujan y hacen comentarios despectivos cuando pasas con un grupo de visitantes».

    «Eres mi vida y mi muerte», escribieron Quintero, León y Quiroga. Y algo de eso sucede cada verano en estos destinos tan deseados por los turistas. Barcelona, la ciudad que más visitantes recibe del país, se acercará este año a los 10 millones, aunque las estimaciones llegan hasta los 30 millones si contabilizamos los que se alojan en apartamentos, casas de amigos o pasan sólo unas horas en la ciudad. Hablamos del 15% del PIB y de más de 150.000 empleos: un impacto económico de más de 10.000 millones de euros al año.

    El PIB balear crecerá en 2016 por encima del 4%, una cifra inédita desde 2000, gracias al turismo: las previsiones menos optimistas sitúan en más de 14 millones los visitantes que recibirá este año el archipiélago. En Valencia, Murcia y Madrid se prevé un 10% más de empleo gracias al aumento del turismo este mismo verano. Puede que nuestra economía no termine de arrancar, pero el turismo va como un tiro. En 2015, España recibió en total 68 millones de turistas que se dejaron aquí unos 68.000 millones, casi lo mismo que el Estado ingresa por IRPF.

    Este año, otro más, se romperán todos los récords. La Confederación Española de Agencias de Viajes espera un incremento de las ventas de entre un 12 y un 15%, centrado en el litoral mediterráneo y los dos archipiélagos durante julio y agosto. Lleno completo, como los de antes. En el sector ya se habla del «verano de los 70 millones», una afluencia histórica debido a la inestabilidad política en la competencia (Túnez, Egipto y Turquía) y a los bajos precios del combustible. Hay expectación, hay alegría y hay, por lo bajini, preocupación. ¿Podremos con tantos? ¿A qué precio?

    «Miedo, tengo miedo, miedo de perderte», decía la copla del maestro Solano. Sin embargo, este sentimiento, tan español, menudea en Poble Nou, Gracia o la Barceloneta. Parece que a sus habitantes ya no les compensan tanto los beneficios del turismo. O acaso ya no son lo que eran. Sus demandas, cada vez más audibles, van desde lo macro -tener voz y voto de calidad en las decisiones políticas al respecto de la comercialización turística de la ciudad, como defensores de lo que consideran «un bien de todos»- a lo mínimo: que una muchedumbre no te impida cruzar tu propia calle.

    «Todo redunda en una destrucción del tejido social», explica Pardo. «La presión inmobiliaria desplaza a la población de estos barrios para sacarle partido turístico a las viviendas. Además, desaparecen los comercios de uso cotidiano y se sustituyen por un tejido comercial especializado en turistas: souvenirs, alquiler de patinetes eléctricos, restauración... Debido a la demanda, aumentan también los precios, de forma que los residentes también quedamos excluidos de este tipo de establecimientos. Y luego está la problemática de la movilidad: las personas mayores tienen miedo de salir a la calle y encontrarse con caravanas de bicicletas que no terminan o patinetes Segway a toda velocidad. Es francamente complicado llevar una vida decente en estas circunstancias.
  • Por qué no se produce en Baleares una movilización vecinal parecida a la barcelonesa? ¿Acaso no soportan las islas similar presión turística? «En Barcelona, el aluvión turístico ha descargado en barrios populares, mientras que aquí se produce en barrios donde viven las clases altas y ya existen procesos de gentrificación, de ahí que no exista esa contestación social. A ver qué ocurre ahora que el turismo empieza a penetrar en otros barrios», plantea Ivan Murray Mas, geógrafo, profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universitat de les Illes Balears y miembro del GIST (Grupo de Investigación en Sostenibilidad y Territorio).

    Murray Mas lleva años analizando la explotación turística del archipiélago. Él mismo se encuentra paradójicamente atrapado por el fenómeno que es su objeto de estudio. «Vivo en un piso de alquiler y en junio termina mi contrato. Estoy temblando porque no sé si me echarán. Es raro que a estas alturas aún no me hayan dicho nada y temo que quieran alquilarlo a los turistas. En cuestión de dos años, un 50% de los pisos de mi barrio han pasado a comercializarse a través de Airbnb».

    En su opinión, en Palma no se puede hablar de turismofobia, pero sí de «tensión social» en algunos barrios. «La situación aquí es muy contradictoria, porque son las mismas personas para las que trabajas las que te sacan de tu casa. Conforme el monocultivo turístico vaya inundando el espacio, aumentará la intensidad y frecuencia de estas tensiones, de forma que la balanza se incline cada vez más hacia los costes que hacia los beneficios que hacían que el turismo fuera aceptado socialmente».

    Donde la tensión sí es insoportable es en Ibiza. Murray lo considera «un caso muy bestia a nivel mundial». Allí encontramos el ejemplo más extremo: la demanda turística de camas es tal que los pisos que antes se alquilaban a residentes o trabajadores temporales, se destinan hoy al alquiler turístico a precios inalcanzables. «Una vivienda que antes se alquilaba a una familia por 500 euros, ahora se coloca por 1.000 en el mercado turístico, y sin pagar impuestos», relata Murray. «Los trabajadores del sector ya no pueden vivir en casas: en el mes de mayo tienen que meterse en garajes, pisos patera, camas calientes o hacer las noches en el coche, porque los turistas reclaman sus viviendas».

    Es en este sentido que los investigadores hablan ya de «burbuja turística»: «El mismo parque inmobiliario que se hinchó con la burbuja se ha recolocado dentro de otra burbuja, la turística», dice Murray. «De hecho, en ciudades como Nueva York, la mayor parte de la oferta de Airbnb está controlada por grupos turísticos e inmobiliarios, no por particulares».

    En mayo, el Govern balear admitía que los recursos hídricos se sitúan un 15% por debajo del año pasado y no puede asegurar un verano sin cortes de suministro. Los controladores de Son Sant Joan advierten de una avalancha de vuelos: las instalaciones están preparadas para unas 66 operaciones por hora y las previsiones apuntan a que deberán operarse un centenar. El gerente del Área de Salud de Ibiza y Formentera, Josep Balanzat, confesó a un diario local que está «preocupado» por las cifras que se prevén esta temporada: «El problema que tenemos en Ibiza es que se colapsa todo: Urgencias, carreteras, playas, todo...».

    Llorenç Carrio, concejal del distrito centro de Palma, reconoce que están llegando al límite de su capacidad. «Estamos forzando la máquina y a ver hasta qué punto se puede... No mucho más lejos. Aunque entiendo que tenemos las infraestructuras necesarias para esta temporada y, si aún la temporada que viene es un poquito mejor, para esa también». David Carreras, director del Observatorio Socioambiental de Menorca (Obsam), cree que «seguramente se ha llegado a un límite de lo que se puede soportar en esta isla con las infraestructuras que tenemos. Pero en municipios como Marcadal o San Luis, donde la población se quintuplica en verano, imagínate lo que supone para una carretera o una depuradora asumir de golpe esta diferencia de usuarios. Además, tenemos el único vertedero insular al límite de sus capacidades».

    Quedan, al fondo de este tipiquísimo cuadro español, algunas cuestiones incómodas que abren más vías de agua en el tradicional discurso sobre las bondades del turismo. Pregunta Ivan Murray Mas: «¿Cómo es posible que estemos celebrando de nuevo una cifra récord de turistas en Baleares -todo apunta hacia 15 millones-, y tengamos un paro anual de un 15%? Esto lo explicas en otros países y se pegan golpes en la cabeza. Son datos que no concuerda. Aquí pasa algo».

    Pardo razona exactamente en la misma dirección. «Cualquier persona se da cuenta de que el turismo masivo no es un buen negocio para el habitante de a pie. Está claro que mueve una cantidad enorme de dinero y alguien se la está embolsando, pero no somos los vecinos». David Carreras se acuerda del que menos cuenta en todo esto, el propio turista: «Si la gente conociera la densidad de personas que puede llegar a haber en una playa, les disuadiría de venir en verano. No es lo mismo disponer de 10 m² por persona, que dos: si sacas el brazo de la toalla, tocas al de al lado».

    Jorge Riera aduce que es imposible disuadir al visitante de que venga «porque en Europa existe libre circulación de personas y mercancías». Pardo señala la doblez de tal argumento: «El lobby turístico da por supuesto una cosa inaceptable: que los turistas vienen por sí mismos. Pero no es así: los traen. Existe una maquinaria publicitaria gigantesca trabajando sin descanso que es responsable de esta demanda masiva de ciertos destinos. La máquina tiene que parar».

    http://www.elmundo.es/papel/historias/2016/07/11/577e820be2704ea4088b45cf.html
  • De hecho, ahora mismo en Ibiza tienen un problema con medicos (y personal sanitario en general), profesores, etc ... no se cubren las plazas porque un médico de la Seguridad Social no gana lo suficiente para alquilar un piso en la isla.
  • Sil escribió : »

    "Se calcula que, en 2020, el 80% del turismo de Barcelona será de barceloneses haciéndose pasar por turistas. Las autoridades creen que esta estrategia no hará más que aumentar la burbuja turística, incrementando los alquileres de corta estancia y el coste de la vida y, finalmente, obligando a los turistas de verdad a hacerse pasar por barceloneses y alquilar pisos en los barrios periféricos."

    :lol:
  • Entiendo el problema, especialmente el de la gentrificación y desplazamiento, pero recuerden que no siempre va asociado al turismo. El crecimiento de la población y escasez de suelo para construir es un problema transversal en todas las grandes ciudades del mundo, donde a más dinero circulando, más caro el vivir. Y el dinero lo tienen los demás, no uno.

    (Acá en Chile la gentrificación y el desplazamiento de población se está volviendo dramático, pero sólo por el aumento de valor de propiedades por demanda. Mi hogar valdrá fácilmente el doble después de sólo cinco años)

    Pero me surge una duda en lo referido específicamente al turismo: ¿no es un poco injusto pensar en poner límites a los demás y no a uno?

    Lo digo como alguien que espera viajar algún día a Europa, o al mundo en general, y descubre que cada año que lo postergo los lugares que quiero visitar se saturan más y más. Pero los que viven en Barcelona, París o Venecia, como buenos europeos, suelen disfrutar también de viajar y lo hacen mucho. Y esperan ser recibidos con los brazos abiertos. Claro, no me cuesta nada entender lo que se siente cuando es tu casa la que está "invadida", pero es por gente que viaja como ustedes, con los mismos sueños y anhelos, que no tiene la culpa. Mientras tanto ustedes visitan las pirámides (satudadísimas), Angkor Wat (a reventar), el Taj Mahal (sufriendo daño con las visitas) y un largo etcétera, sin cuestionarlo.

    Sé que no es culpa de los que viven en estas ciudades colapsadas de turismo, pero me produce cierta disonancia que las exigencias sean siempre para el resto y demonizar a los turistas como si fuesen malos de por sí.

    Y por todo lo que leo, lo que realmente hace daño no son las hordas de turistas humildes como sería uno, sino los millonarios que llegan a comprar y especular. Me parece que ellos son los que han destruido la convivencia en sus ciudades, subiendo el precio de los pisos a niveles demenciales, remodelando, gentrificando y cambiando el carácter de comunidades enteras.

    ¿O estoy muy perdido?
  • No creo que sea un enfoque muy adecuado bajar el problema al nivel de los individuos.

    Es un tema de qué modelo de ciudad se quiere. Y se debe gestionar con políticas enfocadas a esto. No cerrando las puertas de llegadas de El Prat.
  • Estoy de acuerdo, pero no me suena ningún ejemplo de ciudad turística con políticas exitosas. Ni siquiera NY, es cosa de ver cómo se ríen de la gentrificación en Unbreakable Kimmy Schmidt.

    Si Barcelona descubre la receta, será imitada en todo el mundo. No por nada han sido pioneros en posicionar su ciudad como una de las más maravillosas y admiradas del planeta.

    PD: creo que cobrar a los turistas por todo sí es el camino. ¿Todo el mundo puede viajar hoy? Pues subamos los precios para que no todo el mundo pueda hacerlo, como antes. ¿Cruel? Si, pero nadie dijo que hacer turismo era un derecho.

    Saludos,
  • Marginal, el problema de subir el precio para que no haya tantos turistas es que, en realidad, quienes más pagan el pato son los propios ciudadanos; especialmente en casos como el de Barcelona dónde las rentas de los turistas son muy superiores a las de los locales.
  • Por eso especifico que sea a los turistas y no a los locales. Pero no se me ocurre cómo implementarlo bien!!! Si supiera estaría dando charlas alrededor del mundo. En serio.

    Lo de la gentrificación, los nuevos negocios que expulsan a los antiguos, que se muevan los empleos, todo eso es terrible porque hoy en día la oferta no es capaz de absorber la demanda, entonces o cerramos la ciudad entera o hacemos el turismo algo accesible por la mitad de la gente. Y eso incluye a AirBnb.

    Pero creo que el turismo es sólo parte del problema. Recuerdo el caso del bar de cereales de Londres que fue la primera señal para un barrio deprimido del comienzo de su transformación... y los vecinos lo hicieron pedazos. Eso no fue culpa de los turistas, es la maldita transformación de las ciudades. No sólo turistas sino gente con la billetera gorda.

    Es una hidra, si cortas la cabeza del turismo serán los millonarios, los fondos de inversión, las modas. Todo presiona para arriba los precios y está convirtiendo las ciudades en boutiques o barrios de moda. Lo veo alrededor mío y tampoco me gusta.

    Saludos,
  • Marginal, la gentrificación en la zona del mediterraneo está directamente ligada al turismo, lo que no implica que en Londres, por ejemplo, no tenga nada que ver con el turismo.


    Turismofobia: la cara menos amable de una industria millonaria


    Vecinos de Barcelona, Palma y Madrid se rebelan contra la masificación turística por los problemas de convivencia y el alza del precio de los alquileres



    Unos 300 vecinos salían la semana pasada a la calle en Palma disfrazados de turistas y arrastrando maletas. Representaban un carril guiri, paseando como hacen miles de cruceristas. En Barcelona siguen apareciendo pintadas, cada vez más agresivas, en el barrio de Gràcia o cerca del parque Güell. All tourists are bastards, se leía días atrás. En Madrid, el Carnaval terminó en Lavapiés con un simbólico entierro de la vecina: alertaba de la expulsión de población por la presión turística.

    La industria turística ha vivido un boom. Año tras año, España bate récords, hasta superar los 75 millones anuales de visitantes. En cinco años, el turismo internacional ha crecido más de un 30%. Simultáneamente, ha aparecido y se ha extendido la turismofobia. El sector vive con inquietud el aumento del rechazo al turismo. “Llamamos a los responsables políticos de algunas Administraciones cuyas actitudes no ayudan a rebajar las tensiones”, advierte el presidente de la Confederación Española de Alojamientos Turísticos, Joan Molas.

    Las patronales miran con especial preocupación Barcelona y Baleares, donde el turismo representa un elevado porcentaje de la economía. Y sobre todo cuando la prensa internacional ya se ha hecho eco del fenómeno. A las puertas de otro verano de récord, el diario británico The Independent situó a Barcelona como uno de los ocho destinos que más odian a los turistas. El ministro del ramo, Álvaro Nadal, tuvo que salir al paso y afirmó que “no es tanto un fenómeno social como político”. Pero los expertos consultados, incluso algunos empresarios, convienen en que la irrupción del turismo masivo en la vida cotidiana de los ciudadanos causa problemas. Bien porque literalmente casi no pueden andar por la calle, como alrededor de la Sagrada Família de Barcelona, por los problemas de convivencia —se han llegado a denunciar a turistas que jugaban a fútbol en pisos— o porque el incremento de viviendas turísticas ha ido en detrimento del alquiler para residentes, un fenómeno que ha disparado los precios.

    Barcelona es una de las ciudades donde más se ha plasmado la turismofobia. Según una encuesta del Ayuntamiento, a pesar de que una abrumadora mayoría de ciudadanos (el 86,7%) considera que el turismo es beneficioso, casi la mitad cree que se está llegando al límite. El turismo se ha convertido en la segunda preocupación de los vecinos. Es lo que Claudio Milano, profesor de Ostelea y miembro del grupo Turismografías, llama el “índice de irritabilidad”. “Las ciudades que viven estos fenómenos pasan de una euforia inicial a una situación de conflicto, no con los turistas, sino con las políticas turísticas”, sostiene. La turismofobia, apunta, no exclusiva de España: “Lo hemos visto en Venecia, Berlín, Toronto, Nueva Orleans o el sureste asiático”.

    Paolo Russo, profesor de Gestión Turística Urbana en la Universidad Rovira i Virgili, ha vivido esa situación en sus carnes. Es veneciano. “Allí los vecinos hemos perdido la ciudad, es irreversible”. Conoce el rechazo y las protestas, pero opina que los ciudadanos se equivocan cuando dirigen su ira al turista. “Es solo la cara de la industria turística. Al ciudadano molesto le resulta más fácil culpar al turista, cuando no lo es: es la industria, el puerto que trae cruceristas, los políticos, el urbanismo... Cualquier ciudad que ha sido acogedora con los turistas se enemista con ellos cuando aumenta la presión”.

    El Ayuntamiento de Barcelona calcula que el alquiler turístico es hasta cuatro veces más rentable que el convencional. Y eso desvía el mercado hacia los visitantes y dispara los precios. “Ha habido manifestaciones vecinales como la de la Barceloneta. Pero allí solo hay un hotel de 30 habitaciones. El problema son las miles de viviendas de uso turístico ilegales. Y nos preocupa, porque nos dificulta hallar alojamiento para nuestros trabajadores”, lamenta Molas. Las Administraciones han puesto esa oferta en el punto de mira. “El hotel es una burbuja: protege al ciudadano de los turistas, que visitan la ciudad de día, pero durante la noche se concentran en él”, abunda Russo.

    En el barrio Gòtic de Barcelona más de la mitad de los edificios tienen pisos turísticos. Reme Gómez, activista vecinal y miembro de la Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible, rechaza el término turismofobia. “Desvía el foco de atención, da argumentos a los grandes lobbies, y señala a colectivos que llevamos años denunciando las consecuencias negativas con argumentos”. La activista alerta de que la masificación está “destruyendo el tejido local” y apuesta por el “decrecimiento”.

    Las protestan también crecen en Mallorca. Allí se han organizado en colectivos como La ciutat per a qui l’habita o Palma21. Macià Blázquez, profesor de Geografía de la Universidad de las Islas Baleares, recuerda que el turismo es “una industria muy bendecida. Siempre se ha dicho que no tiene chimeneas porque presta servicios y no extrae recursos”.

    Precisamente, el experto en espacio público David Bravo y el geógrafo Francesc Muñoz coinciden en que el turismo debe ser tratado como una industria. “Asumimos todos el gasto en limpieza, transporte público y seguridad de los cruceristas y a menudo solo dejan el envoltorio de la comida que les dan”, se queja Bravo. Muñoz defiende “ir al tuétano: igual que el promotor que quiere hacer negocio tiene que pagar un aprovechamiento, las empresas turísticas que se aprovechan de inversiones colectivas (como una peatonalización) tendrían que pagar un retorno a las ciudades”.

    El consultor de Magma Turismo Bruno Hallé, convencido de que el problema ha sido originado “desde opciones políticas”, resalta en cambio la generación de “riqueza, conocimiento y puestos de trabajo” del sector. “Los esfuerzos deben dirigirse a vigilar la oferta ilegal”, opina. En realidad, muchos vecinos han aprovechado el boom para alquilar pisos o habitaciones a turistas también durante la crisis.
  • editado mayo 2017 PM
    Recuerdo, con diecisiete años recién cumplidos (es decir, hace 20 años y medio) las primeras vacaciones en que me fuí con mis amigos .... cagaté lorito, a Benidorm. Fue entonces cuando descubrí que el Mediterráneo peninsular está masificado, se come fatal, está lleno de british y franceses borrachos e impresentables, es caro y, en resumen, da asco (Benidorm da un especial asco). Nunca más había vuelto a la costa mediterránea (he vuelto, pero no en plan vacaciones "playeras") hasta que me lié con una chica que tenía una casa en Garrucha (Almería) y, ahora que no estoy con ella, no tengo la menor intención de volver nunca. Nada se me ha perdido en esos sitios borreguiles y petaos de turistas, sitios artificiales muchos de ellos (jamás he comprendido a quien se va a México o a la Dominicana para meterse en un complejo turístico ... coño, vete a Torremolinos, a Magaluf o a Salou y te ahorras el vuelo trasatlántico y, al fin y al cabo, es la misma basura).

    PD: me reitero en que la costa mediterránea apesta (supongo que para quien sea de allí y se conozca los sitios no contaminados por la muchedumbre de borregos, lo verá de otro modo) a excepción, por supuesto, del Cabo de Gata (bueno, la Costa Brava apenas la conozco, asi que de esa parte no puedo hablar ni bien ni mal).

    PD2: Cádiz lleva el mismo camino, la última vez que estuve allí me acerqué a la playa de Bolonia (que yo recordaba como un sitio casi virgen, donde compartías una playa de varios kilómetros con tres o cuatro personas más y otras tantas vacas tumbadas en la arena) y allí habían construído dos aparcamientos, cuatro chiringuitos y estaba petada de gente, con sus palas, sus neveras, sus gritos y todo el paquete dominguero-playero. Se me saltaban las lágrimas.
  • Aprovecho para decir que estoy ahora totalmente a tope con Sil, una vez ME ENTERÉ de cuál es la situación en Barcelona. Efectivamente la situación en Londres es ligeramente distinta. Aquí los pisos no sólo se usan como inversión para airbnb (que es el puto mal y no voy a volver a usar en mi vida), sino que hay hileras de pisos y casas sin habitar. Hay muchas calles en las que caminas y ves todas las luces de las casas apagadas, siempre. Y a eso le añades un mercado de Airbnb controlado por, por supuesto, empresas y ningún particular.

    La gentrificación es distinta en cada sitio. El problema es, como se dice tantas veces en estos artículos, que la pasta no pertenece a unos turistas, a unos ciudadanos, a unos artistas que llegan, sino a unas manos particulares que son cuatro gatos, que se los llevan a los mismos paraísos fiscales que conocemos todos, y que empobrecen todo. Llega a estar Adam Smith vivo y se suicida al momento.
  • Holabuenas


    Pisos y habitaciones alquiladas en BCN por Airbnb desde 2009 hasta ahora.
    http://www.dwarshuis.com/various/airbnb/barcelona/#

    Lo único que queda por invadir son los parques
  • Esto es muy triste, imho, y Barcelona parece estar en 'crisis' aunque no se porque en los medios no hablan tanto de madrid ( y estando Carmena, vamos), porque la situación parece igual.

    Valencia ahora está cómo debía de estar barcelona cuando empezó este hilo, en un par de años o así estará cómo barcelona hoy. Y me imagino que sevilla acabará igual.

    Vaya modelo de sector servicio tenemos.
  • Lo de Barcelona y el turismo es pfff. Además, que pocos barrios se salvan. Barcelona siempre me pareció una ciudad enfocada al turismo en vez de al ciudadano, cosa que en Madrid pasa solo en el centro, centro.

    Este tema tiene difícil solución que no sea una normativa específica (cosa que ni siquiera sé si sería legal). Habría que limitar las licencias de alquileres para turistas, condicionarlo a unos requisitos determinados y luego hacerlo cumplir, claro (vamos, perseguir todo el que se lo salte a la torera). Ahora es cuando aquí se empieza a tomar conciencia, pero en EEUU, sé que cuando estuve hace casi 10 años, en el Estado de Florida, había ya una normativa vigente sobre el alquiler a turistas.

    La verdad es que no sé a quién compete, pero es que lo de Barcelona está escalando de una forma vertiginosa sin visos de parar. Y no me extraña en absoluto que la gente proteste.

    Ibiza no lo conozco, pero, por lo visto, es imposible alquilar nada en toda la isla que no sea a precio de oro. Para los médicos han habilitado un ala del hospital para que vivan en habitaciones del propio hospital, con todo lo que ello conlleva, y aun así no salía nada barato (que ya le huele a la consejería de sanidad, porque tendrían que conformarse con cubrir costes.

    Luego, además, se unen los turistas que no respetan las comunidades de vecinos y, quien alquila, debería asegurarse de a quién lo hace, claro. Por ejemplo, el verano pasado estuve en Gandía y tanteé varios apartamentos. En algunos me preguntaban que cuántas personas venían y si éramos un grupo de amigos, parejas, o qué. Luego, sí, la gente puede mentir con toda su jeta, pero existen también los contratos y tal y, si se ajustan a normativa, es también una protección para quien alquila, una especie descargo de responsabilidad si se han especificado las condiciones en el contrato y el inquilino no las ha cumplido, ¿me explico? Pues eso.

    Es que son varios factores. Y, evidentemente, a quien no va dando la nota y es cívico, no se le mira mal. La mentalidad errónea, creo yo, es hacer la vista gorda porque "dejan dinero". Sí, dinero dejan, pero también perjuicios, y todo hay que tenerlo en cuenta...
  • NO sé como está Madrid, pero los números son basta
    Nexus6 escribió : »
    Esto es muy triste, imho, y Barcelona parece estar en 'crisis' aunque no se porque en los medios no hablan tanto de madrid ( y estando Carmena, vamos), porque la situación parece igual.

    Valencia ahora está cómo debía de estar barcelona cuando empezó este hilo, en un par de años o así estará cómo barcelona hoy. Y me imagino que sevilla acabará igual.

    Vaya modelo de sector servicio tenemos.

    Yo no sé como está Valencia, pero lo de aquí no se puede comparar con Madrid, que recibe 1.5M menos que BCN con una superficie casi seis veces más grande que BCN.

  • No, lo de Madrid no es igual, primero porque no tiene playa y por eso hay un tipo de turismo que no recibe, después porque, ya digo, en Madrid pasa fundamentalmente en el centro y no en la periferia, aunque dale tiempo. Tercero, lo que dice Sil, Barcelona es más pequeña y recibe más turismo. Y seguro que hay más factores que me dejo...
  • editado julio 2017 PM
    Hemos pasado del modelo construir, construir y construir al modelo de meter, meter y meter turistas.

    Cualquiera que critique ese modelo se le tachará de sectario que quiere destruir el turismo.

    Hace un par de semanas en 24h habían cuatro cuñados y creo que el presidente de los touroperadores o algo así, vamos un técnico.

    Me quedé adrede por ver si existía cierto sentido crítico y ver como se debe afrontar tanta llegada de turistas, como afecta esto a las ciudades, medioambiente, a los recursos del lugar y ver que maneras hay de miminizar los efectos.
    O como va a afectar en España los portales de venta-alquiler de pisos, cuando además tenemos una alfombra roja para la especulación.

    Pues nada de esto, todas las preguntas eran de lo maravillosos que somos y en especial los 4 babeaban por saber cual iba a ser el nuevo récord a batir por España. Me recuerda todo esto al ladrillo.

    ¿Hubo alguna crítica? Por supuesto, la lanzó un "periodista" de ese gran diario de referencia en España como es ElPaís.

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    P: Durante todos estos años hay muchos ataques al turismo desde cierto sector que ahora gobierna en ayuntamientos como Barcelona, Madrid o Valencia.

    ¿Sabe usted como nos va a afectar al turismo a nivel internacional?

    R: De siempre ha existido el alquiler vacacional, ahora con los portales de alquiler el problema se ha agravado de diferentes maneras. Algo así.

    Menos mal que el técnico si era técnico.

    No espereis otra cosa, este problema como el famoso hongo de Madrid se usan para atacar al contrario, no hay unidad para afrontar los problemas. Pues se agravaran.


    PD: Parece que las inmobiliarias extranjeras están iendo a saco comprando pisos para luego reformarlos y venderlos o alquilarlos. Veremos como va a repercutir todo esto en la subida de precios.
  • Creo que en algunos lugares se esta empezando a formar una burbuja 2.0. los inversores especulativos vuelven a la vivienda.
  • editado julio 2017 PM
    Ya veremos el tamaño, pero están entrando a saco las inmobiliarias extranjeras.

    Además ahora con todas estas plataformas es mucho más sencillo alquilar y dirigirte hacia el perfil que más te interese para sacar más rentabilidad.

    El modelo de España, construye, construye y mete mete, gracias a esto somos el ejemplo del mundo.

    Ya se saben las consecuencias de ese modelo, no se ha hecho nada para dar otro rumbo a la economía española.
  • Bueno, al menos el turismo o el alquiler no puede generar una burbuja como la de la construcción. Es cierto que el turismo me parece un sector con poco potencial de crecimiento. Estamos casi en máximos de turistas, no parece que vayamos a captar mucho turismo de mayor calidad, el sur del mediterráneo en algún momento volverá a despegar y el desplazamiento a lugares fuera de Europa es probable que continúe abaratándose. Pero es que ningún país elige su modelo económico. Los empresarios y los trabajadores hacen lo que saben y tiran de lo que pueden. Tampoco vamos a pedir milagros.

    Un saludo
  • Ruben escribió : »
    Bueno, al menos el turismo o el alquiler no puede generar una burbuja como la de la construcción. Es cierto que el turismo me parece un sector con poco potencial de crecimiento. Estamos casi en máximos de turistas, no parece que vayamos a captar mucho turismo de mayor calidad, el sur del mediterráneo en algún momento volverá a despegar y el desplazamiento a lugares fuera de Europa es probable que continúe abaratándose. Pero es que ningún país elige su modelo económico. Los empresarios y los trabajadores hacen lo que saben y tiran de lo que pueden. Tampoco vamos a pedir milagros.

    Un saludo

    Milagros no, pero hay 0, repito 10000 veces, 0 intención de cambiar el modelo. En la siguiente crisis gorda cuando volvamos al 26% de paro y se pidan nuevos esfuerzos a los trabajadores se volverá a repetir que el pueblo español vive por encima de sus posibilidades. Y entonces yo, ser pacífico donde los haya, veré justificado que se le pegue un tiro en la nuca al que diga eso por genocida social.
  • Ruben escribió : »
    Bueno, al menos el turismo o el alquiler no puede generar una burbuja como la de la construcción. Es cierto que el turismo me parece un sector con poco potencial de crecimiento. Estamos casi en máximos de turistas, no parece que vayamos a captar mucho turismo de mayor calidad, el sur del mediterráneo en algún momento volverá a despegar y el desplazamiento a lugares fuera de Europa es probable que continúe abaratándose. Pero es que ningún país elige su modelo económico. Los empresarios y los trabajadores hacen lo que saben y tiran de lo que pueden. Tampoco vamos a pedir milagros.

    Un saludo

    No subestimes a España, tiene mucha tendencia en sobreexplotar determinados modelos. Vivimos de prestado del turismo, pero aquí si pudiesen meterían todo lo que no está escrito sin plantearse si sería bueno o no.

    España si elige el modelo económico cuando sigue en la misma línea de siempre. A nivel político por ejemplo se puede incentivar o desincentivar, realizar determinadas políticas,... . La línea del gobierno estamos viendo es el incentivo para determinadas medidas mientras a la ciencia se la ignora como si se pudiese parar como una carretera.

    Las políticas a medio-largo plazo son importantes, aquí son impensables.

    El incentivo y la inversión en determinadas áreas digamos que no te hace elegir el modelo productivo, te hace buscar que eso pueda tener éxito, pero no es seguro, si no haces mucho y lo tienes que fiar al libre albedrío es complicado que salgas del pozo.

    En España ya tenemos claro que tenemos una economía muy mediocre incapaz de generar empleo para toda su población activa y que en cada crisis mundial se pega un ostión debido en buena parte a su gran dependencia del exterior, ni Grecia se la ha pegado tres veces como nosotros a nivel de paro, con datos a años luz de cualquier país normal.

    Si España fuese una empresa o un país serio, estaría analizando las causas de estos batacazos únicos en cualquier país de los que decimos pertenecemos, lo que ocurre en España no es normal, la realidad es que no se ha hecho nada de nada.

    Aquí el análisis político, la culpa es del contrario, el análisis empresarial la culpa del trabajador y de las universidades, asunto arreglado.

    Si no analizas que te ha pasado, difícilmente vas a poder poner solución a los problemas.

    Gobierno, patronal y sindicatos se reúnen para pactar sueldos y medidas. Al parecer en España no se puede realizar un análisis serio de la situación de España con todos los actores, tratar de ver como arreglarlo y ver que rumbo tiene que tomar España, no ha existido ni una comisión en el parlamento para hablar de ello, normal hay culpables. La España de servicios y turismo no da mucho más de si, además me cabrea ver como España se cree que está en el grupo de Alemania, Francia, P.Bajos,Suecia... es absurdo.

    Se sigue sin hacer nada, posiblemente nos la volvamos a pegar a base de bien, veremos además como quedaremos en la nueva revolución industrial que se avecina.

    Los países potentes del siglo XXI ni por asomo invierten en I+D la ridícula cifra de España. Tras 30 años en la UE ya el problema no es seguir estando en el grupo de los necesita mejorar, es que te están pasando países. Hasta los comunistas chinos lo tienen muy claro.

    España es un país muy frustante, yo simplemente pido que se mueva entre los puestos de acuerdo a su renta per cápita. Lo grave es que no nos estamos moviendo en estos puestos.

    Mientras tanto España lidera la creación de empleo en la UE, creamos más empleo que Alemania, argumentario ridículo muy asociado al populismo-demagogia que se estila por este país. Rajoy podría tener huevos y pasárselo por la cara a Merkel. En España los problemas se solucionan diciendo imbecilidades, semos los mejores.

  • Mira que los de la CUP normalmente me parece que tienen unas formas muy borricas, pero el bombo que se le está dando a que pintaran un bus turístico no es normal.

    "Es muy grave esto en el contexto de amenaza terrorista nivel 4 en que estamos! Y si un mosso hubiera visto a los encapuchados acercarse al bus, qué hubieran pensado? Qué hubiera pasado?"

    Lo que, realmente, evidencia que el nivel 4 no vale de absolutamente nada. Y que llenar las calles de mossos con armas largas, bien visibles, es pura pantomima.
  • Y yo que iba a decir que me iba al Parque Güell y que costaba 8 euros la entrada...

    Pero al final no sé qué veo de Maduro y cosas de esas...

    Nos vemos ;).
  • Yo creo que en general se tiene que actuar en dos vías distintas.

    Por un lado en las grandes ciudades combatiendo el mercado del alquiler turístico, porque infla los precios de la vivienda y del alquiler convencional, y sobrecarga de turistas lugares que ya de por si son muy transitados.

    Por otro lado hay que combatir el turismo de borrachera y low cost (que no es tan low cost), el turismo disruptivo para la convivencia, multas a los bares, pero no de esas que se acumulan sin que ocurra nada, multas que acarreen el cierre de la actividad si son reincidentes, tasas turísticas que eleven los precios de los paquetes low cost, y prohibición de construcción de establecimientos de ocio en según que zonas ya saturadas.

    Yo creo que se puede vivir y convivir con el turismo, pero poniéndole freno y sensatez, el futuro de la actividad turística en los lugares fuertemente demandados es la regulacion extrema para que no se desboque una actividad que bien llevada genera beneficios para todos, y mal llevada es una absoluta pesadilla a todos los niveles.
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