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Luego se mosquean si dices que son fascistas. Gallardón desde luego lo parece.

editado mayo 2013 en Política y actualidad
Jueces silentes, políticos amordazadores
Elisa Beni  
28/05/2013 - 07:29h  
He pasado años de mi vida intentando convencer a centenares de jueces de que los periodistas, los medios, no eran el enemigo sino una necesidad en una democracia basada en la existencia de una opinión pública libre e informada. Argumentando que la transparencia es un deber con el ciudadano. Explicándoles que no podían encasillarse en torres de marfil, que no podían perder el contacto con la sociedad a la que sirven, que tenían que rendirle cuentas y explicaciones porque eso formaba parte de su trabajo.

Lo he hecho particularmente como directora de comunicación de todos los jueces de Madrid. A veces con éxito y otras sin obtener resultados. A fin de cuentas, como muchos me respondían, no obtenían nada de exponerse y, a cambio, podían resultar salpicados, agraviados o directamente perjudicados.

A partir de ahora quizá ya no tenga oportunidad de argumentar más veces que las voces de los jueces, limitadas por las restricciones lógicas al secreto de las actuaciones, contribuyen a introducir elementos de calidad técnica en el debate público. Quizá no podré hacerlo porque Gallardón, de nuevo Gallardón, ha decidido silenciar a los jueces, amordazarlos y limitar su libertad de expresión de una forma inadmisible. De una forma profundamente anticonstitucional. Esta es la esperanza que queda, la de que no haya posibilidad de franquear esa última barrera.

El proyecto de Ley Orgánica del Poder Judicial es terrorífico en muchos aspectos. Este es uno más. No me gustaría que todos pasaran por el rodillo del PP en las Cortes sin que la ciudadanía sepa qué le están cercenando y qué tipo de control y de impunidad están buscando.

El artículo 45 del anteproyecto de LOPJ dice en su punto tercero que “los Jueces y las Asociaciones Judiciales se abstendrán de hacer valoraciones de actualidad en los medios de comunicación sobre los asuntos pendientes ante los Tribunales y sobre las resoluciones judiciales”. Algo inusitado y según todas las asociaciones y expertos totalmente inconstitucional puesto que supone una restricción inadmisible de la libertad de expresión y sustrae del conocimiento de la opinión pública, opiniones y reflexiones técnicamente relevantes.

¿Algo accesorio? No, una muestra más del afán del poder político de liberarse de cualquier asomo de crítica que pudiera derivarse de las afirmaciones, explicaciones o peticiones que el Poder Judicial pudiera efectuar. Hasta ahora no solamente se ha fomentado la posibilidad de que los jueces y fiscales pudieran colaborar con los medios de comunicación en la creación de una opinión pública informada, sino que en en el Reglamento de los Órganos de Gobierno de los Tribunales (art.54.1.g) se consagra a los presidentes de los TSJ, de la Audiencias Provinciales y a los jueces decanos como portavoces natos de los jueces y magistrados y el propio CGPJ tiene estandarizadas la mejor forma de que éstos entren en contacto con los periodistas.

Ahora no toca esa transparencia. Ahora ha vuelto el mantra de que los jueces no han de tener voz ni rostro, como si el hecho de saber quiénes te juzgan no constituyera una de las bases de toda Justicia democrática. Tendrá así el poder político algo mucho más próximo a lo que desea: jueces silentes a los que, desaparecido el delito de desacato, se podrá presionar, insultar o difamar sin que ni ellos, ni sus compañeros ni sus asociaciones puedan expresar oposición u opinión que neutralice tales ataques. Jueces a los que teóricamente debería proteger de oficio la Fiscalía, para eso al menos hizo una reforma específica el PP en su anterior etapa de gobierno. Qué curioso que esa figura siga inédita hasta ahora ya que jamás ha sido utilizada.  

No quieren que sepamos. No quieren pluralidad de voces. No quieren nada que pueda perturbarles. Ni ellos ni, curiosamente, extraños periodistas que defienden que no desean oír a fuentes especializadas, que prefieren no saber qué tienen que aportar, que no quieren oír esos puntos de vista.

En ese mismo artículo se esconde otra bomba de relojería de consecuencias no valoradas según como sea aplicada. Y se refiere a la información y a los informadores. “Los programas emitidos por cualquier medio en que se haga un juicio paralelo de cuestiones pendientes ante los Tribunales estarán obligadas, en todo caso, a presentar de manera veraz todos los hechos relevantes del asunto”. Nunca habrán visto artículo más absurdo. La información siempre tiene que ser veraz. No se sabe qué es para esta ley un juicio paralelo, es más, es lo que los juristas llaman un concepto jurídico indeterminado. No sabemos tampoco quién juzgará qué es paralelo o perpendicular. En fin, no sabemos nada. O sí. Sabemos demasiado. Sabemos qué espíritu late bajo todas estas reformas. No tratan de cuestiones corporativas, como siempre tratan de una forma de ver la plasmación de los derechos y libertades de los ciudadanos que no es precisamente la que comparto.

Al margen del ataque a la libertad de expresión que hay en la primera parte que he puesto en negrita, la técnica de redacción de normas jurídicas cada vez es peor. ¿Cómo puedes meter en una ley conceptos tan difusos como "juicio paralelo", muy común en términos coloquiales pero que no significa nada. ¿Cómo valoras si se han presentado "de manera veraz todos los hechos relevantes"? ¿Y cómo sancionas si te parece que no ha sido así? A Gallardón se le ha ido la pinza de mala manera.

Enlace al artículo.

Comentarios

  • Tiene mucho a tufo a vuelta a atrás. Lo mismo que la investigación la llevaran los fiscales y no los jueces, precisamente los jueces si son más independientes y los fiscales pueden ser más controlables e incluso creo que se les puede dar puerta y ubicarlos en otro lado, algo que con un juez no puedes.
  • Todos al redil. Joder, y mira que nos hemos cachondeado de la frase de Paquito Rana: "Todo queda atado y bien atado"  :jpshakehead:
  • Pues se cambia la constitución y ya es legal, fin.
  • Hombre, pero desarrolla la idea, dinos por qué...
  • Lo que decía Gallardón allá por 1988:
    [size=large]Ruiz Gallardón pedirá la supresión del Ministerio de Justicia[/size]

    Juan González Ibañez Madrid 26 SEP 1988

    Uno de los vicepresidentes de Alianza Popular (AP), Alberto Ruiz Gallardón, pedirá la desaparición del Ministerio de Justicia en una interpelación que defenderá el próximo martes en el Senado. La misma tesis estará contenida en la ponencia sobre la Justicia que dicho dirigente presentará al Congreso aliancista.Ruiz Gallardón considera que "después de 10 años de Constitución, se ha demostrado que la convivencia entre el Consejo General del Poder Judicial y el Ministerio de Justicia se traduce en una merma de la independencia y posibilidades de actuación del Consejo. Lo que tiene que hacer el Gobierno", manifestó a este diario, 11 es completar la independencia del Consejo y facilitar que sea un órgano de gobierno pleno, con autonomía presupuestaria, como tiene el Parlamento". El dirigente aliancista propondrá que las competencias sobre instituciones penitenciarias pasen al Ministerio del Interior y que las relacionadas con asuntos religiosos sean asumidas por el Ministerio de Asuntos Exteriores.

    El ministro de Justicia, Enrique Múgica, "deberá responder, como responsable del departamento, del progresivo anquilosamiento, ineficacia y caos de la Administración de Justicia".

    Alianza Popular estima además que se debe acelerar el proceso de reforma de leyes procesales penales y del procedimiento contencioso-administrativos.

    Y en el diario de sesiones del Senado, se recoge que dijo lo siguiente (páginas 48 a 52 del PDF):
    Pero hay soluciones, señor Ministro. Hay soluciones audaces que ustedes están en la obligación inmediata de aplicar. Nuestro Grupo cree que cualquier reforma que se plantee en el futuro tiene que pasar necesariamente por la desaparición del Ministerio que usted encarna. Mientras siga existiendo el Ministerio de Justicia, es difícil que desaparezca la burocratización en la Administración; mientras siga existiendo el Ministerio de Justicia, es difícil que aparezca una posible racionalización en cuanto a la administración no ya de los medios personales, sino también de los medios materiales necesarios para desarrollarla; mientras el Ministerio de Justicia no desaparezca, es muy difícil llevar a cabo una labor de Administración de Justicia independiente.

    Existe cobertura legal, señor Ministro. El número 117 de la Constitución dice que la justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por jueces- y magistrados integrantes del Poder judicial. ¿Por qué el Poder Ejecutivo tiene que administrar la justicia en España? El artículo 122.2 dice que el Consejo General del Poder Judicial es el órgano de gobierno del mismo. ¿Por qué el Ministerio de Justicia tiene que incurrir en responsabilidades que afectan al Poder Judicial y que deberían ventilarse única y exclusivamente en autogobierno de la magistratura?

    Señorías, o se suprime el Ministerio de Justicia o ustedes no están acatando el mandato constitucional. La coexistencia del Ministerio y del Consejo General del Poder Judicial es, en práctica, absurda e incompatible. O se administra la justicia por el Gobierno o se autoadministra ella misma, pero las dos cosas al mismo tiempo son contradictorias. Es cierto que alguno de los miembros de su Gobierno no cree en el principio de separación de poderes. Es posible que la ciencia política socialista haya superado ampliamente este principio, pero también es cierto que la realidad del Gobierno socialista no la ha superado. Es totalmente necesario para la independencia del Poder Judicial...

    Termino, señor Presidente, insistiendo en ello por razones que entiendo benefician a todos. Ha afirmado también hoy en estas declaraciones que anteriormente comentábamos: En la derecha siempre hay una excesiva falta de imaginación, porque la proposición de sustitución del Ministerio y de su supresión viene reiterándose continuamente desde siempre y nosotros nos oponemos a ello. Es verdad, señor Ministro. Es verdad que yo no tengo la exclusvia de proponérselo por primera vez en estos momentos y es verdad que no va a ser usted el primer Ministro que se oponga a ello. Pero yo le pregunto: ¿está usted satisfecho de los resultados anteriores? Yo tengo la conciencia política y también profesionalmente jurídica tranquila de, por lo menos, haber sentado las bases para solucionar el caos de la Administración de Justicia en España. ¿La tiene usted tranquila para responsabilizarse de las gestiones anteriores y seguir manteniendo la dualidad entre el Ministerio y el Consejo General del Poder Judicial?
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