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"La mayor tragedia marítima de la Historia"

El naufragio olvidado del "Wilhelm Gustloff"

Magazine | 07/09/2012 - 12:53h


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Un grupo de mujeres a bordo del Wilhelm Gustloff, el 10 de abril de 1938, hace el saludo nazi


Eduardo Martín de Pozuelo

Barcelona


Nos hundíamos. A través de los gruesos vidrios de las escotillas llegué a escuchar los gritos de los pasajeros y tomé conciencia del drama que se estaba desarrollando bajo la cubierta en la que me encontraba. La gente estaba hacinada y el puente inferior ya estaba medio sumergido. Entonces vi los fogonazos. Eran disparos. Los oficiales estaban matando a sus propias familias”, relató Johann Smrczek, ingeniero jefe del transatlántico Wilhelm Gustloff, el buque que padeció la mayor catástrofe naval de la historia, ocurrida el 30 de enero de 1945 en aguas del Báltico. Smrczek sobrevivió en una balsa y recordó después que la mayoría de las personas que caían al agua morían casi de inmediato, heladas, rígidas. “Tras hundirse, no había movimiento en el mar. No se oía nada”. Sólo imperaba el silencio de gran tragedia. La del Wilhelm Gustloff.

El 12 de abril de este año se conmemoró el centenario del naufragio del Titanic y todos los medios del mundo le dedicaron un emotivo recuerdo. Las peculiares circunstancias de su hundimiento han convertido al Titanic en un mito inolvidable. De hecho, si las catástrofes tuvieran categorías, la del célebre transatlántico de la naviera White Star sería el punto de referencia de los dramas imborrables. Es un hecho. El Titanic ocupa la cúspide de la particular mitomanía que generan las tragedias en el mar y es frecuente suponer que su hundimiento constituye la mayor tragedia marítima de la historia. Pero no es así, ni de lejos.

Si el interés mediático por la pérdida de un barco se basara sólo en el número de muertes, el Titanic dejaría su puesto de honor en la memoria colectiva para dar paso, abrumado, al buque alemán Wilhelm Gustloff, que se alzaría indiscutible a la cima de los desastres en el mar. Así lo acreditan los casi 10.000 muertos en esa calamidad producida por el impacto de tres torpedos soviéticos disparados cuandola II Guerra Mundial tocaba a su fin y el mismo día que Hitler se dirigió a los alemanes por última vez.

En contraste con el bullicio histórico que rodea al Titanic, detrás del Wilhelm Gustloff sobrecoge el silencio de las víctimas alemanas anónimas, sacrificadas por la guerra en las gélidas aguas del mar Báltico. Se trata de las muertes habidas en el curso de una serie de matanzas sucesivas, acaecidas en el contexto bélico de la denominado operación Aníbal, nombre clave del operativo ordenado por el almirante Karl Dönitz para la evacuación de Prusia Oriental y del corredor polaco de los dos millones a dos millones y medio de alemanes que en 1945 huían aterrados del avance de los ejércitos de Stalin.

El Wilhelm Gustloff era un lujoso crucero civil diseñado para viajes de placer, pensado para albergar a 1.880 personas entre tripulantes y pasajeros. En sus travesías en tiempo de paz pasó por España, pero en 1936, al comienzo de la guerra civil española, trajo hasta aquí parte dela Legión Cóndor y material bélico para los nacionales.

Apenas tres años después, en los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial, fue reconvertido en buque hospital. Hizo este trabajo en las campañas de Polonia y Noruega para luego dirigirse a la mayor bahía del Báltico, en Szczecin, Polonia, (Stettin en alemán). Allí lo convertirían en residencia de entrenamiento de la gran base germana de instrucción de guerra antisubmarina ubicada en aquel lugar. Le añadieron unas ametralladoras antiaéreas sin que ese detalle lo convirtiera en un barco de guerra. Y así pasó su tiempo, con más pena que gloria, hasta enero de 1945, cuando a los alemanes les llegó la hora de abandonar el frente del este empujados a sangre y fuego por el avance soviético. Todos los buques germanos disponibles en el Báltico, mil cien contando botes y pesqueros, fueron destinados a la evacuación. Entre los barcos de mayor desplazamiento se encontraba el Wilhelm Gustloff, que fondearon en el puerto de Gotenhafen, hoy Gdynia (Polonia), a unos 30 kilómetros al norte de Gdansk, una zona que había sido ocupada porla Wehrmacht en 1939.

Las crónicas hablan de decenas de miles de refugiados agolpados junto al puerto en busca de un barco en el que huir hacia Kiel. El desorden era tan tumultuoso que sólo algunos disparos al aire parecían calmar la situación unos minutos, pero luego vencían de nuevo el miedo y un caos que explica por qué las cifras que se barajan sobre personas embarcadas en cualquiera de aquellos barcos son forzosamente aproximadas. Un testigo afirma que la mañana del 30 de enero, cuando habían embarcado unos 3.000 pasajeros, dejaron de contar. De este modo en el Wilhelm Gustloff se agolparon casi 11.000 personas. No había cubierta, camarote, pasillo o bodega practicable sin ocupar. Y esta vez los pasajeros no eran veraneantes disfrutando del placer de navegar por cálidas aguas. Esta vez embarcaron el miedo, el frío y la muerte.

Heinz Schön, sobrecargo del barco y principal estudioso del suceso, calcula que a bordo iban 173 tripulantes, 918 oficiales, suboficiales y marinos de una división de guerra antisubmarina, 373 mujeres del Cuerpo Femenino Auxiliar de la Kriegsmarine, 162 soldados heridos, 8.956 civiles, de los que se estiman que 4.000 eran niños. En total, 10.582 personas a bordo, de las que fallecerían 9.343, cifra que deja unos 1.200 supervivientes. Pero la verdad, nadie pudo contar con rigor a todos los que embarcaron.

En esas condiciones y con los submarinos soviéticos al acecho, el Wilhelm Gustloff zarpó de Gdynia a las 12.30 horas del mediodía del 30 de enero de 1945 al mando de dos capitanes: Friedrich Petersen, civil, y Wilhelm Zahn, dela Kriegsmarine. El tiempo era malo. Mucho viento, nieve y10ºC bajo cero. El barco se hizo a la mar y oscureció. Había luna nueva y hacía frío, mucho frío.

La derrota que tomaron fue la decidida por el veterano capitán civil Petersen. Aguas profundas y luces de posición apagadas en busca de la protección de otro convoy armado que suponían navegaba más al norte rumbo a Kiel. Creyeron encontrarlo y encendieron las luces de navegación para evitar un abordaje ante la nula visibilidad. Con esa acción y para su desgracia se pusieron a la vista de periscopio del capitán Alexánder Marinesko, al mando del submarino soviético S-13. Fue la perdición del Gustloff, que en ese instante se encontraba entre la bahía de Danzig y la isla danesa de Bornholm con Stolpmünde (hoy Ustka) por el través. Dieron las nueve de la noche.

El S-13 armó cuatro torpedos, cada uno con su lema escrito sobre el casco: “por la madre patria”, “por Stalin”, “por el pueblo soviético” y “por Leningrado”. Disparó tres que hicieron blanco. El transporte acusó los impactos y escoró rápidamente a estribor recuperando la verticalidad, pero poco después, volvió a escorar hacia babor. El suboficial Karl Hoffman relató que el primer torpedo hizo blanco en la proa debajo de la línea de flotación; el segundo, en la sección media, a la altura de la piscina, y mató a casi todas las mujeres auxiliares de la Kriegsmarine, y el tercero impactó a mitad del buque por delante de la sala de máquinas. En pocos minutos, el castillo de proa se encontraba casi bajo las aguas. El Gustloff se hundió en menos de 50 minutos llevándose consigo entre 9.200 y 10.000 mujeres, niños y hombres.

Sólo 1.239 personas (otras fuentes señalan poco más de 900) pudieron ser rescatadas vivas por los buques alemanes que se encontraban en las cercanías. El mar, relataron los testigos, aparecía como un tenebroso paisaje cubierto de cadáveres con salvavidas.

La mayoría de los supervivientes grabaron en el recuerdo una misma imagen: el momento en que el barco se hundió. El Gustloff hizo una pausa en su viaje al fondo del mar, y todas las luces se encendieron en el instante en que se iba a pique. Nadie ha podido explicar el fenómeno, probablemente causado por un grandioso cortocircuito. Pero por un momento el navío se convirtió en brillante y gigantesco ataúd de cegadoras luces. Al mismo tiempo, como si de un ser vivo se tratara, una de sus sirenas lanzó un tremendo quejido que se fue silenciando a medida que el barco desaparecía bajo las aguas, tan frías como el hielo.

Detrás del hundimiento del Wilhelm Gustloff no hay glamur, icebergs ni historias de amor o de heroísmo universalmente reconocibles; ni multimillonarios de sonoro apellido con una copa en la mano, impertérritos mientras su vida se acaba; ni valientes músicos tocando hasta la muerte inspirando relatos, leyendas y películas aunque Günter Grass haya escrito sobre el buque alemán en A paso de cangrejo. El drama de este barco es el amigo paupérrimo del recuerdo, pues en su haber mediático apenas cuenta con una película estrenada 1955, Nacht fiel über Gotenhafen, y media docena de libros, prácticamente todos alemanes (no traducidos) y una serie de televisión emitida en Alemania en marzo del 2008. El Gustloff reposa hoy a42 metros de profundidad, clasificado como “tumba de guerra” por las autoridades polacas.

Lo sucedido fue tan espantoso y contradictorio que hoy lo cubre un manto de olvido, sin duda por expreso interés de los implicados. No en vano, el hundimiento del Wilhelm Gustloff, que por cierto llevaba el nombre de un detestable cabecilla nacionalsocialista suizo asesinado en 1936, se debió al ataque, quizás un tanto alevoso, del capitán de un submarino soviético S-13 que disparó sus torpedos contra un transatlántico civil, se puede imaginar con benevolencia que confundido por su gran tamaño desdibujado por la bruma y la noche báltica invernal.

Pero lo que añade más consternación a lo ya pavoroso es que, aunque ciertamente el Wilhelm Gustloff protagoniza la mayor tragedia náutica de todos los tiempos, su drama sólo es una pieza más de la desorbitada calamidad que se desarrolló durante cinco meses en aquellas aguas europeas a partir del 23 de enero de 1945, cuando comenzó la retirada alemana de aquella zona de Europa. Buques de todo porte, repletos de seres humanos, fueron hundidos uno tras otro en un remedo de un cruel tiro de feria apocalíptico. Su saldo total en muertes estremece: 30.000 ahogados como cifra mínima probable, en su mayoría refugiados civiles alemanes y también prisioneros aliados y judíos.

Nazis y aliados convirtieron la operación de retirada con nombre clave de general cartaginés en una matanza de proporciones colosales. En total se calcula que la escapada se saldó con 300.000 muertes generadas por tierra, aire y mar, en este último caso caracterizado por un sinfín de barcos echados a pique entre los que destacan el Wilhelm Gustloff, el General Von Steuben, el Goya, el Thielbeck y el extrañísimo crimen del que fueron víctimas el 3 de mayo de 1945 los 4.500 ocupantes del Cap Arcona.

El nazismo agonizante no quiso desmoralizar aún más al atormentado pueblo alemán divulgando la escabechina que estaba sufriendo en el Báltico. Y a los aliados no les apeteció explicar al mundo libre que andaban hundiendo barcos civiles repletos de refugiados y prisioneros. Por eso, un silencio cómplice envolvió en la niebla de la historia lo sucedido durante la operación Aníbal.


Enlace

Bundesarchiv_Bild_183-H27992%2C_Lazarettschiff_%22Wilhelm_Gustloff%22_in_Danzig.jpg


Gran artículo.


Saludos.

Comentarios

  • Buen hilo. :)

    Ah, bonito barco.

    Offtopic: Nunca entenderé el porque Alemania no tenia portaaviones

    /Offtopic.
  • "Patán&quot escribió :
    Offtopic: Nunca entenderé el porque Alemania no tenia portaaviones

    /Offtopic.

    Bueno, tuvo uno, pero no lo usó nunca.

    http://www.youtube.com/watch?v=-OLj_TurDSg#!


    grafzeppelin001zv7.jpg

    grafzeppelin002em7.jpg

    800px-Graf-Zeppelin-2.jpg


    http://es.wikipedia.org/wiki/Graf_Zeppelin_%281938%29
  • "Kribi&quot escribió :
    No tan grande.

    Pues no.

    Hasta donde pudo averiguar el comandante soviético desde su periscopio, un buque armado y escoltado, que navega sin luces y que no exhibe el signo protector. Y que transporta personal combatiente, como sabemos ahora. Un objetivo legítimo, en la forma y en el fondo.

    Precisamente los del submarino vieron el buque porque éste encendió las luces. Y dudo que el comandante soviético acertara a ver los cañones antiéreos o al pequeño barco que lo escoltaba.

    Lo de que llevaba militares, como bien dices, lo sabemos ahora.
  • En todo caso, me parece que lo que más pretende destacar el artículo es el contraste que existe en el hecho de que del hundimiento del Titanic hayan oído hablar hasta en el útimo rincón del mundo, mientras que el del Gustloff sólo lo conocemos los frikis de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que fue peor y más reciente.

    En este caso supongo que parte de la culpa sí la tiene Hollywood  :chis:
  • A mi me encantan las matizaciones en terminología marinera por parte de kribi. Todavía me estoy riendo con la que le dio a piquetete creo con lo del vigía del Titanic  :D
  • Marinesko.jpg


    Por cierto, el comandante del submarino soviético, Alexander Marinesko, era un tipo indisciplinado y alcohólico que en enero de 1945 estuvo a punto de ser detenido por el NKVD, pero la Flota del Báltico consiguió que se le diera otra oportunidad. Así que cuando hundió el Gustloff digamos que estaba a prueba y por tanto ansioso de hacer méritos ante los suyos. En esas condiciones no creo que le preocupara demasiado si lo que hundía podía ser un barco lleno de civiles. Es más, seguramente estaba al tanto de la Operación Aníbal, con la que el gran almirante Dönitz trató de evacuar al mayor número posible de alemanes, tanto militares como civiles, y salvarlos así del avance del Ejército Rojo (la operación -la mayor evacuación por vía marítima de la historia- fue un éxito, a pesar de calamidades como la del Gustloff: se consiguió evacuar a más de dos millones de personas). Pero ya sabemos que por entonces para los soviéticos el único alemán bueno era un alemán muerto, así que qué mejor oportunidad de encontrar barcos alemanes a los que hundir. En fin, que vio un barco grande en mitad de la noche invernal. Grande y alemán. No creo que dudara mucho antes de decidir hundirlo.

    En febrero hundió otro barco de pasajeros, el Steuben, que iba cargado con militares heridos y civiles. Murieron casi 4.000 personas.

    Por sus méritos de guerra se concedió a Marinesko la Orden de la Bandera Roja, pero no se le nombró Héroe de la Unión Soviética porque seguía siendo indisciplinado y alcohólico.

    En aquel mismo año se le expulsó de la Marina y en 1949 se le mandó dos años al Gulag. Murió en 1963.

    Recibió el título de Héroe de la Unión Soviética póstumamente, en 1990, justo cuando la Unión Soviética estaba a punto de desaparecer  :ilu:


    407px-Marinesko_kaliningrad.jpg
  • editado septiembre 2012 PM
    "Kribi&quot escribió :
    Lo que vio fue un barco de transporte armado y escoltado, que navegaba sin luces y que no exhibia el signo protector.

    Sí, claro. Y no disparó hasta verles también el blanco de los ojos a los tripulantes.

    Lo que vio, según el historiador Chris Bellamy, fue un tenue resplandor en el horizonte, y porque el Gustloff encendió la luces, insisto.

    En cuanto se dio cuenta de que era un barco grande alemán ordenó zafarrancho de combate. Y en cuanto pudo disparó. Punto.
    Un objetivo legítimo cuya obligación como soldado era hundir.

    Que fue un objetivo legítimo según las reglas de la guerra no lo pongo en duda. Que a Marinesko no creo que eso le preocupase mucho, tampoco.
    Doenitz sabía lo que tenía que hacer si quería un paso seguro de esos buques, que para algo era almirante: los pintas de blanco con una gran cruz roja bien visible, los desarmas, no les das escolta, embarcas exclusivamente personal no combatiente (lo que excluye también al personal de la armada), haces que de noche naveguen con TODAS las luces encendidas (no sólo las luces de navegación) y haces públicas las operaciones de esos buques a través de los representantes del Comité Internacional de la Cruz Roja. Punto.

    Eso es. Y gastar tiempo en hacer todo eso habría merecido la pena, porque todos sabemos que los soldados del Ejército Rojo respetaban escrupulosamente las normas de la guerra y a la población civil de los países que ocupaban, especialmente a la alemana.



    Edito para corregir una errata  :chis:
  • "Kribi&quot escribió :
    ¿Qué luces encendío?

    Las de posición.
    El resto de tu mensaje son subjetividades de tu cosecha. Imagino que por eso los nazis asesinaron a 17 millones de civiles en la URRS, porque los nazis ya sabían con quien se la jugaban.

    Saludos
    Kribi

    Imagino que los soviéticos violaron a dos millones de niñas y mujeres alemanas porque no llevaban una gran cruz roja bien visible.

    Ya puestos a decir absurdeces...
  • Algo muy significativo a la hora de valorar el detalle con el que Marinesko (por cierto, un apellido la mar de apropiado para un marino  :chis: ) apreciaba lo que veía por el periscopio en la noche invernal, es que hundió el barco de pasajeros Steuben confundiéndolo con un buque de guerra, el crucero Emden.

    Ah, y otra cosa. Paradójicamente, el submarino S-13 era de diseño germano, fruto de uno de esos periodos en los que alemanes y soviéticos colaboraron intensamente, en lo comercial y en lo político-militar.
  • editado septiembre 2012 PM
    Gunter Grass creo que era dijo una vez que recuerda que de pequeño en su casa estuvo un sargento que volvía del frente del Este y que dijo a su familia: "Huyan. Si los rusos llegan y hacen aquí la mitad de lo que les hemos hecho a ellos, no quedará nadie vivo". Yo siempre pienso que aún los rusos se condujeron con prudencia.

    Pues yo pienso que los alemanes cometieron crímenes terribles que pagaron millones de inocentes, y que los soviéticos también cometieron crímenes terribles que también pagaron millones de inocentes. Y que si los dos millones de niñas y mujeres alemanas que violaron los soviéticos dudo mucho que merecieran su suerte, menos aún, si cabe, la merecieron las polacas, húngaras, rumanas, checas, yugoslavas y mujeres "liberadas" de los campos de concentración nazis -soviéticas incluidas- que también fueron violadas por los soldados del Ejército Rojo.
    "Kribi&quot escribió :
    ¿Y qué fue exactamente lo que Marinesko no vió del Steuben?

    ¿Que navegaba desarmado? ¿Que carecía de escolta? ¿Que exhibía el signo protector? ¿Que llevaba todas sus luces encendidas?

    Lo que quiero decir es que difícilmente podía ver detalles cuando confundió un barco de pasajeros con un crucero, a pesar de ser un oficial experimentado.

    Claro, que igual iba borracho  :chis:
    ...uno de esos periodos en los que alemanes y soviéticos colaboraron intensamente, en lo comercial y en lo político-militar..., dice el tío  :D

    Los submarinos clase S estaban basados en el diseño que una agrupación de astilleros privados alemanes (la Deschimag) desarrolló en Holanda durante la República de Weimar, cuando el Tratado de Versalles prohibía a Alemania construir submarinos. Diseño que los soviéticos compraron.

    Saludos
    Kribi

    Espera, ¿estás diciendo que la empresa de mentirijillas que diseñaba y construía submarinos en Holanda no tenía nada que ver con la Reichsmarine?

    ¿Que fue todo cosa de una empresa privada?
  • editado septiembre 2012 PM
    La historia de la U-Bootswaffe («Arma submarina») está íntimamente ligada a Karl Dönitz, prácticamente el creador de la fuerza de submarinos de la Alemania de la posguerra en 1919. Después de la Primera Guerra Mundial, Karl Dönitz ocupó una de las 1.500 plazas de oficial que el Tratado de Versalles permitía a la República de Weimar; su ingreso en la marina de guerra se debió a los excelentes antecedentes que había mostrado durante la Gran Guerra. Se había iniciado como observador de vuelo en la rama aérea naval y pronto se convirtió en comandante de una escuadrilla de hidroaviones. En 1916 ya tenía un submarino a su mando. En 1918 fue capturado cuando emergió, por múltiples fallos del submarino, en medio de una escuadrilla de destructores enemigos e internado en un campo de prisioneros hasta el fin de la guerra.

    En 1919 se dedicó a la tarea de reconstruir la flota de submarinos junto con Otto Schultze. Dönitz, al mando de una torpedera, ayudó a reclutar a los futuros tripulantes de los submarinos y a planificar en los Países Bajos su construcción en secreto para soslayar lo estipulado en el Tratado de Versalles. En 1923 fue adscrito al Estado Mayor en Kiel como consultor de métodos de caza submarina, donde formó equipo con Erich Raeder y Wilhelm Canaris.

    El Alto Mando de la Marina ya había completado los planes en 1932 para reanudar la construcción de submarinos; de hecho, las piezas de ensamblaje de los nueve primeros submarinos se produjeron en los Países Bajos, España y Finlandia, a los que se les denominó, como sus antecesores, clase "U". El U 1 fue botado el 18 de junio de 1935, y las siguientes unidades a partir de septiembre del mismo año. Dönitz ayudó a crear la escuela de submarinistas, donde las tripulaciones y sus comandantes eran sometidos a duras pruebas antes de disparar un verdadero torpedo. Dönitz inculcaba a las tripulaciones que: "El submarino es esencialmente un arma de ataque". En 1936, se enviaron dos submarinos al Mediterráneo en la Operación Úrsula tanto para apoyar a las tropas franquistas, como para el propio entrenamiento de las dotaciones, hundiendo el U 34 al submarino republicano C3 frente a Málaga el 12 de diciembre de 1936.

    Dönitz introdujo en 1936 la táctica de la Manada de lobos (en alemán, Rudeltaktik). Aunque estas innovaciones y otras no fueron bien recibidas en un comienzo por el Alto Mando OKW (Oberkomando der Wehrmacht), al fin logró la aprobación en 1937. Hasta el inicio de la guerra entre el Reino Unido y Alemania, el arma submarina no se consideraba como una fuerza de peso en la guerra naval; sin embargo, la situación cambió más adelante cuando se vieron los resultados de la larga gestión de Dönitz.

    Al estallar la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, la Kriegsmarine no estaba preparada para combatir a las fuerzas navales aliadas. A diferencia de los otros armamentos del ejército alemán, el plan naval de construcciones llamado PLAN-Z sólo había empezado unos pocos meses antes. Por lo tanto, el número y la fuerza de los barcos disponibles no eran los adecuados para las necesidades de una guerra mayor.

    En los años anteriores a la guerra, la Kriegsmarine no creyó en la posibilidad de ninguna confrontación militar en el futuro próximo con el Reino Unido; al igual que en la Primera Guerra Mundial, los alemanes veían a Polonia y Francia como los enemigos posibles, y la construcción naval fue orientada para hacerles frente. No se creyó posible una confrontación mayor en el mar antes de 1940, una vez que el PLAN-Z se hubiera completado. Cuando se mostró obvio que la tensión con el Reino Unido empezaba a subir en 1938, el temor de una confrontación militar con los británicos causó la aceleración del programa de construcciones navales. Pero aun así, la Kriegsmarine creyó que la posibilidad de una guerra con el Reino Unido tardaría todavía.

    Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la Kriegsmarine tenía 57 submarinos y la mayoría de ellos no podían operar en el Atlántico. El Plan Z preveía la construcción de 250 sumergibles, pero no con el hecho de que Alemania entrase en la guerra con un número mucho menor de sumergibles que los aliados. En los seis años siguientes se construyeron 1.100 unidades, que fueron una amenaza constante para el Reino Unido en todo el transcurso de la guerra.

    El arma submarina estuvo en crisis en 1939 debido a una serie de incidentes que marcaron la desconfianza del OKW en Dönitz. El primer barco hundido por un sumergible alemán, el "U 30", fue el trasatlántico RMS Athenia, que generó un incidente, pues en el paquebote iban 300 civiles estadounidenses e hizo recordar el caso del RMS Lusitania en 1915.

    El U 39, al atacar al portaaviones británico HMS Ark Royal, tuvo un grave fallo en el sistema de torpedos, que delataron su posición, resultando hundido por la escolta del portaaviones. Dönitz presentó la dimisión a su cargo, pero le fue rechazada. Cuando esto ocurría en Alemania, el U 29 sorprendió y hundió en alta mar al portaaviones HMS Courageous.

    El momento decisivo del cambio en las operaciones navales lo dio el U 47 con el hundimiento del HMS Royal Oak en Scapa Flow al mando de Günther Prien, el 13 de octubre de 1939. Adolf Hitler dio su entero respaldo al arma submarina y a Karl Dönitz. De ahí en adelante y por un periodo de dos años, el arma submarina cosecharía solo éxitos y causaría dolores de cabeza a la Royal Navy.

    http://es.wikipedia.org/wiki/U-Boot
  • editado septiembre 2012 PM
    "Patán&quot escribió :
    Dönitz, al mando de una torpedera, ayudó a reclutar a los futuros tripulantes de los submarinos y a planificar en los Países Bajos su construcción en secreto para soslayar lo estipulado en el Tratado de Versalles. En 1923 fue adscrito al Estado Mayor en Kiel como consultor de métodos de caza submarina, donde formó equipo con Erich Raeder y Wilhelm Canaris.

    El Alto Mando de la Marina ya había completado los planes en 1932 para reanudar la construcción de submarinos; de hecho, las piezas de ensamblaje de los nueve primeros submarinos se produjeron en los Países Bajos, España y Finlandia, a los que se les denominó, como sus antecesores, clase "U".

    Exacto.

    La NV Ingenieurskantoor voor Scheepsbouw (IvS), creadora del diseño del S-13, era una falsa empresa montada y financiada por la Marina alemana en Holanda.

    Los soviéticos compraron el diseño a la Marina alemana, pues.

    De hecho, España negoció la compra de un submarino similar, el E-1, que después de la llegada de la II República fue vendido a Turquía. En las negociaciones previas participaron oficiales de la Reichsmarine, entre ellos un tal Wilhelm Canaris.
    "Kribi&quot escribió :
    ¿Y que detalle se le escapó? ¿Lo de que iba desarmado? ¿Lo de que iba sin escolta? ¿Lo de que llevaba cruces rojas? ¿Lo de que llevaba las luces encendidas?

    Lo de que no era el barco que pensaba  :chis:

    En el caso del Gustloff, una de dos: o la brumosa noche invernal del Báltico le impedía ver detalles más allá de que fuese un barco grande alemán, o iba pedo.

    Bueno, o las dos  :chis:
    Venga, danos los jugosos detalles.

    Saludos
    Kribi

    Los tienes arriba.

    La venta del diseño de los submarinos de clase S fue fruto de la colaboración militar entre alemanes y soviéticos existente desde los años veinte, después del Tratado de Rapallo, un tema del que creo que ya hemos hablado unas cuantas veces  :ilu:
    Esa colaboración fue especialmente intensa a comienzos de los años treinta, y se prolongó hasta finales de 1933, es decir, hasta después de la llegada de los nazis al poder.

    De hecho, si hacemos caso a la Wikipedia los planos finales fueron enviados a la URSS desde Alemania en 1933  :ilu:

    Al cabo de un paréntesis de seis años la colaboración se reanudaría por dos años más  :chis:
  • Hombre, a mí la colaboración entre los militares que poco después formaron el ejército de Hitler y los militares que formaban el ejército de Stalin no me parece que fuese buena para la humanidad, qué quieres que te diga.
  • "Kribi&quot escribió :
    Se me olvidaba esto.

    Un barco grande alemán... armado, escoltado, sin signo protector y con las luces apagadas. Un objetivo legítimo.

    Saludos
    Kribi

    Legítimo según las normas de la guerra sí, ya lo he dicho.

    Ahora, que será porque no entiendo de cuestiones náuticas, pero ¿las luces de posición encendidas no cuentan como luces encendidas?

    ¿Y de verdad crees que Marinesko, en esas condiciones (de noche, con bruma) pudo ver que el barco iba armado, escoltado y sin signo protector?
    "Kribi&quot escribió :

    ¿Pero Canaris no era de los alemanes buenos?  :D

    Saludos
    Kribi

    Antihitleriano desde 1938, no sé si eso lo convierte en bueno  :chis:
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